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Cómo fue el brutal asesinato de Jamal Khashoggi, el crimen detrás del abrazo entre Trump y Ben Salman

WASHINGTON.- El presidente Donald ...

Cómo fue el brutal asesinato de Jamal Khashoggi, el crimen detrás del abrazo entre Trump y Ben Salman

WASHINGTON.- El presidente Donald ...

WASHINGTON.- El presidente Donald Trump defendió el martes al príncipe de Arabia Saudita, Mohammed ben Salman, por el caso del asesinato del periodista Jamal Khashoggi y celebró el anuncio de que su país invertirá una suma millonaria en Estados Unidos.

En una recepción con toda la pompa en la Casa Blanca, Trump destacó el “increíble historial en materia de derechos humanos” del líder saudita y minimizó el crimen de 2018. “Son cosas que pasan”, dijo el mandatario estadounidense y luego calificó al periodista de “extremadamente controvertido”.

Al ser consultado por la prensa sobre el homicidio de Khashoggi, el republicano interrumpió a una periodista y la acusó de “avergonzar” al príncipe heredero, de quien aseguró que “no tuvo nada que ver” con el crimen, contradiciendo así la conclusión de la CIA, que en 2018 determinó que ben Salman había ordenado directamente la operación. El heredero saudita, por su parte reconoció que se trató de un “grave error” y aseguró que Riad está “haciendo todo lo posible para que no vuelva a ocurrir”.

Las palabras de Trump provocaron la inmediata reacción de Hanan Elatr Khashoggi, la viuda del periodista, quien reclamó que el príncipe la reciba en persona para disculparse: “Dijo que lo lamenta. Entonces debe reunirse conmigo, pedirme perdón y compensarme por el asesinato de mi marido”.

El crimen en Estambul

El caso Khashoggi estalló el 2 de octubre de 2018, cuando el periodista saudita —un exasesor del gobierno de Riad y luego crítico del ascenso meteórico de Ben Salman, que vivía en Estados Unidos, donde colaboraba con el diario The Washington Post— ingresó al consulado saudita en Estambul para obtener un certificado de divorcio necesario para casarse con su pareja turca, Hatice Cengiz, que lo esperaba afuera. Nunca salió. En cuestión de horas, Turquía comenzó a filtrar información que contradecía la versión inicial del reino, que aseguraba que Khashoggi había abandonado el edificio “por sus propios medios”.

Las autoridades turcas revelaron más adelante que poseían grabaciones de audio y video captadas por micrófonos ocultos en el consulado y por cámaras del entorno externo, material que describía un operativo premeditado.

Los registros confirmaron que el periodista fue abordado, reducido y estrangulado apenas cruzó el umbral del despacho consular. La operación fue ejecutada por un comando de 15 agentes sauditas que habían llegado a Estambul el mismo día en dos vuelos privados, algunos de ellos miembros de la Guardia Real y otros parte de una unidad de inteligencia conocida como Tiger Squad, señalada por anteriores operaciones de intimidación y secuestro contra disidentes.

El fiscal general de Estambul, Irfan Fidan, concluyó que el asesinato fue “planificado previamente”.

En su informe oficial describió paso a paso el cronograma: la llegada del equipo saudita, su traslado al consulado, el asesinato por asfixia, el desmembramiento del cuerpo con sierras especiales y, finalmente, la eliminación de los restos, presumiblemente mediante disolución química. Turquía nunca logró que Riad revelara dónde terminó el cuerpo. Fue la primera vez que un Estado miembro del G20 fue acusado de eliminar físicamente a un periodista dentro de una misión diplomática extranjera.

Fidan también detalló que las conversaciones con el fiscal saudita Saud al-Mojeb “no arrojaron resultados concretos”, y denunció que la delegación de Riad evitó proporcionar información clave pese a “la buena voluntad” turca para esclarecer el caso.

Ankara reclamó la extradición de los 18 sospechosos detenidos en Arabia Saudita, pero el pedido fue rechazado. Hasta hoy, el paradero de los restos de Khashoggi sigue siendo un misterio y uno de los principales reclamos de su familia y de las organizaciones de derechos humanos.

La investigación internacional coincidió en que el crimen no se trató de un “error” —como lo calificó Ben Salman— sino de una operación estructurada por una unidad especial encargada de perseguir la disidencia dentro del reino.

Según The New York Times, cuatro de los agentes involucrados habían recibido en 2017 entrenamiento paramilitar en Estados Unidos. La capacitación, brindada por la empresa Tier 1 Group —subsidiaria del fondo Cerberus Capital Management, con sede en Arkansas—, incluyó instrucción en tácticas de combate, manejo de armas y técnicas de intervención. Oficialmente, se trataba de formación defensiva destinada a proteger altos mandos sauditas. Sin embargo, coincidió con la etapa en la que Riad llevaba adelante una campaña de secuestros, detenciones arbitrarias y torturas contra críticos del príncipe heredero, parte de una ofensiva para consolidar su control del poder.

Reacción internacional

El asesinato generó una ola de indignación global y puso a Riad ante su mayor crisis diplomática en décadas. Turquía filtró detalles del caso, organismos de derechos humanos reclamaron sanciones y gobiernos occidentales exigieron explicaciones. En Washington, legisladores de ambos partidos pidieron frenar ventas de armas y revisar la alianza.

Riad respondió con una señal de fuerza. Turki Al Dakhil, director de Al Arabiya y figura cercana a la realeza, advirtió en un editorial que el reino podría aplicar medidas económicas “más duras” si Occidente avanzaba con sanciones, una amenaza que evocó el embargo petrolero de 1973.

Aunque Arabia Saudita sigue siendo un actor clave del mercado energético —principal exportador y dueña del 18% de las reservas probadas— especialistas consideran improbable que pueda replicar un embargo con impacto similar al de los años 70, debido a la diversificación del consumo global y la menor dependencia estadounidense.

El poder saudita también abarca el terreno militar: es uno de los mayores compradores de armas del mundo y firmó con Estados Unidos un acuerdo de US$110.000 millones en 2017, con una proyección de US$350.000 millones a diez años. A eso se suma su rol en la cooperación antiterrorista, la contención a Irán y los conflictos en Siria, Irak y Yemen.

Agencias AP, AFP y Reuters y diario The New York Times

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/estados-unidos/como-fue-el-brutal-asesinato-de-jamal-khashoggi-el-crimen-detras-del-abrazo-entre-trump-y-ben-salman-nid19112025/

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