Elecciones en CABA: Caruso Lombardi emitió su voto, apuntó contra “los que rompen los códigos” y defendió su campaña barrial
Durante más de dos décadas, Ricardo Caruso Lombardi fue sinónimo de salvataje futbolero. El director técnico verborrágico y apasionado que se hizo famoso por tomar equipos en crisis y mantener...
Durante más de dos décadas, Ricardo Caruso Lombardi fue sinónimo de salvataje futbolero. El director técnico verborrágico y apasionado que se hizo famoso por tomar equipos en crisis y mantenerlos en Primera División decidió, a los 63 años, meterse en otro tipo de partido: la política. Este domingo compite por una banca en la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires como primer candidato del Movimiento de Integración y Desarrollo (MID), una fuerza con sello histórico que resucitó de la mano del diputado nacional Oscar Zago, que se alejó de La Libertad Avanza.
Sin experiencia previa en cargos públicos, Caruso irrumpió en la campaña como un outsider puro, amparado en su popularidad mediática y en su contacto cotidiano con los hinchas devenidos electores. Su cara apareció en carteles de barrio y su estilo de campaña tuvo un sello cercano a la gente, con recorridas por las comunas y hasta un cierre con caravana en un micro descapotable.
A las 12.30 del mediodía, Caruso llegó caminando a la Escuela Nº 26 José Mármol, en el barrio porteño de Villa Urquiza, acompañado por Zago. Fue recibido por medios y vecinos, y el clima fue más de encuentro futbolero que de jornada electoral. El sol acompañaba, y en la cuadra lo esperaban cámaras, votantes y fanáticos que lo conocían bien por su trayectoria como DT. Muchos se acercaron a pedirle fotos o autógrafos. Caruso se mostró relajado y de buen humor, dialogó con todos sin apuro y dedicó largos minutos a responder a la prensa antes de entrar al cuarto oscuro.
Dijo que no estaba nervioso, al menos no como en sus partidos decisivos en el fútbol. “En los descensos estaba más nervioso que ahora”, reconoció. Aun así, expresó cierto fastidio por lo que consideró “falta de respeto” de otros espacios políticos. “Hubo muchos que rompieron todos los códigos. Me parece que hay tanta desesperación por el poder, en especial en tres partidos que manejan el país, que se confunden y confunden a la gente. Eso me dolió, no se respeta a los ciudadanos. Siguen las peleas, siguen los que dicen ‘yo lo hice, yo lo hice’, y los demás estamos todos equivocados”, dijo.
También hizo un llamado enfático a la participación: “Ojalá que la gente venga a votar. Es muy importante. Los que están en su casa, que están quietos, o que no tienen ganas, o que dicen siempre lo mismo, que le den para adelante”. Aclaró que no hacía campaña por nadie en particular, pero que consideraba clave fortalecer el sistema democrático. “Tienen 17 caras, que voten a quien quieran, pero que vengan a votar. Lo único que me calienta es eso: que la gente venga”.
Fiel a su estilo, también analizó la jornada y pronosticó su performance con una épica futbolera: “Esto es como cuando te dan por descendido. Te echan a tres tipos, jugás con ocho, perdés un penal, y sobre la hora hacés una de pelota parada y ganás uno a cero”. No perdió la oportunidad de mencionar sus raíces barriales: recordó que se crió en esa zona, que conocía todas las escuelas del barrio y que es un “ciudadano común”.
Después de votar, Caruso se quedó conversando largo rato con vecinos, colaboradores y votantes que pasaban. No tenía ningún apuro por irse. Saludaba, respondía preguntas, agradecía los gestos. Se mostró en su salsa, cómodo entre la gente. Para él, la política (al menos por ahora) sigue siendo una extensión de la cancha.
Apadrinado por Zago, Caruso se convirtió en la figura central del MID porteño, que presentó lista propia tras quedar relegado de los primeros puestos en el acuerdo fallido entre los libertarios y el Pro. Durante su campaña, el entrenador fue directo: se mostró como la cara de la bronca contra los políticos de siempre. En el debate de candidatos porteños dejó su sello: frases simples, ejemplos cotidianos, lenguaje llano. Propuso mejorar la recolección de residuos, abrir más clubes barriales para contener a los chicos, y apoyar el proyecto Ficha Limpia para sacar de las listas a los condenados por corrupción. También cargó con dureza contra las apuestas online en el fútbol (“un asco”, las calificó) y dejó un cierre que se viralizó: “Hay que poner las bolas sobre la mesa y ganar lo que falta: credibilidad”.
Con ese mismo tono directo y emocional, hoy espera los resultados como si fuera un nuevo partido definitorio.