A 19 años del crimen, la expectativa de la familia está en el jury a los tres primeros fiscales
CÓRDOBA.- Hace 19 años, un asesino al que la Justicia no consiguió aún ponerle nombre y apellido de forma definitiva segó la vida de Nora Dalmasso en uno de los dormitorios de su casa del barr...
CÓRDOBA.- Hace 19 años, un asesino al que la Justicia no consiguió aún ponerle nombre y apellido de forma definitiva segó la vida de Nora Dalmasso en uno de los dormitorios de su casa del barrio cerrado Villa Golf, de Río Cuarto. La causa parece encaminarse inexorablemente hacia su cierre definitivo y la impunidad. Pero la familia Macarrón no está dispuesta a bajar los brazos.
Mientras esperan la resolución de la apelación que presentaron por el sobreseimiento del último acusado, el parquetero Roberto Barzola, quien trabajaba en el pulido y plastificado de los pisos de la vivienda de la familia cuando Nora estaba sola y se produjo el femicidio, el viudo Marcelo Macarrón y sus hijos, Facundo y Valentina, tienen puesta su expectativa en el próximo martes, cuando se resolverá si habrá un jury de enjuiciamiento contra los tres primeros fiscales del caso.
Los fiscales que podrían enfrenar el proceso de destitución son Javier Di Santo, Daniel Miralles y Luis Pizarro. Los tres ya presentaron por escrito, por derecho propio y sin asistencia de abogados, su descargo ante el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados de la provincia de Córdoba. El próximo 2 de diciembre, a las 10.30, se definirá la situación. Una vez tomada la decisión, se la notificará al fiscal General, Juan Manuel Delgado, para que, eventualmente, formule la acusación.
En caso de que avance en esa dirección (Delgado tiene 30 días para resolverlo), el paso siguiente será la audiencia con testimonios y pruebas. Después, el jury, integrado por los legisladores Julieta Rinaldi (presidenta), Facundo Torres Lima, Miguel Nicolás, Walter Gispert y la vocal del Tribunal Superior de Justicia, Aída Tarditti, resolverá.
Los fiscales denunciados actuaron entre el 26 de noviembre de 2006, cuando Dalmasso fue violada y asesinada, y 2022, cuando Pizarro elevó a juicio la causa con Marcelo Macarrón acusado de ser el supuesto ideólogo del crimen.
La noche del sábado 25 de noviembre de 2006, Dalmasso cenó con unas amigas que señalaron que Nora estuvo siempre atenta a su teléfono móvil y, terminada la reunión, les dijo que regresaba a su casa. “No me molesten en todo el fin de semana”, les señaló.
El día anterior, su marido había viajado a Punta del Este con amigos para participar de un torneo de golf, que ganó. Su hijo mayor, Facundo, estaba en la capital provincial, donde estudiaba, y su hija menor, Valentina, estaba en los Estados Unidos, en un viaje de intercambio.
El domingo, un vecino la encontró muerta sobre la cama de su hija, Valentina. Nora tenía el cinto de la bata atado al cuello y estaba desnuda. Por la escena del crimen pasaron más de 20 personas; obviamente, la alteraron. La primera hipótesis apuntó a la muerte como epílogo de un juego sexual. Empezaron a circular nombres de supuestos amantes de la mujer.
La autopsia reveló que Dalmasso fue estrangulada con doble lazo y dos nudos, que había tenido sexo consentido (tenía lesiones vaginales y anales) y que el asesino la había golpeado en el pecho, la cabeza y el codo. La había inmovilizado.
Ese fin de semana, su marido Marcelo Macarrón jugaba un torneo de golf, que ganó, en Punta del Este; Valentina estaba en los Estados Unidos y su hijo Facundo estaba en la ciudad de Córdoba, donde estudiaba.
Sucesión de fiscalesDi Santo dejó el caso en 2015. Cuando lo hizo reivindicó su actuación al frente de la investigación. “Puesta en sospecha mi imparcialidad con la interposición de una denuncia (…), en miras a garantizar su total transparencia, me veo en la obligación de no seguir entendiendo en lo relacionado al homicidio de Nora Raquel Dalmasso”, planteó después de que el Observatorio de Derechos Humanos de Río Cuarto pusiera en duda su accionar.
El fiscal tuvo tres imputados al mismo tiempo: Rafael Magnasco, Gastón Zárate y Facundo Macarrón; todos estaban acusados de asesinar a Nora Dalmasso aunque por diferentes motivos. Sobre el primero pesó una “sospecha leve” por haber sido amante de la víctima. En el juicio al viudo dijo que esa versión fue armada para “inculparlo”.
