Barranca abajo: el Boca de Riquelme encadena frustraciones y edifica una de las peores rachas del siglo
La última vez que Boca fue campeón del torneo argentino fue el 23 de octubre de 2022. Es decir, hace dos años y 9 meses. Es cierto que a comienzos de esos 1005 días logró sumar la Supercopa Ar...
La última vez que Boca fue campeón del torneo argentino fue el 23 de octubre de 2022. Es decir, hace dos años y 9 meses. Es cierto que a comienzos de esos 1005 días logró sumar la Supercopa Argentina en marzo de 2023 (3-0 a Patronato de Paraná), pero la cosecha es magra desde que Juan Román Riquelme asumió como máxima autoridad del club.
Así como el ídolo se vanagloria de que ningún club de la Argentina dio más vueltas olímpicas que Boca desde que esta conducción ganó las elecciones en diciembre de 2019 (seis, la misma cantidad de River), la estadística comenzó a frenarse desde que él es presidente.
Desde las elecciones de diciembre de 2023 que lo consagraron, el Xeneize enhebró un período de sequía de trofeos.
Copa Libertadores por TVDesde diciembre de 2023 hasta hoy, Boca solo acumuló decepciones. En estos 18 meses no se clasificó para la Copa Libertadores 2024 -jugó la Sudamericana- y sufrió una eliminación histórica en la fase 2 de la edición 2025 ante Alianza Lima (de local y por penales). El equipo había sido ampliamente dominado en la ida por los dirigidos por Néstor Gorosito y una soberbia actuación de Agustín Marchesin evitó una goleada.
El 0-1 invitaba a pensar en dar vuelta la historia. Pero un dramático 2 a 1 en la Bombonera terminó con Cavani errando un gol casi abajo del arco sobre la hora y una eliminación por penales que todavía duele, con un insólito cambio de arquero (Brey, casi sin entrar en calor, ingresó antes del final del encuentro para la definición).
“Desafortunadamente hasta yo soy culpable de que malacostumbramos a los hinchas. Lo que era muy difícil en su momento, lo hicimos ver fácil unos años atrás. Están malacostumbrados a una competencia así”, expresó tras aquella frustración Mauricio Serna, integrante del Consejo de Fútbol y actual vocero del club.
El premio consuelo, tampocoJugar la Sudamericana del año pasado fue interpretado como un premio consuelo, e incluso como la oportunidad para resurgir a nivel internacional en un torneo donde hipotéticamente compiten equipos menos poderosos. Pero tampoco. Dirigido por Diego Martínez, terminó segundo en su grupo detrás de Fortaleza y entró por la ventana a los octavos de final después de superar a Independiente del Valle en el repechaje. Hasta ahí llegó la ilusión: derrota por penales frente a Cruzeiro en agosto de 2024.
En el medio, otro grave error no forzado: para reforzar el plantel, se incorporó a Gary Medel, Tomás Belmonte, Brian Aguirre y Milton Giménez. Pero se olvidó de inscribirlos a tiempo en Conmebol para que pudieran jugar contra el conjunto ecuatoriano.
La patada karateca que derrumbó todoEn el ámbito local las cosas no fueron mejor. En la Copa de la Liga 2024 cayó por penales en semifinales frente a Estudiantes, luego campeón. Fue la noche de la patada karateca de Cristian Lema que resultó ser la bisagra emocional del ciclo Martínez. Y en la Liga 2024 finalizó sexto, a 9 puntos del campeón Vélez, el mismo equipo que lo dejó afuera de la Copa Argentina en semifinales. Cerró el año con una estadística alarmante: de los 26 partidos que jugó como visitante, sólo ganó seis. El resto fueron 11 derrotas y 9 empates.
Aquel cachetazo de VélezYa con Fernando Gago al frente, a fines de noviembre de 2024, en las semifinales de la Copa Argentina, Boca logró revertir una historia que se presentaba complicada y se puso 3 a 2 ante Vélez a 10 minutos del final. Pero dos desatenciones defensivas produjeron lo que parecía imposible: el Fortín lo dio vuelta con dos goles de Bouzat, ganó 4 a 3 y eliminó al Xeneize.
Esa noche, a la salida de un vestuario frustrado, ante la posibilidad de no jugar la Libertadores por segundo año seguido, Riquelme declaró: "Hemos sido semifinalistas de la Copa Argentina que no es fácil. Nosotros soñamos con jugar la Libertadores todos los años y es nuestra obligación, pero no escucho que digan lo mismo de los demás equipos”.
