Cuál fue la clínica en la que murió el paciente que se hizo un implante dental
Miguel Ángel Berlini, un hombre de 64 años, murió este miércoles durante un procedimiento de implante dental en un establecimiento del barrio de Belgrano. La justicia ...
Miguel Ángel Berlini, un hombre de 64 años, murió este miércoles durante un procedimiento de implante dental en un establecimiento del barrio de Belgrano. La justicia ordenó la detención de dos profesionales de la salud y la clausura del lugar. La fiscalía investiga el hecho como un presunto homicidio culposo mientras los familiares del paciente reclaman por un posible encubrimiento y exigen explicaciones.
Cuál fue la clínica en la que murió el paciente que se hizo un implante dentalEl procedimiento se realizó en la Clínica Robles, ubicada en la calle Virrey del Pino al 2500, en el barrio porteño de Belgrano. Miguel Ángel Berlini llegó al lugar el miércoles 19 de noviembre a las 8.00 para una intervención que programó meses antes. La cirugía debía concluir cerca del mediodía.
Tras la muerte, el establecimiento quedó clausurado con una faja judicial por orden de la fiscalía interviniente. El dueño del centro médico es uno de los profesionales que quedó bajo arresto. La familia de Berlini, que esperó durante horas en una sala contigua, no recibió información sobre el estado del paciente hasta entrada la tarde.
Los médicos imputados y el avance de la causa
El fiscal Belloqui, a cargo de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N°59, lidera la investigación. El funcionario dispuso la detención de los dos médicos involucrados en la operación. La imputación preliminar es por homicidio culposo.
Los detenidos son el cirujano plástico Marcelo Fernando Robles, de 57 años, dueño de la clínica, y el cirujano maxilofacial José Miguel Galeano, de 47 años. Este último alquiló el quirófano para realizar el implante.
La Unidad Criminalística recibió la orden de peritar la sala de operaciones. El fiscal también solicitó el secuestro de la historia clínica del paciente, las credenciales profesionales de los médicos y toda la documentación vinculada al procedimiento. El cuerpo de Berlini fue trasladado a la morgue forense para la realización de la autopsia correspondiente, que buscará determinar las causas exactas de la muerte.
Una espera de nueve horas y el relato de la familiaLa familia de Berlini vivió una jornada de angustia y falta de información. Su hermana Alejandra, de 62 años, y sus hijas, Camila, de 27, y Celeste, de 30, lo acompañaron a la clínica. Alejandra explicó a LA NACION que los estudios prequirúrgicos estaban en regla y que su hermano no tenía antecedentes médicos.
“Llegamos todos juntos a las 8. A las 8.30 vino el odontólogo. Le dieron una habitación y a nosotros nos mandaron a otro cuarto”, detalló la mujer. Cerca del mediodía, Robles apareció por primera vez. “‘Lo van a terminar de suturar, lo voy a llevar a terapia para escanearle la boca’”, recordó Alejandra que le dijo el médico.
La justificación generó dudas. “Le pregunté por qué a terapia. Y me respondió que el escáner estaba allí, pero después una señora me dijo que a ella la escanearon en la habitación”, agregó.
La llegada de un abogado que se presentó en nombre de Robles a las 13.30 incrementó el temor de la familia. Recién a las 17.30, más de cinco horas después de que comenzaran a pedir explicaciones, los dos cirujanos comunicaron la noticia.
“‘Hubo un inconveniente. Cuando lo terminamos de suturar hizo un paro cardiorrespiratorio. Intentamos reanimarlo por 40 minutos’, nos dijeron”, relató la hermana del fallecido. El SAME certificó la muerte a las 16.40.
Las dudas sobre la reanimación y la principal sospechaEl relato de los médicos sobre las maniobras de reanimación generó más interrogantes para la familia. Alejandra cuestionó la falta de equipamiento en el quirófano. “Le digo: ¿No tenés electroshock? ¿En un quirófano no hay electroshock?”, le preguntó a Robles, sin obtener respuesta.
La mujer criticó el procedimiento aplicado. “Estuvieron 40 minutos haciéndole RCP; jamás lo iban a reanimar de esa manera. Cuando alguien tiene un paro cardiorrespiratorio se le inyecta una medicación para que el corazón vuelva a bombear, y acá no le inyectaron nada”, afirmó.
La familia espera que la justicia pida el relevamiento de las cámaras de seguridad del quirófano. La principal sospecha de los allegados apunta a una sobredosis de sedación. “Yo me la juego que se pasaron con la sedación. Es muy difícil que por un implante te agarre un paro cardiorrespiratorio; él no tenía antecedentes”, insistió Alejandra.
Este contenido fue producido por un equipo de LA NACION con la asistencia de la IA a partir de un artículo firmado por María Clara Aaron de Simone.