Diego Schwartzman retrasó su retiro en el Argentina Open: dio un batacazo ante Nicolás Jarry e hizo delirar al público del BALTC
¿Cuántas veces le dijeron que no podía? ¿En cuántas oportunidades él y su familia escucharon que no llegaría o que la altura (1,70m) no le permitiría ser de la súper elite? Diego Schwartzm...
¿Cuántas veces le dijeron que no podía? ¿En cuántas oportunidades él y su familia escucharon que no llegaría o que la altura (1,70m) no le permitiría ser de la súper elite? Diego Schwartzman (32 años) construyó una riquísima carrera profesional de quince años superando límites, uno tras otro, desoyendo los augurios maliciosos. ¿Por qué no se ilusionaría con dar la sorpresa en el ATP 250 de Buenos Aires, en la primera ronda, para estirar, al menos por unas cuantas horas, su anunciado retiro? Miles de personas poblaron las tribunas del Buenos Aires Lawn Tennis Club para presenciar su probable última función, sin embargo, el porteño se lució, disfrutó e hizo delirar a todos, venciendo por 7-6 (12-10), 4-6 y 6-3 al chileno Nicolás Jarry, 40° del mundo y finalista hace doce meses.
Vaya curiosidad. Schwartzman, número 8 del mundo durante una semana en octubre de 2020, después de alcanzar las semifinales de un inusual Roland Garros jugado en septiembre, post pandemia, no ganaba un partido en el cuadro principal de un ATP desde el 17 de octubre de 2023 (484 días), ante Francisco Cerúndolo en Tokio. Después de cinco meses sin tocar la raqueta, la semana pasada actuó en el Challenger de Rosario (cayó en la primera ronda con Camilo Ugo Carabelli, más tarde el campeón). Llegó a Buenos Aires, para competir invitado al Argentina Open, sin demasiadas expectativas. La jerarquía de su rival, finalista en Roma el año pasado y séptimo preclasificado en el BALTC, hacía suponer el final. Pero Schwartzman, sin problemas físicos, sonriente y suelto como hacía tiempo que no se lo veía, logró una victoria enorme en casi tres horas.
SE QUEDA. 🇦🇷
With his career on the line, @dieschwartzman stuns last year’s finalist Jarry 7-6(10) 4-6 6-3 in Buenos Aires!! pic.twitter.com/9J3LOOKQX1
“La verdad que es increíble. Compartir todo esto con familiares, amigos, con los integrantes de mis equipos... es maravilloso. Quería irme de esta manera, disfrutando, dando un buen espectáculo”, expresó Schwartzman, no bien terminó el partido, escuchando el canto ‘¡Y Peque no se va y Peque no se vaaa!’. Este jueves, por los 8vos de final, el argentino se medirá con el español Pedro Martínez, 41° del ranking. Sin embargo, Diego cumplió con lo que anhelaba antes de jugar en el BALTC: brindar un buen espectáculo, saborear de algunos ricos peloteos, ganar puntos con esa cuota de esfuerzo que siempre mostró y dar una imagen positiva. El Peque no quería irse dando lástima y vaya si logró el cometido. Lo que pase este jueves ante Martínez será una anécdota.
“El partido contra Nico fue una lucha mental. En el partido con Camilo, la semana pasa en Rosario, fue una lucha constante. Entre no jugar después de cinco meses a este nivel, que cuesta mucho, todo el tiempo decía ‘ya está, soltalo, tirá un par de drops, llorás un poquito después y se terminó'. Por el otro lado errás una bola y decís ‘la puta madre, quiero ganar’. En el tercer set me empecé a cansar, pero la gente me ayudó, creo que a él los nervios y el ruido de la gente no lo ayudaron”, amplió Schwartzman.
AURA pic.twitter.com/3YRdU2MDui
— IEB+ Argentina Open (@ArgentinaOpen) February 12, 2025¿El resultado puede hacerlo cambiar de opinión? “Mi vieja (Silvana) no quiere que me retire, los otros sí, porque analizan conmigo. Mi sueño era irme de esta manera. ¿Voy a ir la semana que viene a Río y perder en la primera ronda con un qualy? No. No lo puedo sostener. Tengo muchas cosas alrededor del deporte que me gustaría hacer, un montón de cosas que pospuse para correr tres horas alrededor de la cancha. Sufro mucho del estómago, ahora me tomé 200 pastillas para estar mejor. Llevo comiendo arroz y agua hace días de los nervios. El deporte de elite te lleva a eso y hay un montón de cosas afuera de la cancha que no se ven. Prefiero, hasta donde me da, pasarla bien”.