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El país europeo fuera del radar que en los últimos años tuvo una explosión de argentinos

Jonathan Mascaro recuerda con lejanía cómo era ir a un pub dublinés en 2005, cuando él apenas comenzaba a instalarse en la ciudad. “Te escuchaban hablando en español y enseguida los de las m...

El país europeo fuera del radar que en los últimos años tuvo una explosión de argentinos

Jonathan Mascaro recuerda con lejanía cómo era ir a un pub dublinés en 2005, cuando él apenas comenzaba a instalarse en la ciudad. “Te escuchaban hablando en español y enseguida los de las m...

Jonathan Mascaro recuerda con lejanía cómo era ir a un pub dublinés en 2005, cuando él apenas comenzaba a instalarse en la ciudad. “Te escuchaban hablando en español y enseguida los de las mesas de al lado te miraban, les parecías exótico”, cuenta, entre risas. Hoy, 20 años después, le sorprende lo mucho que ha cambiado todo. “Ya no es raro ir a un pub en el centro y encontrarte con mesas de argentinos. Tal vez hasta los meseros que te atiendan sean argentinos”, detalla el porteño, de 43 años, instalado desde hace 20 en Irlanda. Ya no le extraña escuchar un acento argentino por la calle ni ver gente tomando mate en alguno de los verdísimos parques de la capital irlandesa.

La comunidad argentina en esta isla ha crecido de manera exponencial en los últimos seis años. Tanto es así que, mientras en el Mundial 2010 eran unos 150 quienes se juntaban a ver los partidos de la selección en un bar, para el Mundial 2022 ya no hubo forma de hacer entrar a todos en un solo local. “Reservamos el pub más grande de Dublín, que tiene tres pisos, y éramos 400 argentinos adentro y unos 100 afuera. Otros 150 se tuvieron que ir a otro lado porque no entraban”, cuenta Mascaro.

Desde hace unos años tiene Sound AR, una productora que lleva artistas y bandas argentinas a Irlanda, como Miranda, Pedro Aznar y Fabiana Cantilo. Son eventos que, dice, antes del crecimiento precipitado de los argentinos en la isla, no hubiesen sido viables.

Los pocos datos oficiales de migración argentina exponen esta realidad. El gobierno nacional, al ser consultado por la cantidad de argentinos fuera del país, responde que los únicos números certeros son los que maneja la Cámara Nacional Electoral, es decir los datos de los padrones electorales de las embajadas y consulados argentinos.

Mientras que en 2017 había 356 argentinos empadronados en la sede diplomática argentina en Irlanda, en 2023 había 1031. Si bien los números muestran a la comunidad argentina en Irlanda muy por debajo de las de España e Italia, la irlandesa presenta un mayor crecimiento. En los últimos seis años, la población de argentinos empadronados en este país creció un 190%, mientras que la de España creció un 38% y la de Italia, un 37%.

   

El gran problema a la hora de sacar números es que gran parte de los migrantes no están empadronados. Conscientes de ello, desde el Ministerio del Interior sostienen que se podría estimar la cantidad de argentinos residiendo en un país calculando que por cada un empadronado hay cuatro migrantes.

Siguiendo esta lógica, el número de argentinos en Irlanda rondaría los 4124 en 2023. Un número coherente si se toma como referencia las estimaciones de la Embajada Argentina en Irlanda, que calcula una comunidad argentina de entre 3000 y 5000 personas. La brecha entre ambas cifras es grande porque consideran que un importante porcentaje de los argentinos instalados en la isla ingresaron al país con un pasaporte de la Unión Europea y no con uno argentino.

¿Por qué Irlanda?

Irlanda se presenta como una buena opción para los argentinos que quieren irse a Europa sin tener la ciudadanía europea, pero también para quienes la tienen. Atrae a los que buscan trabajos bien pagos, dado que en esta isla los salarios son más altos que en la mayoría de los países que más atraen a los argentinos, como España, Italia y Portugal.

