Di María contó que quiere ser DT junto a Leandro Paredes y que sueñan con dirigir a Central y a Boca
Ángel Di María volvió a Rosario Central a los 37 años, no para una gira sentimental (que también se da con naturalidad en cada estadio), sino para competir, ganar y dejar una huella antes de p...
Ángel Di María volvió a Rosario Central a los 37 años, no para una gira sentimental (que también se da con naturalidad en cada estadio), sino para competir, ganar y dejar una huella antes de ponerle el broche final a una carrera perfecta. Y, mientras disfruta de un presente brillante bajo la conducción de Ariel Holan —con el equipo clasificado primero en su zona y instalado como candidato a ganar el Clausura—, empezó a darle forma al capítulo que viene: el del entrenador.
La noticia, en rigor, no es que Fideo quiera ser técnico. Eso ya lo había sugerido en más de una ocasión. Lo que impactó en sus declaraciones a ESPN fue que su plan incluye a Leandro Paredes como compañero de fórmula. Y no solo eso: también contempla un paso por Boca y por Rosario Central. Uno y uno. “Ya está hablado”, repite Di María cada vez que puede, como si quisiera dejar en claro que no se trata de una ocurrencia de una noche de charla, sino de una idea meditada, conversada y, sobre todo, deseada.
“Vamos a intentar armar un cuerpo técnico juntos. Vamos a intentarlo en su momento. Yo soy mucho más grande, en ese transcurso que él quiera retirarse ya puedo ir mirando cosas. Ya estoy haciendo el curso”, dijo en ESPN durante la celebración de los 25 años de SportsCenter. Y enseguida lanzó la bomba: “El deseo es dirigir a Central y a Boca”.
La relación entre Di María y Paredes excede largamente la camaradería de selección. Son amigos de verdad, que comparten cenas con sus familias y que hablan con la naturalidad de los hermanos de diferentes cuestiones de la vida.
Se cruzaron en el PSG, levantaron juntos la Copa América, la Finalissima y el Mundial. La sintonía entre ambos es visible, incluso para quienes los vieron hablar aquella noche del 14 de septiembre en el Gigante de Arroyito, cuando Boca visitó a Central. Antes, durante y después del 1 a 1 —que incluyó un golazo olímpico de Ángel— se quedaron largos minutos conversando en el campo de juego. Hasta intercambiaron camisetas, como si el fútbol les estuviera regalando una postal.
“Una vez en cada lado vamos a estar, si se nos da y si nos contratan. Pero eso ya fue hablado. La idea es una vez en Central y una vez en Boca seguro, eso seguro”, insistió Di María. Y ahí está la clave: para él es un plan, no un deseo abstracto. Para Paredes, también.
Angelito tiene una definición de cómo deben jugar sus equipos. “Mis equipos van a jugar 4-3-3, sí, como siempre, a morir. Lea me dijo lo mismo, así que no hay problemas”. La frase resume su forma de ver el fútbol: desborde, vértigo, presión alta, extremos que lastiman y un mediocampo ejemplarmente distribuido. Con todo el plus de lo que heredó de los mejores entrenadores de Europa, con el portugués José Mourinho com figura destacada.
🗣️ “En un futuro vamos a armar un CT con Leandro Paredes. Vamos a jugar 4-3-3. Vamos a dirigir una vez a Central y otra a Boca”
✍️ Ángel Di María
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Ante la consulta referida a qué le queda por cumplir. Fideo no titubeó: “Ser campeón con Central. Es por lo que volví. No vine para retirarme. Volví para ganar”. Y lo dice con la convicción de quien conoce cada rincón del Gigante, desde los tiempos en que Ángel Tulio Zof lo subió desde abajo cuando pocos creían en él. “Don Ángel me dio la chance cuando nadie confiaba en mí. Siempre hay que dar una mano. Si no me sacaba desde abajo, no pasaba todo lo que pasó”. Ese recuerdo, asegura, lo marcó para siempre.
En la entrevista recordó el frustrado intento por volver a Central en 2024. Un regreso que estaba prácticamente cerrado, pero que no pudo concretarse por las amenazas que sufrió su familia. “Uno tiene una familia. Tenía que decidir en circunstancias difíciles. No me sentía seguro, ni para mí ni para mi familia. Habían muchas cosas que no me cerraban. Por eso tomé esa decisión”, explicó. Muchos creyeron que ese episodio lo alejaría para siempre del club. Pero el fútbol, otra vez, tenía otros planes.
👀 ATENCIÓN SCALONI: en un mano a mano imperdible con #SportsCenter, Ángel Di María confesó que, además de dirigir a Rosario Central y a Boca, también le gustaría comandar a... ¡la Selección Argentina!
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Hoy, con la camiseta auriazul tatuada en el alma, Di María disfruta de un reencuentro soñado: goles, liderazgo, aplausos y un nivel competitivo que supera cualquier pronóstico. Su presente, quizá por fin, está en paz con su historia.
La posibilidad de dirigir a Boca no es caprichosa. Paredes lo dijo varias veces: es su club. El que le marcó el camino, el que lo formó, el que siempre aparece en sus posteos, incluso desde Europa. “Somos muy amigos, lo dije muchas veces. Para mí es como un hermano menor. Y las familias se llevan muy bien. Nos gustaría mucho”, contó Di María. “Todavía no charlamos si sumaba alguien más al cuerpo técnico. Falta. Puede aparecer alguno más”.
El sueño, sin embargo, no termina ahí. Cuando se le preguntó si se veía en la Selección, Fideo sonrió de costado. “Si se da, por qué no. Sería algo lindo. Lo vi en Scaloni, en Samuel, en el Ratón Ayala, en Aimar. Les ves la cara de felicidad por estar ahí y cómo lo disfrutan. Si todo va bien y las cosas se dan, seguro que nos gustaría”.