¿Adiós a la Baguette? El emblemático pan francés se renueva con tendencia en panaderías de París
La baguette, símbolo histórico de la mesa francesa, atraviesa un proceso de transformación en su presencia cotidiana. El consumo de este pan disminuyó de manera constante durante las últimas d...
La baguette, símbolo histórico de la mesa francesa, atraviesa un proceso de transformación en su presencia cotidiana. El consumo de este pan disminuyó de manera constante durante las últimas décadas, mientras nuevos establecimientos especializados desplazan su protagonismo con productos más elaborados.
Tras la Segunda Guerra Mundial, cada francés consumía en promedio unos 700 gramos de pan al día. Sesenta y cinco años después, la cifra se redujo a 110 gramos y hoy ronda apenas los 99 gramos diarios, menos de media baguette. Este retroceso responde a cambios en los hábitos de compra y en los estilos de vida contemporáneos.
Dominique Anract, presidente de la Confederación Nacional Francesa de Panaderías y Pastelerías, explicó a CNN que “una de las amenazas es que los jóvenes están perdiendo el hábito de comprar una baguette a diario”. Según sus declaraciones, muchos clientes jóvenes solo acuden a las panaderías tradicionales los fines de semana, a menudo tras visitar a sus familias.
En este contexto surgieron las llamadas neo panaderías, donde se priorizan técnicas artesanales, fermentaciones prolongadas, masa madre natural y materias primas orgánicas. Para varios de estos negocios, la baguette dejó de ser el producto central e incluso desapareció de la oferta.
Seize Heures Trente, una panadería de Rennes, es uno de los ejemplos citados por un medio local. Sus responsables consideran que la baguette requiere mayor gasto energético y ofrece menos beneficios nutricionales. En cambio, prefieren comercializar panes grandes, como piezas de campo, integrales o de mezcla, por su rendimiento y su proceso de cocción más eficiente. Según relatan, los panes grandes se hornean en hornos de temperatura descendente, mientras que la baguette demanda picos elevados de calor.
El cambio también se refleja en el precio. Mientras una baguette estándar cuesta alrededor de un euro, los panes especiales pueden alcanzar entre 5 y 7 euros por cada 500 gramos. Aunque la cantidad es mayor, el costo se convierte en un factor determinante para parte del público.
Aun así, el fenómeno se mantiene como una tendencia de nicho. Pese a la expansión de las neo panaderías y el interés creciente por panes nutritivos y de fermentación lenta, la baguette continúa siendo un producto esencial en la mayoría de panaderías francesas y sigue presente en las compras diarias de millones de personas.