La pickup que busca desafiar al mercado presenta nueva generación y muchos cambios
En el mundillo de las pickups, una de las grandes noticias del año fue la del regreso de la Mitsubishi L200, la mediana que se produce en Japón y que acaba de estrenar su sexta generación que aq...
En el mundillo de las pickups, una de las grandes noticias del año fue la del regreso de la Mitsubishi L200, la mediana que se produce en Japón y que acaba de estrenar su sexta generación que aquí llega importada por el Grupo Antelo.
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Y es una gran noticia no solo porque viene a aumentar la oferta del segmento, sino porque es uno de los modelos más exitosos de la marca japonesa a nivel global: ya se produjeron más de 5,8 millones de unidades desde su lanzamiento en 1978 y registra récord de ventas en muchos de los 150 países en los que se comercializa.
Se comercializa por ahora en una única versión, la GLS 4WD, que fue la que evaluamos.
La L200 siempre fue, junto con la Nissan Frontier, de las pickups más atractivas del mercado, debido a que su estética salía de los estándares tradicionales para este tipo de vehículos: tenía curvas y pliegues suaves. Pero fue completamente rediseñada y su estilo parece haberse adaptado a la nueva moda del diseño, en la que las rectas y los ángulos parecen haber vuelto a ser protagonistas para darle un aspecto más “cuadrado”.
Esto queda claro en el frente, donde resaltan la nueva parrilla rectangular y los apliques cromados en forma de C que la rodean, el guardabarros más voluminoso y los protectores por debajo que ayudan a realzar las formas. Las DRL, con tres luces LED en forma de L, evocan la mirada de un halcón y se combinan con los faros tridimensionales también de tres reflectores situados debajo.
Siguiendo con “lo cuadrado”, vista de costado desapareció la línea en forma de arco que servía para dividir la cabina de la caja (era un sello indiscutible de la L200) y fue reemplazada por una recta estándar, y en las puertas aparecen unas nervaduras a lo largo. Ahí también sobresalen las llantas de 18” de bonito diseño y con neumáticos 265/60.
Las superficies sólidas se extienden a lo largo de la carrocería hasta la parte trasera, donde aparecen renovadas luces en forma de T.
Todo esto se encuadra en lo que desde la automotriz llaman Belleza Brutal, y que buscó combinar una apariencia estéticamente atractiva, pero a la vez fuerte, robusta y de líneas marcadas, que trasmitiera poder. Y es eso lo que transmite, especialmente desde adelante: la ve fuerte y poderosa desde donde se la mire.
Por otra parte, esta generación presenta mayores medidas: largo de 5,32 m, ancho de 1,865 m, alto de 1,795 m y distancia entre ejes de 3,13 m. El despeje es de 222 mm y los ángulos de ataque, ventral y de salida son de 30,4°, 23,4° y 22,8°, respectivamente; el de inclinación lateral es de 45°, todos los cuales aseguran una gran capacidad off-road. La caja mide 1,555 m de largo, 1,545 de ancho y 525 mm de alto y viene equipada con cobertor plástico muy útil; la capacidad de carga es de 1025 kg.
Puertas adentro hay un replanteo total. Además de lucir moderno y sólido, hay elementos táctiles y botones y teclas físicas que permiten un manejo fácil y directo de los controles. La calidad de componentes que se aprecia es excelente (muy por arriba de la media), y la comodidad es otro ítem a destacar: el espacio es generoso y en las plazas traseras debe ser de los más amplios del segmento. La posición de manejo es la clásica de todas las pickups (elevada), al igual que la visibilidad hacia el exterior.
A nivel equipamiento tiene de todo: butacas delanteras con regulación eléctrica (todos los tapizados son en cuero ecológico), climatizador bizona, pantalla para la central multimedia de 9” que es compatible con Android Auto y Apple CarPlay mediante Bluetooth o USB (tiene puertos tipo A y C), GPS nativo, computadora de viaje digital de 7”, cargador inductivo de celulares, control de velocidad crucero, cámara de retroceso, sensores de estacionamiento traseros y delanteros, etcétera.
Y hay otro aspecto importante: el de la seguridad. En ese sentido, cuenta con 7 airbags, controles electrónicos de estabilidad y tracción, frenos con ABS y EBD, sistema de mitigación de colisión frontal con detección de peatones, advertencia de cambio de carril con asistente de retorno, alerta de tráfico cruzado trasero, monitor de punto ciego, control de balanceo de tráiler, anclajes Isofix, monitor de punto ciego y más. Asimismo, se le realizaron mejoras en el chasis que apuntaron a aumentar la sección transversal (un 65% mayor que el modelo anterior) y darle más rigidez a la flexión (+60%) y a la torsión (+40%), entre otras.
Todo esto es lo que llevó a que haya obtenido cinco estrellas bajo los últimos protocolos de evaluación de Latin NCAP, con la más alta puntuación en protección de peatones del segmento. Al respecto, desde la automotriz dijeron que esto “marca un hito para las pickups medianas”.
Tiene con quéPara competir en un segmento tan difícil como lo es el de las “una tonelada”, hay que contar con una mecánica que cumpla y no defraude. ¿Qué ofrece esta L200? Ahora trae el nuevo motor diésel 4N16 de 2.4 L de cilindrada, 4 cilindros en línea y 16 válvulas, con un turbocompresor High Power de geometría variable que controla la capacidad de la turbina, y un nuevo sistema de combustión que proporciona una potencia máxima de 184 CV a 3500 rpm y un torque de 43,85 kgm (430 Nm) entre las 2250 y las 2500 rpm. Se asocia a una transmisión automática de 6 marchas con modo Sport y el sistema de tracción es el bien conocido Super Select 4WD II. Además, está equipada con un diferencial de deslizamiento limitado con sensor de par central, que distribuye la fuerza entre los dos ejes (40% adelante y 60% atrás) para garantizar tracción y agarre en curvas.
Respecto de la variante anterior el motor tiene 3 CV más y el mismo torque, aunque ambos desde menos revoluciones. No es de las más potentes, pero tampoco se queda corta, y claramente esta configuración apunta más al rendimiento que a la performance. De todas maneras, tiene buen empuje para castigarla y mucha respuesta para hacer sobrepasos con seguridad.
Las prestaciones no desentonan respecto de la media: acelera de 0 a 100 km/h en 11 segundos, recupera de 80 a 120 km/h en 9 segundos y la velocidad máxima está limitada a 178 km/h. Los consumos están también en la media del segmento, con unos 10,5 L/100 km.
Se comporta bien dinámicamente sobre el asfalto (estable y agarrado en rectas, pero con ciertas movimientos en curvas rápidas), aunque pareciera gustarle más moverse fuera de él (es un placer llevarla en ripio o caminos complicados). Esto, por las configuraciones de las suspensiones y de la dirección (es bastante dura comparada con otros modelos) y por los sistemas de asistencia (como el Active Yaw Control, AYC, que mejora el comportamiento en curvas durante el manejo off-road, aplicando un ligero frenado en la rueda delantera interna, para que la camioneta deslice y meta la trompa con mayor agilidad en las curvas cerradas).
Por otra parte, el confort de marcha es realmente notable, con mucho silencio y una sensación de andar bien mullida y sin los rebotes clásicos en las plazas de atrás. El precio sugerido al público es de US$51.500.