Carlos Alcaraz, sin filtro: su “era” con Sinner, la vigencia de Djokovic, el Big Three y cuándo lloró por última vez
Carlos Alcaraz cerró la temporada jugando la final de las ATP Finals en Turín frente a Jannik Sinner. Y poco antes de bajarse de la Copa Davis por una lesión, el tenista español charló sobre s...
Carlos Alcaraz cerró la temporada jugando la final de las ATP Finals en Turín frente a Jannik Sinner. Y poco antes de bajarse de la Copa Davis por una lesión, el tenista español charló sobre sus rivales, la sombra de Novak Djokovic y los desafíos que se vienen.
En una extensa entrevista con el diario Marca, el murciano reconoció que, a pesar de que los últimos años animó junto con Sinner las principales definiciones de los Grand Slams y sugirió que podrían estar pasando a una nueva era en el tenis, “la realidad es que Novak sigue jugando”
En ese sentido, el español destacó: “Van pasando los años, pero Djokovic todavía está ahí, es el cuatro del mundo y ha hecho semifinales en todos los Grand Slam. Tiene el nivel y la motivación, porque el físico le da, de seguir compitiendo y de seguir estando al máximo nivel”.
Ante el comentario del francés Nicolás Mahut sobre que Sinner estaba “obsesionado” con él, Alcaraz reconoció que la pica es cosa de dos, y señaló que Sinner “perdió dos o tres partidos los dos últimos años y la gran mayoría fueron conmigo”. Por lo tanto, considera “lógico y normal” que el italiano deba enfocarse en mejorar para poder vencer al jugador que más veces lo complicó.
Por su parte, el español admitió haber perdido con más jugadores, pero su meta es “trabajar para mejorar y ser un jugador mucho mejor la próxima vez que nos crucemos en la cancha”.
Durante el recorrido de la charla hubo un momento revelador. Fue cuando le preguntaron cuando había sido la última vez que lloró. Allí, el número 1 del mundo bajó la guardia y compartió que fue en Miami (allí cayó sorpresivamente en su debut por 5-7, 6-4 y 6-4 ante el belga David Goffin en el Open de la Florida).
Al mismo tiempo explicó cómo es el trabajo con su psicóloga, Isabel Balaguer: “Hablo con ella cuando tengo la necesidad de desahogarme y de hablar con alguien. Gracias a Dios, desde Miami no tuve esa sensación de tener que desahogarme porque fue todo muy bien. Y yo, tanto dentro como fuera de la pista, me sentí muy bien”.
Consultado sobre la fama, Carlitos remarcó que “lo mejor es que te abre muchas puertas para conocer ídolos, gente muy importante, poder visitar e ir a sitios que nunca podrías ir”. Sin embargo, también reconoció que “lo peor de todo eso es que no puedo estar tranquilo. Siendo una persona muy natural y muy cercana me cuesta mucho dar un paseo sin que me paren, me reconozcan, o me sienta observado”.
En relación a la Davis, a pesar de los recurrentes problemas físicos que tuvo desde su debut, Alcaraz se mostró optimista. Aseguró que no sabe si la competición le debe algo, pero “tarde o temprano llegará el momento” de ganarla, prefiriendo que sea más temprano que tarde.
Sobre momentos dolorosos, afirmó que la derrota más dura de su carrera no fue en la Copa Davis en Málaga (donde se despidió su ídolo, Rafael Nadal). “Fue muy duro a la vez que triste. Yo perdí mi punto en el singles, pero también jugué el dobles y me sentí responsable de no poder avanzar. Fue un momento muy difícil. Pero fue más duro perder el dobles en los Juegos Olímpicos de París con él que la Copa Davis. Estuve muy bajoneado después de esa derrota”.
A modo de recuerdo personal, el único partido de Copa Davis que pudo ver como espectador fue un España-Alemania en Valencia, destacando el histórico cruce entre David Ferrer y Kohlschreiber. Además, su entrenador, Juan Carlos Ferrero, le comentó en varias ocasiones que la final de 2000, donde fue artífice del triunfo, fue un momento que “probablemente lo cambió todo”.
Si bien las estadísticas señalan que Carlitos ya suma seis títulos de Grand Slam con solo 22 años, un registro impresionante, pero se mostró humilde. A la hora de hablar sobre si ya tiene un lugar en la mesa del Big Three (Nadal, Federer y Djokovic), el murciano fue contundente: “Todavía ni me acerco. No estoy ni cerca”.
Respecto a la duración de su carrera, Alcaraz no se ve jugando hasta los 38 años como las leyendas. Su plan es ir “año a año”, evaluando hasta dónde puede llegar su cuerpo, pero, sobre todo, manteniendo la motivación y las ganas.
En relación a la idea de Toni Nadal, tío de Rafa, acerca de la posibilidad de hacer cambios en el tenis para que no se le pegue tan fuerte a la pelota, e incluso propuso reducir el tamaño de las raquetas, el murciano se mostró reacio a esa modificación.
“Sería como ir un paso hacia atrás. El tenis empezó con raquetas de madera, pasó a raquetas de metal, de aluminio y ahora tenemos otro tipo de raquetas que te permiten hacer más efectos. Antes se jugaba más plano, más cortados, sin tanta velocidad. Con el paso de los años, en la época de Rafa ya se jugaba con más velocidad que antes y ahora aún más. No podemos ir en contra de la evolución. Tenemos que estar físicamente preparados para la velocidad en la que se está jugando. Diría que no le compro la idea”, se explayó.
Por último, cuando lo consultaron sobre lo que sintió durante el homenaje a Rafa Nadal en Roland Garros, Alcaraz compartió: “Se me puso la piel de gallina porque fue un momento muy emocionante a la vez que bonito como él se merecía. Con Roger, con Novak y con Andy. Los vídeos, Roland Garros, la placa. La despedida fue magnífica”.
Aunque luego dejó en claro que solo tienen una despedida así los que lo merecen. “Obviamente me gustaría algo así cuando me retire, porque significará que me lo he merecido durante toda mi carrera. Todo el mundo tiene lo que se merece y Rafa tuvo lo que se merecía”.