Conflicto aeronáutico. Incertidumbre de pasajeros en Aeroparque por la asamblea de pilotos de Aerolíneas Argentinas
El murmullo en el hall de partidas del Aeroparque Jorge Newbery suena distinto esta tarde. No hay cancelaciones a la vista, pero las miradas se multiplican frente a las pantallas. Cada actualizaci...
El murmullo en el hall de partidas del Aeroparque Jorge Newbery suena distinto esta tarde. No hay cancelaciones a la vista, pero las miradas se multiplican frente a las pantallas. Cada actualización genera un pequeño movimiento: alguien se levanta del asiento, otro revisa la aplicación de la aerolínea, una pareja se acerca al mostrador con gesto de duda. En minutos comienza la asamblea de pilotos convocada por la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA), y el ambiente está suspendido entre la rutina y la expectativa.
“Está normal. Por suerte no está en rojo, pero tengo miedo… uno nunca sabe”, dice a LA NACION Mariana Pereira, una pasajera brasileña que viaja con su marido argentino rumbo a Tucumán. Él mira el celular para controlar el horario del embarque; ella, la pantalla del aeropuerto. “Hasta que no subamos al avión no me relajo”, confiesa. A pocos metros, una mujer levanta la mano señalando su vuelo y, tras unos segundos de alivio, le dice a su pareja: “Sigue en horario”. La escena se repite frente a cada monitor, donde los pasajeros esperan que su destino no cambie de color.
Por ahora, las demoras son pocas. Solo dos vuelos aparecen reprogramados: uno de JetSmart a Río de Janeiro, que pasó de las 18.27 a las 19.29, y otro de Aerolíneas Argentinas a San Pablo–Guarulhos, que se movió de las 19.40 a las 20.35. En el resto de la cartelera prevalece el verde, pero el aire de incertidumbre es general.
En los cafés, los pasajeros revisan el correo electrónico, atentos a cualquier notificación. “Nos dijeron que puede que se cancele, pero en la pantalla no figura. Eso te tiene mal, porque no sabés qué hacer”, cuenta Graciela Miguens, que viaja con su hija, su yerno y dos nietos a Bariloche. “Al final compramos otro vuelo con JetSmart, porque tenemos todo reservado allá. No nos podíamos arriesgar”, agrega, mientras sostiene los nuevos pasajes.
A pocos metros, un grupo de cinco amigas rodea a una joven con los ojos tapados. “Es su despedida de soltera, ella no sabe a dónde vamos, pero rogamos que no se cancele”, dice entre risas una de ellas, mientras levantan globos metálicos que forman la palabra love. “Nos enteramos recién de lo de la asamblea. El vuelo a Montevideo sigue en horario, pero ya chequeé tres veces”, comenta otra. Las bromas se mezclan con la tensión y las miradas que van y vienen de la pantalla al mostrador.
Podría haber demorasDesde la empresa Aerolíneas Argentinas advirtieron más temprano que cerca de 95 vuelos programados entre las 16 y las 20 podrían sufrir demoras por la asamblea de APLA, que afecta los planes de alrededor de 12.200 pasajeros. “Esta acción gremial no colabora con la resolución de los problemas estructurales de la compañía. Lamentamos los inconvenientes y continuaremos trabajando para mitigar cualquier efecto”, indicó la aerolínea en un comunicado enviado a este medio. En el texto, la empresa destacó que “tras una década y media de pérdidas operativas y dependencia de fondos del Estado, Aerolíneas Argentinas logró revertir su situación, por lo que este proceso virtuoso requiere del acompañamiento responsable de los gremios”.
El gremio que conduce Pablo Biró sostiene la versión contraria. En un comunicado, APLA denunció “una demora intencionada de la empresa en las negociaciones paritarias” y “reiterados incumplimientos del convenio colectivo de trabajo”. “Durante estas asambleas se producirán demoras y posibles cancelaciones. Hacemos responsable a la empresa de cualquier inconveniente”, planteó la organización, que además apuntó contra el “proceso desregulatorio que impulsa el gobierno nacional en el sector aerocomercial”.
La disputa se traduce en una escena casi cinematográfica dentro del aeropuerto. Familias, turistas y viajeros de negocios miran de reojo el tablero de partidas. Algunos empleados explican con amabilidad que “por ahora todo sigue normal”, mientras otros evitan dar precisiones hasta tener confirmaciones. “Pensé que era un problema técnico, después me dijeron que había una asamblea y me quedé mirando mi vuelo como todos”, cuenta Mauricio, que viaja a Mendoza por trabajo. “El tema es que no sabés si moverte o quedarte, si va a salir o no.” Detrás de él, una madre con su hijo consulta por un vuelo a Córdoba y se retira con una respuesta ambigua: “Por ahora sale”.
El aeropuerto mantiene su ritmo, pero con un pulso contenido. Los parlantes anuncian embarques y arribos con la voz neutra de siempre, mientras las pantallas intercalan el verde de los vuelos en horario con un par de amarillos que inquietan. La asamblea sindical, podría extenderse hasta la noche. Desde el entorno del Ministerio de Transporte siguen la situación de cerca y, según indicaron fuentes del sector, no se descarta dictar la conciliación obligatoria si el conflicto afecta el flujo de vuelos en las próximas horas. “Por ahora no hay cancelaciones masivas, pero los pilotos están reunidos y eso podría demorar la operación”, explicó un trabajador de la terminal.
Las franjas horarias más comprometidas incluyen vuelos desde Aeroparque hacia Mendoza, La Rioja, Puerto Madryn, Punta del Este, El Calafate, Ushuaia, Comodoro Rivadavia, Tucumán, Montevideo, Neuquén, Lima, Jujuy, Córdoba, Río de Janeiro, Paraná, Catamarca, Salta, Bariloche, Santiago de Chile, Bahía Blanca y Mar del Plata, entre otros. En total, la aerolínea de bandera podría tener cerca de 100 vuelos afectados.
La empresa insiste en que se prioriza la comunicación con los pasajeros. En su mensaje oficial, recomendó revisar los correos electrónicos informados en la reserva y consultar la web o la aplicación para conocer las últimas actualizaciones. Si el pasaje fue comprado a través de una agencia, se sugiere hacerlo directamente por ese canal. Aun así, la mayoría prefiere mirar la pantalla del aeropuerto: el símbolo verde sigue siendo la señal más esperada del día.
Los cafés están llenos, las familias siguen llegando con valijas y los parlantes mantienen su ritmo regular. En cada rostro se refleja la misma mezcla de resignación y esperanza. La asamblea recién empieza, pero el humor depende de una palabra en la pantalla. Verde o rojo. Salida o demora. Los pasajeros de Aeroparque esperan, con los ojos puestos en los monitores, que la asamblea se disuelva antes de que su vuelo —y su día— quede en tierra.