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Con Cavani como bandera, Boca armó una fiesta en Nashville en la previa del partido con Auckland City

NASHVILLE (Enviado especial).- El micro de Boca dobla la esquina por Cleghorn Avenue y los hinchas se amontonan contra las vallas. Son poco más de cien, pero hacen ruido como si fueran mil. Alguno...

Con Cavani como bandera, Boca armó una fiesta en Nashville en la previa del partido con Auckland City

NASHVILLE (Enviado especial).- El micro de Boca dobla la esquina por Cleghorn Avenue y los hinchas se amontonan contra las vallas. Son poco más de cien, pero hacen ruido como si fueran mil. Alguno...

NASHVILLE (Enviado especial).- El micro de Boca dobla la esquina por Cleghorn Avenue y los hinchas se amontonan contra las vallas. Son poco más de cien, pero hacen ruido como si fueran mil. Algunos llegaron temprano, con la camiseta pegada al cuerpo por el calor pegajoso de junio. Otros vienen con los ojos cansados de tanto manejar: viajaron desde Miami en caravana, con la bandera colgando del baúl y la ilusión intacta. El Hilton Green Hills Nashville, hotel de concentración del plantel, queda rodeado por bombos, cánticos y un aliento constante. Entre los nombres que se escuchan, hay uno que suena más fuerte que el resto. “¡Vamo’, Cavani!”, grita uno desde el fondo. Y enseguida la voz se multiplica, como para alimentar todavía más la fe de todos los hinchas.

Edinson aparece último, como si supiera que el aplauso estaba reservado para él. Baja con paso tranquilo, los auriculares puestos, la mirada al frente. Saluda con una mano, responde con una sonrisa apenas dibujada. Acomoda el pelo hacia atrás y cruza las puertas del hotel. No hace falta más. No jugó un solo minuto en el torneo, pero su figura renueva la esperanza. Porque si Cavani está, todo puede pasar.

Y Boca necesita que pase. Este martes enfrenta a Auckland City por la última fecha del grupo C del Mundial de Clubes. No depende de sí mismo. Para clasificar a octavos, tiene que ganar por una diferencia importante y esperar que Benfica pierda con Bayern Munich. Ambos partidos se jugarán a la misma hora, en escenarios distintos: el de Boca, aquí en Nashville; el otro, en Charlotte, para evitar cualquier ventaja deportiva. La combinación es complicada, sí, pero no imposible. Y en ese contexto extremo, Boca necesita goles. Muchos goles. Y para eso está Cavani, que es el sexto máximo goleador activo a nivel mundial y el tercero entre los que disputan el torneo, solo detrás de Lionel Messi y Luis Suárez.

Su camino hasta acá no fue fácil. El cuerpo no le dio tregua. Arrastró molestias musculares, recaídas, dudas. En los últimos 67 días jugó apenas 33 minutos. Pero nunca dejó de entrenarse. Nunca se bajó. Le ofreció a Miguel Russo jugar igual, infiltrado, a media máquina, como fuera. El técnico lo frenó con una frase que todavía resuena en el entorno: “Mejor un día más que 20 menos”, le dijo. Prefirió cuidarlo, esperar el momento justo. Y ese momento, al borde del abismo, parece haber llegado.

Hace poco, frente al Bayern, quedó una imagen que todavía flota en el ambiente. Cavani caminando solo por el pasillo detrás de los bancos, con las manos en los bolsillos y la mirada fija en el césped. La Bombonera improvisada en Miami lo ovacionó igual. Él respondió con un saludo sencillo, mezcla de respeto, frustración y compromiso. Se moría por entrar. Por la clase de partido que era, por enfrentar a un gigante europeo al que había amargado en sus mejores años por Europa. Y, sobre todo, porque desde aquella final de Libertadores 2023, traía la ilusión de representar a Boca en un Mundial de Clubes, un sueño que ahora estaba cerca de cumplirse.

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— Boca Juniors (@BocaJrsOficial) June 23, 2025

El cuerpo técnico lo evaluó el fin de semana. Él pidió jugar. Y aunque no esté al cien por ciento, su sola presencia puede levantar el ánimo de sus compañeros y, a la vez, intimidar a los rivales. Podría ingresar en lugar de Tomás Belmonte, en un once que también presentaría otros retoques: Malcom Braida por Kevin Zenón y Marco Pellegrino en reemplazo del lesionado Ayrton Costa, lo que volvería a relegar a Marcos Rojo. Mientras tanto, Merentiel venía desgastado tras el esfuerzo contra Bayern, pero ya luce recuperado y está listo para jugar. Además, se mantiene como el jugador más destacado del equipo: convirtió en los dos partidos anteriores y es el goleador de este Boca mundialista. Esta vez, Russo apostaría por el doble 9 para sumar presencia en el área rival. Y junto a Cavani, pueden formar una dupla letal que le dé a Boca el empujón que está buscando. Si el técnico se decide por otra opción, Milton Giménez aparece como la principal alternativa para reforzar el ataque.

El equipo llega al límite. Jugó con personalidad ante Benfica y Bayern, pero no le alcanzó. Esta vez, no hay margen: tiene que golear y rezar. Auckland City, en teoría el más débil del grupo, recibió 16 goles en dos fechas. Pero Boca no puede confiarse. Tiene que entrar con el cuchillo entre los dientes. Por eso Russo planea un equipo ofensivo, intenso, decidido desde el primer minuto. Para ir por todo en busca de la heroica.

Si se le da la combinación, Boca avanzará a los octavos de final, donde lo espera el ganador de Chelsea y Espérance de Túnez, que también jugarán este martes. Ese cruce se disputará el domingo, en el Hard Rock. Un escenario donde Boca ya dejó su huella, donde la hinchada pintó las calles de azul y oro y donde todo parece más cercano, más familiar. Por eso, más que nunca, la ilusión se mantiene viva.

La gente lo entendió así. Los hinchas volvieron a movilizarse como pasó hace unos días en Miami, esta vez en caravana de autos que recorrieron más de mil kilómetros para llegar hasta Nashville. Otros llegaron en avión, con la entrada en el celular y la garganta preparada. Este lunes armaron un banderazo sobre la mítica calle Broadway y otro en una zona residencial de la ciudad, alterando la paz de un barrio que no sabía de qué se trataba tanto alboroto. En plena tierra del country, volvió a sonar la cumbia. Y con ella, un grito de ilusión.

Este lunes, Russo tuvo una charla franca con el uruguayo y le pidió que le dijera sin vueltas cómo se sentía. Le hizo saber que, si estaba en condiciones, lo tendría en cuenta para jugar desde el arranque. Cavani confirmó que sí. Boca no hizo fútbol antes de viajar, solo se movió un poco en el hotel y partió después del almuerzo. Por eso, el equipo se conocerá este martes, aunque algunos nombres se imponen por peso específico. Cavani no convierte desde hace más de tres meses, en la goleada 4 a 0 sobre Defensa y Justicia, y llega con la sangre en el ojo por tantos partidos en los que no pudo estar para ayudar al equipo

Será una jornada larga, que se vivirá minuto a minuto, como aquellos viejos domingos de radio. Un día para dejar todo en la cancha, para luchar cada segundo y sentir cada emoción, para jugar con la cabeza fría y, sobre todo, con el corazón en La Boca.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/deportes/futbol/boca-juniors/con-cavani-como-bandera-boca-armo-una-fiesta-en-nashville-en-la-previa-del-partido-con-auckland-city-nid24062025/

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