El impacto del torniquete monetario en los medios de pago
El muy fuerte apretón monetario que aplicó el Gobierno en los últimos meses para intentar achicar la demanda de dólares en la previa de las elecciones dejó huellas muy marcadas entre los medio...
El muy fuerte apretón monetario que aplicó el Gobierno en los últimos meses para intentar achicar la demanda de dólares en la previa de las elecciones dejó huellas muy marcadas entre los medios de pago.
En los últimos meses, el uso de las tarjetas de crédito superó al de las tarjetas de débito por primera vez en largo tiempo, y la cantidad de cheques rechazados por falta de fondos suficientes en las cuentas que debían gatillar esos pagos involucró a casi el 4% de los instrumentos emitidos, el mayor nivel desde los picos del 12% alcanzados entre abril y junio de 2020, cuando las restricciones impuestas por la pandemia de Covid-19 cortaron la cadena de pagos.
Son los datos destacados que dejó el Informe Mensual de Pagos Minoristas, un relevamiento que, mes a mes, publica el Banco Central (BCRA) con datos actualizados a septiembre o agosto, dependiendo el caso.
Allí aparece que se efectuaron en agosto (último dato disponible) 178 millones de transacciones de débito por $4,7 billones en agosto, cifras que implican una caída del 15,3% interanual en cantidades y del 13,5% en montos reales.
A su vez, se observaron incrementos interanuales de 9% en cantidades y 5% en montos reales de los pagos realizados con tarjetas de crédito, a la vez que se amplió la proporción de cancelaciones hechas a un pago (al menos para ganar tiempo) versus las realizadas en cuotas, en un contexto en que desaparecieron los pagos financiados con bajo o sin interés.
“La modalidad en un pago representó 87% en cantidades y 64% en montos del total de operaciones con tarjetas de crédito”, dice el informe, que da cuenta del efecto sustitución al que apelaron los consumidores, ya sea porque sus ingresos no cubrían sus necesidades o porque hubieran dedicado parte de ellos a tratar de constituir ahorros de coberturas, ante un temor a una nueva devaluación, comprando dólares.
Concretamente, durante ese mes se realizaron 180,4 millones de pagos por un total $9,4 billones con este tipo de plásticos. “Los canales más utilizados fueron POS y QR, que representaron 39,1% de la cantidad total; e-commerce, con el 37%, y débito automático, con 14,2 %. El QR interoperable alcanzó el 4,3% del total de tarjetas de crédito”, detalla el relevamiento.
A su vez, durante septiembre, poco menos de 100.000 cheques tuvieron problemas de cobro, como se dijo, la mayor proporción entre el total emitido en cinco años.
Los datos son concordantes con la tendencia al alza que mostró en los últimos meses el ratio de irregularidad del crédito al sector privado en general, que se ubicó en 3,7% en agosto, 0,5 puntos porcentuales por encima del registro de julio. Claro que el indicador de mora para los préstamos a las familias alcanzó 6,6%, es decir, también el mayor nivel desde la pandemia.
Los datos más actualizados deberían mostrar un deterioro aún mayor en estas variables. Sólo hay que recordar que, a mediados de mes y en solo una semana y media el costo de financiarse en pesos se triplicó haciendo que esa opción tan natural de liquidez para las empresas fuera casi prohibitiva.
“El resultado fue que comenzaron a patear los pagos, renegociar los plazos antes pactados o frenar sus compras, todos efecto contractivos que derraman y tensionan o provocan cortes en la cadena de pagos”, había descripto oportunamente al respecto el economista Jorge Gabriel Barreto.