Condenan a un enfermero por maltratar y abusar sexualmente de pacientes en rehabilitación
MAR DEL PLATA.- Abuso sexual de una mujer internada para rehabilitación tras haber sufrido un ACV. Maltratos a otros pacientes, por ejemplo, obligarlos a ducharse de madrugada y con agua fría. La...
MAR DEL PLATA.- Abuso sexual de una mujer internada para rehabilitación tras haber sufrido un ACV. Maltratos a otros pacientes, por ejemplo, obligarlos a ducharse de madrugada y con agua fría. Las denuncias y los testimonios recibidos durante el desarrollo del juicio oral y público le bastaron al Tribunal Oral en lo Criminal Federal de esta ciudad para condenar a 11 años de prisión e inhabilitación perpetua de ejercicio profesional a un enfermero que se desempeñaba en el Instituto Nacional de Rehabilitación Psicofísica del Sur (Inareps) de esta ciudad.
La fiscalía había solicitado para Rubén Omar Rivas, de 52 años, una pena de 14 años de cárcel por abuso sexual gravemente ultrajante agravado y vejaciones, en tanto la defensa pidió la absolución al cuestionar los testimonios de las víctimas y argumentar, además, que no había precisiones sobre las fechas en que supuestamente habrían ocurrido los delitos que se le imputaban.
Rivas permanecía detenido en la Unidad Penal Federal de Marcos Paz, siguió este debate por video y recién este miércoles fue trasladado a Mar del Plata para escuchar el fallo de los jueces Roberto Falcone, Martín Poderti y Fernando Minguillón.
“Nunca me acusaron de algo tan aberrante, le pido perdón a mi familia por lo que estamos pasando”, dijo antes de conocer la condena, sin negar de manera terminante los hechos por los que llegó a esta instancia.
Sus víctimas fueron una mujer que, de acuerdo al detalle que brindó el fiscal Carlos Fioriti, se recuperaba de un accidente cerebrovascular.
“En momentos de realizarle un hisopado rectal, higienización y un electrocardiograma le realizó tocamientos en la vagina de la víctima, introduciéndole sus dedos, y tocamiento de pechos”, describió. También aseguró que la obligó a tocarle el pene con una mano que la paciente no podía controlar debido a una discapacidad motriz, producto de la patología que cursaba.
“Me hizo algo horrible, como si me estuviera masturbando algo así”, declaró la víctima, que tiene domicilio en la vecina localidad de Ayacucho y a pesar de sus dificultades físicas, postrada en silla de ruedas producto de aquel ACV, pidió viajar y declarar ante los jueces.
Los otros dos hechos denunciados en esta causa corresponden a hombres, también internados y ambos con afasia, a quienes los habría obligado a bañarse con agua fría, decirle expresiones humillantes, arrojar agua sobre sus traqueotomías y “revolearlos sobre sus camas”.
Estos últimos casos datan de 2017 a 2018, en tanto el de la mujer se ubicó en el transcurso de 2021. La madre de uno de los jóvenes, internado allí tras un siniestro vial, aseguró que Rivas bañó a su hijo “con agua fría en pleno invierno” y que como consecuencia “volvió morado del baño, temblando y tenso, asimismo lo trato mal como paciente burlándose de él”.
El otro denunciante tiene HIV y destacó los maltratos del enfermero con expresiones agresivas. Este paciente llegó a declarar, también por videollamada debido a la gravedad de su cuadro, y falleció hace unos días en su domicilio, a menos de una semana de que se conociera este fallo.
La investigación de estos casos tuvo su origen en una denuncia que hizo llegar por mail otra enfermera del Inareps. En esa oportunidad se dirigió a los tribunales bonaerenses, pero el tratarse de una dependencia de la órbita nacional se dio traslado para que tome intervención la Justicia federal.
“Los hechos que se han expuesto en este debate han sido horrorosos”, aseguró Fioriti a poco de conocerse la pena y valoró la cantidad de testimonios que se escucharon durante el desarrollo de este juicio oral y público, entre ellos varios profesionales que atendían a estos pacientes. El fiscal se manifestó conforme con la decisión del tribunal.
Durante ese debate se escucharon fuertes críticas a la labor de Rivas, incluso de sus colegas, por la calidad de servicio y desempeño que tenía en el ejercicio de sus funciones de atención a pacientes.
Hubo menciones a que sus cuestionadas actitudes eran conocidas, pero no habían trascendido, ya que era superior de alguno de sus pares y su hermana era jefa del área de Enfermería en ese instituto.
Rivas había alcanzado, a poco de avanzar esta causa y su procesamiento, el beneficio de la detención domiciliaria. Le fue revocada poco después, a mediados del año pasado, a pedido de la Fiscalía.
Los jueces también atendieron el pedido que Fioriti hizo en su alegato y además de los 11 años de prisión por los delitos “abuso sexual gravemente ultrajante agravado por haberse perpetrado por una persona encargada de la guarda de la víctima y en concurso real con el delito de vejaciones en perjuicio de dos pacientes” le impusieron la inhabilitación especial perpetua para el ejercicio de la profesión de enfermero.