El laboratorio de Gallardo en River: seis piezas fijas, dos que empiezan a meterse y las tres grandes dudas
Semana de laboratorio en River Camp. Son días de exámenes, análisis y evaluaciones constantes. Si el superclásico del domingo es una “oportunidad”, Marcelo Gallardo utiliza cada práctica c...
Semana de laboratorio en River Camp. Son días de exámenes, análisis y evaluaciones constantes. Si el superclásico del domingo es una “oportunidad”, Marcelo Gallardo utiliza cada práctica como un banco de pruebas para afinar el ojo a la hora de armar el equipo. El técnico millonario todavía no definió el once que utilizará en la Bombonera para buscar tres puntos cruciales en una semana frenética entre la asunción de las nuevas autoridades y el anuncio de su continuidad durante 2026. Jugar al misterio y apostar a una sorpresa sigue siendo una vieja carta del DT, potenciada por la dificultad que ha tenido para encontrar certezas a lo largo del semestre.
Este viernes por la mañana se dio el anteúltimo entrenamiento en River Camp, pero no dejó demasiados indicios: se bajaron las cargas físicas y no se dio un parado táctico, algo que ocurrió entre miércoles y jueves con diferentes alternativas. Por eso la última práctica, la del sábado por la mañana en Ezeiza, será crucial para definir tanto la nómina de convocados como el once inicial, a la espera del alta médica que recibirían Gonzalo Montiel y Sebastián Driussi.
El lateral derecho está dejando atrás un esguince leve en el ligamento colateral medial de la rodilla izquierda que lo marginó del último partido; mientras que el atacante cumplió las dos semanas de recuperación tras la distensión muscular en el bíceps femoral derecho que sufrió en la Copa Argentina. Ambos respondieron bien a las exigencias desde el martes y se perfilan para decir presentes en la Bombonera.
De acuerdo a lo que pudo saber LA NACION, hay seis apellidos que están fijos en la libreta del entrenador para ser titulares: Franco Armani en el arco; Lucas Martínez Quarta, Lautaro Rivero y Marcos Acuña en el fondo; Juan Portillo, una variante para la línea de fondo o para el eje del campo; y Maximiliano Salas en el ataque. Además, en caso de llegar en condiciones, tanto Montiel como Driussi se meterán en el once. ¿Y los tres que faltan en el mediocampo? Todo parece indicar que Juanfer Quintero será uno, pero ahí está el gran interrogante, tal como lo ha sido a lo largo de todo el año para este intermitente River que nunca pudo consolidarse. Nombres sobran. Certezas faltan.
Gallardo trabajó con dos equipos diferentes a lo largo de estos últimos días. El primero tuvo línea de tres marcadores centrales con Martínez Quarta, Rivero y Portillo, con Montiel y Acuña como carrileros por los costados. Más adelante, estuvo Enzo Pérez, el emblema y capitán que llegará con 46 días sin acción desde su lesión del 24 de septiembre ante Palmeiras, pero que siempre ha sido una garantía en estos duelos: ganó ocho, perdió seis y sólo perdió cuatro de los 18 superclásicos con la banda roja.
Para completar el medio, estuvo Giuliano Galoppo -no jugó ante Gimnasia, pero es el goleador del semestre con seis festejos- y alternaron entre Juanfer Quintero y Santiago Lencina. Arriba, el infaltable Maxi Salas, con rotación de acompañante: Driussi reguló, por eso alternaron Miguel Borja y Agustín Ruberto, hoy dos cartas de alternativa para el banco. Esa parece ser la base del equipo.
Pero luego, en otra prueba táctica, el Muñeco dejó atrás el 3-4-1-2 y evaluó una línea de cuatro defensores, con un mediocampo absolutamente diferente en un esquema 4-2-2-2: Portillo pasó al eje, acompañado por Kevin Castaño y más adelante se posicionaron Matías Galarza y Maximiliano Meza. De acuerdo a sus últimas decisiones, parece ser una alternativa de recambio para algún momento del partido, aunque las dudas se sostendrán hasta último momento: Enzo Pérez, Galoppo y Juanfer parecen meterse, pero el DT aún no descarta a Castaño, Meza y Lencina.
Hipótesis diversas y dudas importantes para un superclásico tan clave como diferente: River llega sumergido en una crisis futbolística con ocho derrotas en los últimos diez partidos, cuatro en fila por primera vez en el Monumental y solamente tres puntos logrados de los últimos 18 en el Clausura. Sin tener asegurado su boleto a la Copa Libertadores 2026, está obligado a ganar para sostenerse entre los tres primeros de la tabla anual, sin depender de los resultados de Riestra, Argentinos y San Lorenzo. Nunca antes a lo largo del ciclo del Muñeco se presentó en la Bombonera con un panorama tan crítico. Llegar sin una base consolidada es un síntoma del momento.
𝐏𝐮𝐥𝐩𝐨 🧤1️⃣ pic.twitter.com/6YDdG778IM
— River Plate (@RiverPlate) November 7, 2025La primera ficha para intentar torcer el presente se movió el miércoles: el flamante presidente Stefano Di Carlo confirmó a Gallardo como director técnico para 2026, sin importar cómo decante el cierre de la temporada actual. Un golpe de efecto necesario, para quitarle presión, minimizar el morbo y enviar un claro mensaje a los jugadores, ya que muchos se jugarán en estos últimos partidos su continuidad en el plantel.
El Muñeco sabe que los once que seleccionará para jugar el domingo tendrán la ardua misión de afrontar la presión y dejar atrás los malos rendimientos y resultados que derivaron en insultos y silbidos del Monumental. Y curiosamente, tras esta histórica mala racha, puede escribir un hito: desde 1984-1986 que no gana tres superclásicos al hilo y desde 1975-1976 que no lo hace en la Bombonera. Ya se impuso en 2023 y 2024. El del 2025 tiene un valor doble.