Lo último Escuchar artículo

Dos prestigiosas cardiólogas estadounidenses revelan los tres avances más prometedores y la gran deuda pendiente

La semana pasada, Buenos Aires fue escenario de un debate que expuso cómo está cambiando —y a gran velocidad— la manera en que se diagnostican y tratan las enfermedades cardíacas. En ...

Dos prestigiosas cardiólogas estadounidenses revelan los tres avances más prometedores y la gran deuda pendiente

La semana pasada, Buenos Aires fue escenario de un debate que expuso cómo está cambiando —y a gran velocidad— la manera en que se diagnostican y tratan las enfermedades cardíacas. En ...

La semana pasada, Buenos Aires fue escenario de un debate que expuso cómo está cambiando —y a gran velocidad— la manera en que se diagnostican y tratan las enfermedades cardíacas.

En el congreso “Nuevos Paradigmas en Cardiopatía Isquémica y Estructural”, organizado por la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC), la cardióloga estadounidense Alexandra Lansky, directora del SCAI Journal, y Roxana Mehran, futura presidenta del American College of Cardiology (ACC), ofrecieron un panorama que revela una transformación profunda: procedimientos que ya no requieren bisturí, inteligencia artificial que anticipa riesgos antes de que aparezcan los síntomas y nuevas terapias capaces de cambiar el pronóstico de millones de pacientes.

El congreso dejó varias certezas. Por un lado, la aceleración del desarrollo de dispositivos capaces de reparar válvulas cardíacas sin abrir el tórax. Por otro, la creciente presión para cerrar una brecha histórica: la falta de evidencia robusta en mujeres, especialmente en enfermedad coronaria. Todo ocurre, además, en un contexto donde la enfermedad cardiovascular sigue siendo la primera causa de muerte en el mundo y en la Argentina.

La cardiología estructural está cambiando a gran velocidad. Durante décadas, la corrección de válvulas dañadas implicaba una cirugía mayor. Hoy, muchos de esos problemas pueden resolverse por vía percutánea, a través de un pequeño acceso por la pierna, sin abrir el pecho y con alta en 24 o 48 horas.

Lansky lo resume así: “El tratamiento de la estenosis aórtica severa se volvió un estándar mundial”. Se refiere al TAVR, un procedimiento que implanta una válvula nueva por catéter, una alternativa que desplazó a la cirugía en muchos pacientes. Pero, para ella, esto es solo el inicio. “El futuro sostiene enormes promesas para el tratamiento percutáneo de la insuficiencia aórtica, mitral y tricuspídea”, señala.

Son válvulas más complejas, difíciles de tratar sin cirugía, pero la industria ya está produciendo dispositivos diseñados para resolverlas mediante mínimas incisiones.

Hay otra línea de investigación que entusiasma a la especialista: la denervación pulmonar, una técnica experimental para aliviar la hipertensión pulmonar, una enfermedad grave que afecta a los vasos sanguíneos del pulmón. “Los resultados preliminares son prometedores y un estudio pivotal está por comenzar en Estados Unidos”, anticipa.

La deuda científica con las mujeres

Tanto Lansky como Mehran llevan años estudiando las diferencias entre hombres y mujeres en cardiología. Y no son menores. Los síntomas, los mecanismos de la enfermedad e incluso la respuesta a algunos tratamientos pueden ser distintos. Pero durante décadas, las mujeres participaron en proporciones muy bajas en los estudios clínicos, lo que dejó enormes vacíos de evidencia.

“Este es un campo que evoluciona rápidamente, con nueva evidencia que empieza a compensar la subrepresentación histórica”, dice Lansky.

Uno de los focos actuales es INOCA (Ischemia with Non-Obstructive Coronary Arteries), una forma de isquemia cardíaca sin obstrucciones visibles en las arterias coronarias. Afecta con frecuencia a mujeres y durante años fue minimizada, según las expertas. Hoy existen nuevas guías para diagnosticarla mediante estudios que permiten personalizar el tratamiento según el tipo de disfunción.

Lansky también destaca que hoy existen mejores herramientas para tratar arterias muy endurecidas por calcio, un problema especialmente común en mujeres. “El estudio EMPOWER CAD mostró que la litotricia intravascular —una técnica que rompe ese calcio con ondas de presión— funciona en más del 90% de los casos”, explica.

Aun así, persiste una pregunta clave: en mujeres con enfermedad coronaria en varias arterias, ¿es mejor hacer una angioplastia o un bypass? “Hay estudios internacionales que se están llevando a cabo que nos van a ayudar a resolver ese interrogante”, señala.

Mehran mira el problema desde la raíz: “Para entender por qué las mujeres no están incluidas en los ensayos se necesita un trabajo intencional y comprometido. Apenas estamos comenzando”.

Propone rediseñar estudios, reducir criterios de exclusión que afectan más a mujeres, educar a los equipos de investigación y facilitar recursos como transporte o cuidado infantil, que suelen ser barreras concretas para participar. “Debemos repensar cómo las invitamos a participar y garantizar que no pierdan tiempo ni ingresos”, agrega.

Una de las diferencias más estudiadas es la forma de presentación del infarto. “Las mujeres no son hombres pequeños”, insiste Mehran. Pueden tener síntomas vagos, enfermedad no obstructiva o desencadenantes emocionales.

“Debemos conocer estas diferencias para no fallar en el diagnóstico, porque la revascularización puede salvar vidas”.

La inteligencia artificial entra al catéter

La inteligencia artificial dejó de ser una promesa futurista para convertirse en una herramienta cotidiana. Lansky lo define con claridad: “La IA es la innovación más disruptiva de la actualidad”.

Ya se integra en la interpretación de tomografías, en la reconstrucción de válvulas, en el análisis automatizado de imágenes invasivas y en modelos que predicen complicaciones.

Mehran coincide: “La IA mejorará nuestra precisión diagnóstica, nuestros procedimientos y la calidad del cuidado clínico”. Para ambas expertas, la IA no reemplazará al médico, pero permitirá decisiones más rápidas y basadas en datos inmensos que un individuo no puede procesar solo.

Terapias nuevas y alianzas globales

Lansky subraya otras tendencias que marcarán la próxima década: los agonistas GLP-1 para reducir riesgo cardiovascular residual, terapias dirigidas a lipoproteína(a), nuevos balones farmacológicos y dispositivos de protección cerebral durante intervenciones estructurales.

“Estamos en un momento extremadamente dinámico, donde buena parte del foco está puesto en terapias mínimamente invasivas”, resume.

Ambas coinciden en que la colaboración internacional será clave para que estas terapias lleguen más rápido a América Latina. “Nuestra comunidad intervencionista es más efectiva cuando colabora”, dice Lansky.

Mehran lo vincula con su futura presidencia del ACC: “El ACC está comprometido en transformar el cuidado cardiovascular para todos. Nadie debe quedar atrás”.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/sociedad/dos-prestigiosas-cardiologas-estadounidenses-revelan-los-tres-avances-mas-prometedores-y-la-gran-nid17112025/

Comentarios
Volver arriba