“El mercado se cayó”: tras la crisis de 2024, no repuntan las ventas de bebidas y crecen las marcas más baratas
Tras el desplome de 2024, muchos sectores de la economía esperaban una recuperación en 2025. Para las bebidas, hubo un rebote en las ventas en lo que va de este año, pero el volumen total está ...
Tras el desplome de 2024, muchos sectores de la economía esperaban una recuperación en 2025. Para las bebidas, hubo un rebote en las ventas en lo que va de este año, pero el volumen total está lejos de los de años anteriores. Un combo de menores ingresos disponibles en la población, con subas de precios en rubros regulados (servicios, educación, salud, transporte, entre otros) y nuevos hábitos de vinculados a la alimentación y las decisiones de compra son factores que explican esta ecuación, que se replica en otros rubros del consumo masivo en el país.
En los primeros 10 meses del año, las ventas acumuladas de bebidas sin alcohol (incluye gaseosas, aguas, jugos, deportivas, entre otras) en el país muestran un crecimiento del 5,4% con respecto a 2024, de acuerdo con los datos de Cadibsa (Cámara Argentina de la Industria de Bebidas sin Alcohol). Sin embargo, al comparar con 2023, el volumen total de este año es un 10,5% inferior, y es apenas comparable con 2021, año condicionado por una dinámica extraordinaria con cuarentenas temporales por la pandemia de Covid-19.
Hay otros datos que describen un escenario más negativo. De acuerdo con la consultora Scentia, que releva 8000 puntos de venta en el país, entre supermercados, mayoristas, autoservicios y súper chinos, entre otros, las ventas de bebidas sin alcohol siguen cayendo: se contrajeron 5,1% interanual en octubre, mientras que son 2,5% menores a las de 2025 si se analiza el acumulado de los primeros 10 meses del año.
Por su parte, los números de la consultora Nielsen dan cuenta de un crecimiento del 6,3% en lo que va de este año para el sector, tras un desplome del 15,8% en 2024. “El mercado se cayó casi 10 puntos”, completan desde una desde las grandes cadenas de supermercados del país, al describir la dinámica del mercado.
Además de las diferentes muestras y herramientas de medición, en el sector describen las divergencias en los números de las diferentes fuentes asociadas a las dinámicas propias del mercado. “La industria enfrenta dos problemáticas: la altísima carga impositiva y la competencia desleal de actores que operan en la informalidad”, afirmaron en Cadibsa, y explican que los números oficiales que relevan en la cámara tiene en cuenta a las grandes firmas del sector, pero no incluye a algunas compañías que producen segundas o terceras marcas.
También, en entidades como la UIA insisten en el crecimiento del contrabando que, entre otros rubros, afecta al de las bebidas. Como informó LA NACION, en las empresas del sector afirman que alrededor del 40% de los comercios que venden en el AMBA tienen en su portfolio de productos alguna marca cuyos productos ingresaron al país de manera ilegal.
La evolución del mercado, más allá de la divergencia en los números, muestra una dinámica similar en 2025. En el primer semestre, las ventas reflejan una recuperación mayor, también explicada por la comparación interanual con los peores meses de la recesión de 2024. Luego, a partir de junio, las ventas están estancadas, y se mantienen en el mismo nivel que el año pasado.
Según el economista Federico Moll, hay un “cambio de incentivos en el mercado” tras el cambio de modelo económico desde 2023, que llevó a una contracción de las ventas en el segmento de consumo masivo que, en su visión, tiene pocas posibilidades de expansión en el corto plazo. “Durante 2023, no tenías incentivo a ahorrar, no accedías a bienes durables y buena parte del ingreso se destinaba a experiencias y consumo masivo. Todo lo que es indulgencia había crecido mucho. Con la crisis de 2024 y el cambio del esquema de incentivos, esos que fueron los ganadores terminan siendo los más perjudicados y queda una base de comparación que no es justa”, explicó el director de la consultora Ecolatina.
“Hoy cambió mucho cómo se usan los ingresos. Aumentó el peso de los servicios que son inelásticos como la educación, aumenta el peso de los bienes durables, que se abarataron en términos relativos, porque los hogares tenían un stock de capital deteriorado y hubo crédito para la compra de esos bienes”, dijo el especialista, y agregó: “Todo está en detrimento de las experiencias y el consumo masivo, que son los perdedores de este período. Y nada nos lleva a pensar que estas condiciones cambien: el crédito para los hogares va a seguir creciendo, el precio relativo de los bienes va a seguir bajando, y esperamos que la tasa de interés siga positiva y no vemos que el tipo de cambio se dispare. La baja de la inflación y el aumento de las importaciones para muchas empresas de consumo masivo es un problema”.
En ese escenario, en las empresas advierten que los segmentos que más traccionan ventas hoy son “la conveniencia” y el nivel de marcas de menores precios. “En aguas puras, que es donde es más difícil diferenciarse, lo que crece mucho es el segmento de precio más bajo, el tier 3, y el bidón. Claramente, el consumidor está yendo a buscar precio”, dijo Carolina Gallego, gerenta de Marketing de Aguas de Origen, la firma en la que se asociaron CCU y Danone y comercializa marcas como Villavicencio, Villa del Sur y Levité.
En ese contexto, planteó que crece entre los consumidores la atención por la salud. “No es algo solo del país, es una tendencia mundial, de personas mucho más atentas a lo que tienen los productos. En aguas, crece el segmento de los productos bajos en sodio. El Norte argentino sigue fuerte el consumo de bebidas con azúcar, pero en el resto del país crece en el mix de ventas los productos cero”, completó la ejecutiva.