El Gobierno descarta separar de sus cargos a los funcionarios involucrados en el escándalo de Andis
El gobierno de Javier Milei no piensa, por el momento, en separar a tres funcionarios involucrados por la Justicia en el escándalo de presuntas coimas en la Agencia Nacional de Discapacidad (Andis...
El gobierno de Javier Milei no piensa, por el momento, en separar a tres funcionarios involucrados por la Justicia en el escándalo de presuntas coimas en la Agencia Nacional de Discapacidad (Andis), originado en audios atribuidos a Diego Spagnuolo, durante años cercano al Presidente y extitular de la entidad, quien hoy debe presentarse en Comodoro Py a prestar declaración indagatoria, acusado de direccionamiento de las compras a las droguerías y pedidos de coimas.
Altas fuentes del Gobierno sostuvieron a este diario que no está contemplado separar en lo inmediato de su cargo a Javier Cardini, subsecretario de gestión productiva del Ministerio de Economía, pareja de Ornella Calvete, quien renunció a su cargo horas atrás, y es hija de Miguel Calvete, el empresario señalado como uno de los organizadores de la trama de corrupción en Andis, que según el fiscal federal Franco Picardi desvió cerca de $43.000 millones de dinero de la agencia del Estado hacia empresarios y otros funcionarios.
“¿Cómo vamos a echar a alguien por lo que hizo el suegro?”, contestó un alto miembro del Gobierno en relación a Cardini, pese a que convivía con Ornella Calvete en el departamento donde la Justicia US$700.000 no declarados por la joven durante uno de los allanamientos vinculados con la causa judicial. Ante la misma consulta, desde el Ministerio de Economía postergaban la respuesta sobre el destino laboral de Cardini.
En paralelo, los funcionarios prefirieron no hacer comentarios específicos sobre Lorena Di Giorno y Eduardo “Pino” González, quienes respondían a Calvete y Pablo Atchabahian, según el dictamen elaborado por el fiscal Franco Picardi.
Como publicó LA NACION, Calvete y Atchabahian, cuya detención fue dictada por el juez de la causa, Sebastián Casanello, el viernes pasado, no tenían rol formal dentro de la administración pública, pero impartían órdenes dentro de la Andis como si fueran funcionarios, al punto de diseñar la estrategia, gestionar retornos y decidir adjudicaciones desde fuera. Di Giorno y Eduardo “Pino” González, según el representante del Ministerio Público Fiscal, actuaron como agentes internos de Calvete, filtrando información y facilitando pagos.
El dictamen de la fiscalía que encabeza Picardi acusó a quince personas, entre ellas a Spagnuolo, Atchabahian, Daniel Garbellini (exnúmero dos de la Andis) y empresarios de las firmas Profarma, Génesis, New Farma y Floresta, entre otros.
Los funcionarios del Gobierno, visiblemente incómodos por la reaparición del caso en los medios, tienen como premisa básica separar del escándalo a la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, mencionada en los audios de Spagnuolo como presunta receptora del “3 por ciento” de la recaudación ilegal de coimas a empresarios del rubro salud.
“No figura en la causa judicial”, sostuvo ayer una alta fuente del Gobierno, en un intento por despegar a la secretaria general del caso. Reiteran que Spagnuolo es un “cuentapropista” que actuaba “por su cuenta” y descartan que la investigación alcance a la primera línea del poder.
El subsecretario de gestión institucional, Eduardo “Lule” Menem, y el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, ambos cercanos a Karina Milei, también fueron mencionados en los audios atribuidos a Spagnuolo que dieron origen a la causa, y que el propio exdirector de la Andis –luego de cambiar de abogados– calificó como “falsos” en una declaración judicial, la semana pasada, tres meses después de que estallara el escándalo.
En esos audios, además, Spagnuolo –uno de los funcionarios que más veces llegó la quinta presidencial de Olivos en lo que va del mandato de Milei– habría contado que advirtió al propio Presidente sobre la existencia de coimas e irregularidades en la Andis, aunque su advertencia no habría sido escuchada.