De Fangio a Colapinto: cómo la inteligencia artificial está revolucionando la Fórmula 1
El 4 de agosto de 1957, Juan Manuel Fangio protagonizó en Nürburgring una remontada legendaria, guiado solo por el instinto y el coraje. Hoy, casi siete décadas después, la Fórmula 1 corre con...
El 4 de agosto de 1957, Juan Manuel Fangio protagonizó en Nürburgring una remontada legendaria, guiado solo por el instinto y el coraje. Hoy, casi siete décadas después, la Fórmula 1 corre con otra clase de cerebro: el de la inteligencia artificial. Lo que antes era intuición, ahora son datos. Lo que era reacción, hoy es predicción. Y el automovilismo ya nunca volverá a ser el mismo, según detalla un nueva informe de Globant.
Actualmente, decisiones estratégicas que antes tomaban minutos se resuelven en cuestión de segundos gracias al procesamiento de terabytes de datos en tiempo real. La inteligencia artificial analiza información como el desgaste de neumáticos, la temperatura ambiente, el comportamiento de los pilotos y la proximidad de rivales para modificar la estrategia de carrera sobre la marcha. Este ecosistema de datos transformó la forma en que se compite, se entrena y se sigue el deporte.
Más allá del rendimiento, la IA también mejoró la seguridad. Algoritmos de aprendizaje automático interpretan patrones de manejo y condiciones del circuito para anticipar riesgos y generar alertas inmediatas ante cualquier anomalía. En caso de accidente, los sistemas automatizados permiten activar protocolos médicos en tiempo récord, reduciendo los tiempos de respuesta y aumentando la eficacia de la atención en pista.
Los equipos también se apoyan en tecnologías como los “gemelos digitales”, que replican en simulaciones virtuales cada aspecto del auto, desde la aerodinámica hasta el consumo de combustible. Estas herramientas permiten ensayar múltiples escenarios sin necesidad de pruebas físicas, optimizando no solo el rendimiento, sino también los recursos. Se utilizan durante las carreras para predecir movimientos de los rivales, ajustar estrategias en tiempo real y mejorar la coordinación entre pilotos, ingenieros y estrategas.
En paralelo, la experiencia del fanático cambió drásticamente. Herramientas como F1 Insights, desarrolladas junto a AWS, permiten acceder a visualizaciones interactivas de datos complejos que explican decisiones de carrera, paradas en boxes o maniobras clave. Durante el Gran Premio de Baréin 2025, por ejemplo, se utilizaron robots con IA para que personas desde distintas partes del mundo pudieran explorar el paddock o interactuar en tiempo real con pilotos.
La IA también se coló en el diseño. En 2024, los trofeos del Gran Premio de Canadá fueron concebidos por un sistema de inteligencia generativa, en colaboración con AWS. En paralelo, escuderías como McLaren, Aston Martin y Alpine reforzaron su infraestructura digital aliándose con firmas especializadas en ciberseguridad, conscientes de que la protección de los datos se ha vuelto un activo clave. Plataformas como Darktrace, SentinelOne y Arctic Wolf utilizan redes neuronales para monitorear, detectar y responder a amenazas en tiempo real.
Por otro lado, la inteligencia artificial también se utiliza para optimizar la relación con los seguidores. McLaren, a través de la plataforma Einstein 1, unifica más de una docena de fuentes de datos para personalizar el contenido que reciben sus más de 700 millones de fanáticos. Esta integración permite automatizar comunicaciones, enviar notificaciones en momentos clave y mejorar la gestión de socios comerciales. Todo esto, con el objetivo de fortalecer la fidelidad de marca y generar experiencias cada vez más adaptadas.
En pista, la Fórmula 1 adoptó el sistema Team Content Delivery System (TCDS), que reduce drásticamente la latencia en la entrega de datos críticos durante las carreras. Los tiempos de respuesta pasaron de nueve a menos de cinco segundos, lo que resulta crucial en momentos de máxima presión. A su vez, tecnologías inmersivas como la realidad aumentada y la realidad virtual se integran en los entrenamientos, permitiendo simular condiciones reales de carrera, optimizar las prácticas de paradas en boxes y mejorar el rendimiento de los pilotos.
El edge computing y la telemetría son otras dos herramientas fundamentales. Más de 300 sensores instalados en cada auto recopilan datos en tiempo real, que luego son procesados en el propio circuito, minimizando la latencia. Esta combinación permite reaccionar ante cualquier evento con rapidez quirúrgica y tomar decisiones con mayor precisión, sin depender de centros de datos remotos.