Interinato y eliminaciónComenzó 2025 y Boca se mantuvo en un sendero de frustraciones. Con el equipo puntero de su zona y clasificado a los octavos de final del torneo Apertura, Riquelme despidió a Fernando Gago. El nuevo interinato de Mariano Herrón (tercero en 18 meses) poco pudo hacer. Con la ventaja deportiva de definir de local hasta semifinales, tras la angustiosa clasificación por penales ante Lanús, en cuartos de final perdió 1 a 0 con Independiente y los hinchas insultaron por primera vez a la dirigencia: “La comisión, la comisión, se va a la p... que lo parió”, fue el hit. “Les pido a los hinchas que no se dejen llenar la cabeza”, declaró Riquelme.
Empate inaceptableSin Libertadores ni Sudamericana, el gran objetivo internacional que le quedó a Boca para este año era el Mundial de Clubes. Ya con Miguel Ángel Russo como entrenador, el Xeneize tuvo un estreno auspicioso ante Benfica (se puso 2 a 0 en ventaja, pero no pudo sostenerlo y terminó 2 a 2). La derrota por 2 a 1 ante Bayern Munich quedó maquillada por el golazo de Merentiel y la sensación de que el equipo estuvo “en partido”. Pero la realidad expuso que para avanzar a octavos de final debía ganarle por varios goles al rival más débil de la zona.
El baño de realidad golpeó fuerte. Boca volvió a su irregularidad frecuente con un discreto 1 a 1 frente a Auckland City, un equipo semiamateur de Nueva Zelanda. Por jerarquía del rival ese es, quizás, uno de los peores resultados de la historia del club.
Terminó tercero en el grupo y eliminado en primera ronda, con apenas dos puntos sobre nueve posibles.
El último mazazoA todo esto se le suma a derrota del miércoles por la noche ante Atlético Tucumán por 2 a 1, que lo marginó de la Copa Argentina en 16vos de final, que igualó la peor campaña del Xeneize en la historia del torneo (ya había quedado afuera en esta instancia en la edición 2013/2014 -0-2 con Huracán- y en la 2018/2019, con un 1-1 y 1-3 por penales ante Almagro.
Un historial que tambaleaEl balance con River también es negativo: 1 a 1 en el Monumental en febrero de 2024, victoria 3-2 en Córdoba por los cuartos de final de la Copa de la Liga y derrota 1 a 0 en la Bombonera, la tarde en la que Sergio Romero terminó increpando a hinchas de Boca.
A eso se le suma el 1-2 de este año en el Monumental, el día del golazo de Mastantuono de tiro libre y la línea de cinco defensores que sentenció el ciclo de Fernando Gago.
Estos números activaron las alarmas en el historial. Desde 1991 Boca edificó una paternidad ante su eterno rival. Sin embargo, la diferencia se achicó en el último lustro: hoy River está a solo cuatro partidos de empatar la estadística.
La danza de los DTLa debacle también queda expuesta en este rubro. En los últimos 18 meses el Xeneize tuvo tres entrenadores, enhebrados por dos interinatos de Mariano Herrón (un triunfo, dos empates y una derrota).
Diego Martínez dirigió 45 partidos de los cuales ganó 20. Con buenas intenciones, el entrenador hizo las valijas después una racha pésima. Un exagerado festejo de rodillas tras ganarle por penales a Talleres por los 8vos de final de la Copa Argentina expuso la presión que sentía y tres derrotas al hilo decretaron el final: 1-2 con Racing en Avellaneda, 0-1 con River en la Bombonera (la tarde en la que Sergio Romero increpó a socios en la platea baja) y un 0-2 con Belgrano en Córdoba. Con 15 empates y 10 derrotas sumó el 55% de los puntos posibles.
“Vuelvo a casa”, dijo Gago apenas pisó Ezeiza en octubre pasado. Lo echaron seis meses y 30 partidos después, en un lapso donde la buena cosecha de puntos (17 triunfos, 6 empates y 7 derrotas, con un muy positivo 63% de puntos obtenidos) chocó de frente con tres golpes durísimos: el 3-4 ante Vélez por las semis de la Copa Argentina, la eliminación por penales ante Alianza Lima en la Bombonera, por la fase 2 de la Libertadores y el 1-2 frente a River en el Monumental en el último Apertura.
Miguel Ángel Russo, en su tercer ciclo, asumió como interino con la difícil tarea de ordenar un vestuario golpeado y un club en llamas. Desde que asumió sumó apenas 4 puntos de 18 posibles, con cuatro empates y dos derrotas.
Es más: contabilizando su etapa anterior, Boca no gana con Russo como DT desde hace 15 partidos. La última alegría fue el 26 de mayo de 2021, un 3 a 0 a The Strongest por la Copa Libertadores de ese año. De ahí en adelante 10 empates y cinco derrotas.