El Museo del Louvre cierra una de sus salas más simbólicas por un fuerte deterioro
PARÍS.- El ...
PARÍS.- El Museo del Louvre anunció el cierre inmediato al público de la Galería Campana, una de sus salas más extensas y simbólicas, luego de que un nuevo informe técnico alertara sobre la “especial fragilidad” de varias vigas que sostienen los suelos de la segunda planta del ala sur.
La medida, tomada “por precaución”, afecta a una serie de nueve salas ubicadas sobre la ribera del Sena, que alojan una serie de colecciones de cerámicas griegas antiguas más importantes del museo.
La decisión implica también el desalojo urgente de 65 empleados cuyas oficinas funcionan en la planta superior del sector afectado. Según explicó el Establecimiento Público del Museo del Louvre (EPML), el área del Cuadrilátero Sully se encontraba bajo vigilancia estructural desde hace años debido a su diseño arquitectónico complejo y a las intervenciones realizadas en la década de 1930, que hoy presentan vulnerabilidades.
El informe entregado el 14 de noviembre advierte de un deterioro reciente, aún sin causa determinada, lo que llevó al arquitecto jefe del museo a solicitar el cierre inmediato del espacio.
La dirección del Louvre confirmó que ya se activó una nueva serie de estudios complementarios para identificar el origen del daño y definir las obras necesarias. No hay aún fecha para la reapertura de la galería, que lleva el nombre del marqués Giampietro Campana, cuyos bienes fueron clave en la formación de las colecciones del museo durante el siglo XIX.
Semanas de tensiónEl anuncio ocurre apenas un mes después de otro episodio que alteró profundamente la actividad del Louvre: el espectacular robo de las joyas de la Corona francesa ocurrido el 19 de octubre, que obligó a cerrar parcialmente el museo durante dos días.
Ese día, cuatro ladrones estacionaron un montacargas frente a uno de los balcones de la Galería de Apolo, dos de ellos lo ascendieron y, utilizando una sierra, accedieron al interior a través de una ventana.
En cuestión de minutos, los asaltantes huyeron con ocho piezas históricas, entre ellas una diadema de perlas de la emperatriz Eugenia y un conjunto de collar y pendientes de zafiros de la reina María Amelia. El botín está valuado en más de 100 millones de dólares. Hasta ahora, tres sospechosos fueron detenidos e inculpados, pero las joyas siguen sin aparecer.
El golpe expuso fallas de seguridad que forzaron la clausura temporal de sectores específicos del museo y dispararon un debate nacional sobre la vulnerabilidad del emblemático edificio.
Inversiones insuficientes y sistemas obsoletosA comienzos de noviembre, la Cour des Comptes —el Tribunal de Cuentas francés— publicó una auditoría que cuestiona el manejo de prioridades del museo entre 2018 y 2024. El documento advierte que la institución favoreció “operaciones visibles y atractivas”, como adquisiciones de arte o proyectos museográficos, por encima del mantenimiento edilicio y la actualización de los sistemas de protección.
Según el presidente del Tribunal, Pierre Moscovici, el robo del 19 de octubre constituye “un llamado de atención ensordecedor”. El informe detalla que los sistemas de seguridad estaban atrasados respecto de los estándares vigentes, que su modernización había sido planificada pero reiteradamente postergada y que solo una porción limitada del museo contaba con vigilancia suficiente. En 2024, apenas el 39% de las salas tenía cámaras instaladas.
El organismo estima que la modernización de los sistemas de seguridad demanda una inversión de 95 millones de dólares, de los cuales solo se ejecutaron 3,5 millones en seis años. También sostiene que el robo no se debió a falta de personal, sino a fallas técnicas y equipos obsoletos.
El museo respondió que la auditoría no consideró los efectos de la pandemia de Covid-19 y de los Juegos Olímpicos París 2024, que obligaron a adaptar prioridades y retrasaron decisiones clave. Aun así, la dirección dijo aceptar la mayoría de las recomendaciones del Tribunal y aseguró haber iniciado mejoras en los últimos tres años, como la instalación de 134 cámaras digitales nuevas.
Tras el robo, la presidenta del museo, Laurence des Cars, reconoció públicamente que la videovigilancia exterior era “muy insuficiente” y convocó a una reunión de urgencia del consejo de administración. La institución también señaló que las obras de modernización estaban previstas para comenzar semanas después del atraco.
La clausura repentina de la Galería Campana coloca nuevamente al Louvre en el centro del debate sobre la preservación de su patrimonio arquitectónico y la eficiencia de su gestión. Mientras avanzan los estudios estructurales y se acelera el plan de seguridad, el museo enfrenta dos desafíos simultáneos: proteger sus colecciones y demostrar que puede garantizar la seguridad de un edificio de más de ocho siglos de historia que recibe casi nueve millones de visitantes por año.
Agencias AFP, AP y ANSA