Zárate, quien estaba haciendo un trabajo de pintura en la casa de Dalmasso, fue detenido y la comunidad de Río Cuarto se movilizó para defenderlo. La marcha quedó en la memoria popular como “el Perejilazo”. Ahora está preso por matar a un hombre a golpes.
Cuando Zárate fue liberado, Di Santo enfocó sus sospechas en el hijo de la víctima. Facundo Macarrón quedó en la mira porque el ADN encontrado en el cuerpo de la mujer y en el cinto de la bata era de un Macarrón. Fue imputado en junio del 2007 pero no quedó preso porque el mismo fiscal entendió que no había pruebas suficientes. En 2012 fue sobreseído por el juez de Control de Río Cuarto, Daniel Muñoz.
Á fines del año pasado, cuando Bárzola todavía estaba imputado, le dijo a La Voz que pedía a la comunidad “que todo el sufrimiento de mamá, de los que la amamos, todo el sufrimiento indirecto que causó la mala investigación, no haya sido en vano. Que nos acompañe, que esto no quede impune. La causa tiene mucho que enseñarnos como sociedad. Si sucede otro crimen así, que se hagan las cosas bien, que se siga un protocolo, que maduremos en no tener prejuicios rápidos, que no nos alimentemos del morbo, del sufrimiento de la vida privada de cada persona. Que dejemos los egos de lado para que podamos hacer las cosas bien. Los intereses personales, desde políticos hasta judiciales y mediáticos, encarajinaron todo”.
A Di Santo le siguió el fiscal Miralles, quien en marzo de 2016 imputó al viudo, Marcelo Macarrón, por el homicidio sobre la base de las pruebas de ADN; creía que el viudo había hecho un viaje relámpago desde Punta del Este hasta Río Cuarto, mantuvo relaciones con su mujer y la mató. Después, volvió a Uruguay a jugar al golf y ganó el torneo.
En 2017 renunció después de que la defensa de Macarrón pidiera su apartamiento. “La presencia genética del imputado es muy grande en la escena del crimen, lo que lo coloca como el principal sospechoso“, dijo horas antes de dejar el caso.
En setiembre de 2019, fue Pizarro quien elevó la causa a juicio. Un año antes agravó la acusación contra el viudo. Sostuvo que fue el instigador del crimen y que contrató a alguien para que matara a su esposa. Así, Marcelo Macarrón llegó al proceso por jurados populares imputado de homicidio calificado por el vínculo, por alevosía y por precio o promesa remuneratoria.
En julio del 2022 un jurado popular absolvió a Marcelo Macarrón. La Justicia reconoció a la mujer como “víctima de violencia de género”, pero el crimen quedó impune. El dictamen no podía ser otro después de que, en el proceso, el fiscal de Cámara Julio Rivero dijo que no había elementos para acusar al viudo.
A finales del año pasado, comenzó otro capítulo en la historia. El fiscal Pablo Jávega, en una nueva etapa de la investigación, imputó a Bárzola, un pulidor de pisos que había trabajado en la casa, tras encontrar perfiles genéticos suyos en el cinturón de la bata con la que se asfixió a Nora Dalmasso.
Hace poco más de un mes la Cámara Criminal, Correccional y de Acusación de 2a. Nominación de Río Cuarto decretó el sobreseimiento total por prescripción.
Pedido de juryEn abril de este año, los abogados de Marcelo Macarrón y sus hijos presentar un escrito en la Legislatura cordobesa para pedir el jury de enjuiciamiento y la destitución de los fiscales Di Santo, Miralles y Pizarro. En el texto consideran que, “pese a contar con elementos probatorios más que suficientes” para sospechar de Bárzola “decidieron dejarlo totalmente de lado” y “optaron por encarnizarse en contra de la familia de la víctima”.
Consideran que los tres funcionarios judiciales “incurrieron en violencia institucional” y que, por el tiempo transcurrido, pusieron el riesgo la condena de Bárzola, “a quien los análisis genéticos, que ellos injustificadamente se negaron a realizar, recientemente vinieron a ratificar que sería el culpable”.
“Hay muchas notas de Marcelo Brito, ex abogado de Facundo Macarrón, pidiendo en 2007 que se investigue a los parquetistas, pero nunca se hizo, y bueno, acá estamos con el tema de la prescripción”, planteó al momento de la presentación Mariángeles Mussolini, abogada que lleva el tema junto con Gustavo Liebau.