Córdoba. El integrante de H.I.J.O.S. que asesinó a su madre quedó a las puertas del juicio
CÓRDOBA.- Fernando Albareda, integrante de la agrupación H.I.J.O.S. y exfuncionario de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, ...
CÓRDOBA.- Fernando Albareda, integrante de la agrupación H.I.J.O.S. y exfuncionario de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, quedó a las puertas del juicio por el crimen de su madre, del que es acusado de ser el autor material del homicidio ocurrido el 2 de agosto del año pasado. La Cámara de Acusación de Córdoba le confirmó la prisión preventiva y rechazó todos los planteos de nulidad presentados por su defensa.
La investigación del asesinato de Susana Beatriz Montoya, de 74 años, dio un giro sorpresivo casi en su inicio. Los investigadores habían empezado con la hipótesis -impulsada por el hijo de la víctima- de que el crimen era una venganza relacionada con los derechos humanos y la última dictadura, en la que desapareció el subcomisario Ricardo Fermín Albareda, torturado y asesinado en 1979. Sin embargo, a los pocos días Albareda quedó preso e imputado por homicidio calificado por el vínculo.
Después de la decisión de la Cámara de Acusación, el fiscal Juan Pablo Klinger, notificó la elevación a juicio. Albareda está acusado por el homicidio y también por las falsas amenazas que simuló.
Albareda había contado que encontró el cuerpo de su madre en el patio de su casa, en el barrio Ampliación Poeta Lugones, con signos de violencia: golpes en la cabeza y un corte aparentemente realizado con un arma blanca.
Además, dio cuenta de una pintada escrita con lápiz labial en una pared: “Los vamos a matar a todos. Ahora vamos por tus hijos”.
El fiscal Klinger, al ordenar su detención, indicó que con la incorporación “de profusos y contundentes elementos probatorios” llegó a la conclusión de que Albareda era el homicida.
El informe técnico del Área de Grafocrítica de la Policía Judicial estableció que “los manuscritos obrantes en la pared de la casa de la víctima presentan grafocinetismos afines con algunos de los grafismos de los anónimos analizados con motivo de las amenazas denunciadas el 8 de diciembre del año 2023 por el imputado, presentando ambas características similares a las de Fernando Armando Albareda”.
Las imágenes de una cámara de seguridad cercana a la casa de Montoya, registró la llegada de Albareda a las 20.30 del jueves 1 de agosto. Iba solo, a pie. También quedó grabado a las 22.20, cuando salió por la misma puerta.
La noche del crimen Albareda cenó con su madre. Habían estado distanciados, pero habían recompuesto la relación hacía un tiempo, según dijeron testigos. En una mesa de la cocina había dos vasos, dos cubiertos y un plato con algo de comida. El otro estaba en el patio, roto.
Montoya salió con restos de la cena para darles de comer a sus perros. Fue allí donde fue atacada. La autopsia reveló que fue estrangulada, golpeada con un trozo de ladrillo varias veces en la cabeza y, ya muerta, apuñalada en el cuello.
Los investigadores determinaron que Albareda la atacó por la espalda: le pasó una cuerda por el cuello y tiró de ella. En el piso le pegó del lado izquierdo de la cabeza, después del derecho, y con un palo de escoba, en la frente. Para terminar, le clavó el cuchillo.