Con sus campos verdes, sus míticos pubs y su entorno rural con castillos medievales, Irlanda atrae también a muchos de los argentinos que emigran en busca de una experiencia en un país de habla inglesa. Al llegar a Irlanda, dicen, se encuentran con una población local que definen como simpática y que siente una especial afinidad con la Argentina.

La isla ofrece dos visas que muchos migrantes de nuestro país han utilizado, especialmente después de la pandemia, para lograr instalarse allí, al menos por unos meses. Una es la visa de estudiante, que le permite a extranjeros de distintos países -entre ellos la Argentina- estudiar y trabajar en el país durante seis meses, con la posibilidad de quedarse otros dos de vacaciones.

Muchos otros argentinos, en tanto, logran una estadía temporal en Irlanda a través del Programa de Vacaciones y Trabajo (Working Holiday), que le permite a argentinos de entre 18 y 30 años tener una experiencia laboral en la isla europea, y también a los irlandeses tener una experiencia similar en la Argentina.

“Para muchos jóvenes, Irlanda se ha vuelto la puerta de entrada a Europa. Después de la primera visa, si te gusta, ves la posibilidad de conseguir una visa de trabajo para quedarte más tiempo. A los cinco años de estar acá, te dan la residencia”, explica Gustavo Ecclesia, músico y productor oriundo de Salto, quien vive hace dos años en la zona sur de Dublín junto a su mujer, de nacionalidad doble -argentina e irlandesa-, y sus dos hijos.

Es el organizador del evento folklórico del 9 de julio que este año, para su sorpresa, rompió el récord de los 500 tickets que había vendido el año pasado: vendió 700. “No lo podíamos creer. Empezamos a las 12 del mediodía y terminamos a las 2 de la mañana, y vinieron argentinos de todas las edades” cuenta el bonaerense, quien define a Dublín como “una ciudad con ritmo de pueblo” y a los irlandeses como “personas muy simpáticas”.

En Irlanda el crecimiento de la comunidad argentina se ve reflejado en el despliegue de un circuito comercial cada vez más amplio y próspero. En el centro de Dublín se puede encontrar una panadería argentina, una carnicería y hasta un local dedicado a la importación de yerba, galletitas chocolinas y dulce de leche, entre otros productos de fuerte raigambre argentina. Los fines de semana es cada vez más común encontrar en las carteleras de los teatros de Dublín shows de artistas argentinos -Andrés Calamaro, Pedro Aznar, Miranda, Fabiana Cantilo, entre otros-, muchos de ellos organizados por SoundAR la productora de Mascaro ha creado aprovechando el boom de migrantes argentinos de los últimos cinco años. También hay una peña mensual y se está armando una biblioteca de autores argentinos.

“Vine por curiosidad y me quedé”

La porteña Natalia Oroz, de 32, vive en Irlanda desde hace tres años y medio, y es una de las tantas argentinas que se instaló por primera vez en el país a través de una visa de estudio, que le permitió hacer un curso intensivo de inglés en Dublín. “Estos cursos son una buena herramienta para tener una experiencia en Europa sin tener pasaporte, como es mi caso. A mí el curso me permitió caer acá y, a la vez, mejorar mi inglés para buscar otros trabajos mejores”, dice.

En Buenos Aires trabajaba como empleada bancaria y era actriz del circuito de teatro under. Hoy trabaja en un cine dublinés como project manager. En este cine organizó hace poco la proyección de Nueve Reinas.

A ella, como a muchos otros de los jóvenes que eligen Irlanda para tener una experiencia afuera, no le interesaban los países de habla hispana. “Vine por curiosidad. No quería España, quería algo bien distinto, con otro idioma, una cultura bien distinta. Y estoy muy contenta con la decisión, me abrió mucho la cabeza. Vine por curiosidad y me quedé. Irlanda es preciosa y su gente es muy cálida, charlatana, graciosa y tiene bastantes cosas en común con los argentinos”, dice Oroz, quien actualmente está de novia con un irlandés y todavía no está segura si se imagina quedándose en la isla o volviendo eventualmente a Buenos Aires.

