El vínculo con China: en la agroindustria llaman a que la Argentina no pierda terreno frente al avance de Brasil
Los principales desafíos para el sector agroindustrial argentino que busca venderle más a China se centra en varios ejes estructurales: la competitividad biotecnológica, la logística y su valor...
Los principales desafíos para el sector agroindustrial argentino que busca venderle más a China se centra en varios ejes estructurales: la competitividad biotecnológica, la logística y su valor agregado, además del riesgo comercial regulatorio.
En el marco del China Agribusiness Day, realizado en la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, los principales referentes de la exportación agroindustrial argentina pusieron sobre la mesa los números de una relación comercial que es vital, pero que requiere una urgente actualización estratégica. Se resaltó que este fue un año récord en volumen de soja, pero con un estancamiento estructural frente a los competidores de la región.
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El panel estuvo compuesto por Gustavo Idígoras, presidente de Ciara-CEC; Georges Breitschmitt, presidente del Ipcva; y Matías Curti, coordinador comercial de COFCO Argentina, la principal empresa de alimentos de China.
Idígoras señaló que el gigante asiático importó desde la Argentina este año 13 millones de toneladas de soja cuando tradicionalmente eran cuatro millones de toneladas. Ahora, dijo, el desafío es lograr la diversificación. “Esa es la razón por la cual la Argentina ha crecido casi exclusivamente en las ventas a China este año. Vamos a generar un récord de ventas totales en dólares por el crecimiento de la soja, pero también se ha diversificado en otros productos, como el caso del sorgo —un cultivo que estaba en un proceso de reducción sustancial de superficie— y que, gracias a las relaciones comerciales de China con el resto del mundo, logró que la Argentina pudiera penetrar en ese mercado", observó.
Otro producto importante es la cebada, sobre todo la cebada forrajera, que encuentra en China un mercado trascendental. “Tenemos posibilidades de seguir creciendo. Nosotros, por vocación, queremos vender productos con más valor agregado. Está muy bien vender soja, harina y cebada, pero nos encantaría crecer en el mercado de aceite ”, indicó. Sostuvo que el aceite de girasol empieza a llegar al mercado chino y de a poco van reconociendo la calidad argentina.
Para el directivo, si se logra sumar nuevos productos, como el pellet de girasol, la Argentina podría “superar los 10.000 millones de dólares de exportación anual a China”. Sin embargo, advirtió que la burocracia es un obstáculo: China negocia “caso por caso” y actualmente hay entre 25 y 50 productos pendientes de apertura sanitaria. “Si ellos aceleran esos tiempos, estamos en condiciones de competir con Brasil ‘sin duelo’”, afirmó.
Curti, en tanto, fue tajante al explicar por qué Brasil exporta hoy el 80% de su producción y sigue creciendo, mientras la Argentina se mantiene estancada en las 50-52 millones de toneladas de soja. “Hace 20 años, Brasil y la Argentina producían lo mismo. Pero ellos piensan a 100 años; nosotros no”, expresó. Recordó que este año el mercado estuvo asociado a la baja de las retenciones, por lo que esto permitió que el precio internacional llegue mejor al productor y genere un volumen muy importante de ventas que se reflejó con lo exportado al mercado asiático.
El ejecutivo destacó la brecha tecnológica y sostuvo que en 2024 Brasil aprobó 322 productos para soja, mientras la Argentina arrastra demoras significativas. “La Argentina tiene potencial, pero falta infraestructura y reglas. Brasil estimaría entre 175 y 180 millones de toneladas; nosotros seguimos igual”, agregó.
El sorgo, recordó, se comenzó a enviar porque era una “ventanita” que se dio en Japón y que después pasó a China durante el conflicto comercial con Estados Unidos, y hoy es un mercado fundamental.
Breitschmitt, por su parte, destacó que China absorbe el 70% del volumen de carne vacuna exportado por la Argentina, unas 600.000 toneladas, y explicó que esto no compite con el asado de los argentinos. “En la ganadería desarmás el animal y necesitás colocar cada corte donde corresponde. China lleva la carne congelada para industrialización, Europa los cortes de calidad y Estados Unidos el ‘lean beef’ para hamburguesas. Esto no perjudica al mercado interno: al contrario, necesitamos producir más”, explicó.
Resaltó, además, la apertura de nichos de alto valor, como los cálculos biliares bovinos, demandados por la medicina tradicional china, y el avance en los protocolos para menudencias, vitales para la integración de la media res. Recordó que Brasil pasó de 50 a 230 millones de cabezas de ganado, mientras que la Argentina sigue en 50 millones. “Para crecer en ganadería se necesitan políticas públicas de muy largo plazo y previsibilidad”, sentenció.
Idígoras cerró diciendo que para trascender se deben reducir derechos de exportación, especialmente en soja. “China debe ser vista también como socio en infraestructura: ferrocarriles, vagones, locomotoras, tecnología. Recuperar el ferrocarril es clave para bajar costos logísticos y potenciar economías regionales”, sintetizó.