Quienes se instalaron en Irlanda creen que el Brexit benefició, como efecto colateral, la llegada de inmigrantes europeos a Irlanda. Antes de la salida de Gran Bretaña de la Comunidad, muchos argentinos con pasaporte europeo elegían irse a trabajar al Reino Unido, principalmente por sus altos sueldos, pero hoy ya no tienen la posibilidad, o al menos no es tan fácil como lo era: para instalarse en el Reino Unido, los europeos deben solicitar una visa.

Al igual que en Inglaterra, en Irlanda los sueldos son más altos que en España, Italia y Portugal, entre otros de los destinos más elegidos por los argentinos para vivir.

Salarios altos y alta oferta laboral

“El sueldo mínimo acá es básicamente el doble que el de Portugal”, sostiene el rosarino Francisco “Paco” Tobal, de 41 años. Hasta hace pocos años, antes de partir hacia Europa, tenía una pyme tecnológica en Rosario. Cuando se instaló en Dublín, primero consiguió trabajo como operario en una fábrica de pintura, pero a los dos meses pudo conseguir un trabajo de su rubro, en los data center de Amazon.

Esta es una de las tantas empresas tecnológicas que en las últimas décadas se instaló en Irlanda aprovechando los beneficios impositivos que comenzó a ofrecer el país, que antes de la década del 90 se ubicaba a entre los países más pobres de la Unión Europea y que durante su resurgimiento económico fue apodado ‘Celtic Tiger’, en español, “Tigre Celta”.

Además de lo fácil que es conseguir trabajo, incluso trabajos “bien pagos”, Tobal destaca otros aspectos que lo enamoraron de Dublín: “En el fondo de mi casa tengo un arroyo, y estoy en medio de la ciudad. Hay parques increíbles, canales y arquitectura medieval, incluso en zonas urbanas”, sostiene.

Y aclara también que Disneylandia no existe: “Conseguís laburo, pero no casa. Hay poco alquiler disponible y es muy caro. Un departamento promedio puede salirte 2500 euros al mes, por eso muchos alquilamos una habitación en un departamento o en una casa compartida, por unos 1000 euros”, detalla.

El problema habitacional, dice, afecta principalmente a los recién llegados. Los argentinos que deciden instalarse a largo plazo en Irlanda suelen hacerlo a través de un aceitado sistema de créditos hipotecarios, lo que les permite comprar una propiedad pagando cuotas “menores a las de un alquiler durante muchos años”, destaca Tobal.

Él está encantado con la ciudad. Junto con otros nueve argentinos está organizando la apertura de la primera biblioteca argentina irlandesa, que lleva el nombre de María Elena Walsh, que se encuentra en la etapa de recolección de ejemplares -a través de donaciones- previa a la apertura.

El clima irlandés, destacan los argentinos, no es un tema menor. “Aunque sea verano, podés tener 18 grados, con lluvia y nublado. Está lloviendo ahora mismo”, cuenta, entre risas, Francisco Borsellino, que es argentino, pero que tras 24 años en Irlanda, ya se considera irlandés. Hasta su registro de conducir lo nombra como Frank, el nombre con el que hoy se siente más identificado.

“El clima es lo único no lindo. El resto es muy lindo. Valoro mucho el contacto con la naturaleza que hay acá y la seguridad. Tengo un hijo de ocho años que se pasa jugando afuera con los amigos hasta las ocho de la noche. Incluso me puedo ir a dormir con la puerta sin llave y no pasa nada”, cuenta por teléfono desde su casa, en un pueblo turístico a pocos minutos de Cork.

Hace unos años él era el único argentino allí. También en su oficina, en Apple. Hoy, dice, le resulta difícil calcular cuántos son. “El crecimiento fue realmente muy grande”, dice.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/sociedad/el-pais-europeo-fuera-del-radar-que-en-los-ultimos-anos-tuvo-una-explosion-de-argentinos-nid24072025/

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