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Emiliano Pinsón se va un año a España para realizar un tratamiento experimental contra el Parkinson

Valijas listas y pasajes en mano, el periodista Emiliano Pinsón se prepara para viajar el próximo sábado a España para comenzar un tratamiento experimental en la Universidad de Navarra que le p...

Emiliano Pinsón se va un año a España para realizar un tratamiento experimental contra el Parkinson

Valijas listas y pasajes en mano, el periodista Emiliano Pinsón se prepara para viajar el próximo sábado a España para comenzar un tratamiento experimental en la Universidad de Navarra que le p...

Valijas listas y pasajes en mano, el periodista Emiliano Pinsón se prepara para viajar el próximo sábado a España para comenzar un tratamiento experimental en la Universidad de Navarra que le permita frenar el avance del Parkinson y tener así una mejor calidad de vida. Estos días son una montaña rusa para el columnista deportivo de 53 años, es que esta nueva oportunidad lo tendrá alejado de Buenos Aires durante un año: se instalará en Pamplona con su hijo Joaquín, de 25 años y a pesar de que pondrá el cuerpo, lo que más incertidumbre le genera no son los estudios, los dolores ni los medicamentos, sino cómo mantendrá su relación a distancia con sus otros hijos, Valentín y Victoria, de 24 y 18 años.

A la vuelta de un almuerzo organizado por unos excompañeros y mientras se prepara para una cena despedida, seguramente igual de movilizante que las anteriores, el periodista cuenta en diálogo con LA NACION detalles del viaje que comienza en unos días nada más y devela cuáles son sus expectativas.

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—¿Cómo estás transitando esta semana llena de despedidas y de juntadas con amigos previas a la partida?

—Espectacular, increíble, se juntaron amigos de diferentes grupos y grados de amistad, mis hijos, dos de mis hermanos, gente de trabajos anteriores... ¡Muchas emociones! Porque allá voy a estar con mi hijo nada más, en un lugar que no conozco, es un libro en blanco lo que se viene, una vida distinta y sin mi gente.

—¿Cuánto tiempo está previsto que estés allá y cuándo empezás el tratamiento?

—Un año si va todo bien. Tengo que hacer un estudio, un examen de sangre muy completo y ahí empezaría. El domingo llegamos a Madrid, el lunes vamos a Pamplona en tren, nos vamos a alojar en un departamento que alquilamos y el martes ya voy a la clínica, y me dirán bien cuándo comienzo, calculo que será a fin de mes. Para iniciar se espera que pase un lapso desde que el paciente termina con los protocolos para ver que todo haya estado bien. Yo ya había estado allá en febrero y fui de los últimos pacientes que se presentaron.

—¿Qué sabés del tratamiento?

—Dura un año, es con pastillas. Nos dividen en tríos, a dos le dan medicación, a otro placebo. A fin de año abren los sobres a ver a quién le suministraron medicamento y a quién el placebo, y a ese último le dan el medicamento y después de un tiempo sacan sus números y valores.

—Te acompaña Joaquín, tus otros dos hijos se quedan en la Argentina.

—Sí. Mi intención es que, si voy a estar un año allá, a fin de año pueda verlos. Pensar en ellos es lo único que me emociona, esto es algo que busqué, por lo que peleé y lo conseguí, y a la vez digo: “Quiero estar con mis hijos porque los extraño”. Yo vivo solo en Capital, mi hijo Valentín con la novia en Castelar y mi hija con la madre, pero nos vemos siempre. Hablaba con un amigo que tiene a su hijo desde hace tres años viviendo en el exterior y me decía que me quedara tranquilo, que hoy con las comunicaciones es más fácil, y que la videollamada te acerca, veremos. Imaginate que estoy hace once años separado de su madre y siempre me fui con ellos de vacaciones, nunca en pareja... y así terminé .

—¿Cómo está tu hijo? Para él es un cambio muy grande y una prueba de amor también...

—Estamos movilizados, me dijo que estaba “llorisqueta y manija”. Para él será una oportunidad también para abrir la cabeza. Es un viaje distinto y los que quedan acá, expectantes. Él es periodista deportivo, trabaja como asistente de producción y va a trabajar remoto desde allá. Además, va a acompañarme porque yo muchas cosas no las puedo hacer solo. Mi hija Victoria está terminando la secundaria y Valentín se fue a vivir con su novia, si no era Joaquín, no tenía quien me acompañara. ¿Un amigo? Pero a esta edad no me bancaría. Para mi hijo esto es también un paso importante y una muestra de amor enorme.

—¿Tenés planeado hacer algo laboral desde allá?

—A mí me siguen pagando, Torneos se portó superbién y soy empleado de ellos hace 25 años. También voy a seguir en la radio, 103.1 con cosas mías, van a poner un streaming y desde ahí voy a contar cómo avanza todo y cómo estoy. Me dan ganas de hacer cosas con argentinos allá y tengo proyectos para hacer algo en YouTube, que no le doy mucha bola a mi canal y mi hijo la tiene clara con el tema de la edición.

—¿Mantenerse ocupado ayuda?

—Sí. Y otra cosa ayuda: lo social, seguir buscando gente, acá tengo muchos amigos y allá los buscaré. Hay argentinos que me siguen y me están ayudando desde ahora. Si sos medianamente conocido, las redes te traen esa satisfacción. Por ejemplo, hay un chico, Jonathan, que es rosarino y vive allá, y me dijo dónde comprar las cosas más baratas para la casa. Además, ya me avisó que un día me va a pasar a buscar a la salida de su trabajo. Y estoy seguro de que aparecerán más argentinos.

—Y así como contar tu historia hizo que mucha gente te contactara para ayudarte, ¿también ayudase a otros?

—La verdad es que nunca pensé en ayudar. Cuando en 2022 me dieron el diagnóstico lo conté en forma egoísta. Mastiqué mucho la decisión de “Emiliano Pinsón Parkinson”, pensé que me iban a mirar de costado y me encontré con otra cosa, gente que me saluda y muestra amor, me grita “fuerza” desde la ventanilla del auto con el puño cerrado. Esto de ayudar a otros con lo que uno cuenta me pasó una vez que el tema ya estaba expuesto. No sé si es una función o misión, pero cuando vi que eso pasaba, sentí algo muy grato y a la vez mucha responsabilidad, mucha gente que pasa a hablarte como si fueras Dios y la verdad, es que yo tengo los mismos problemas que cualquiera. Puedo contar las cosas desde mi experiencia, no quise tener esa responsabilidad, pero me apareció.

—¿Qué expectativas tenés para la etapa que comienza el lunes?

—Voy a un tratamiento y a disfrutar. Al ser ambulatorio le dije a mi hijo que visitemos lugares. Sobre el tratamiento, se hizo con animales, soy un nuevo cobayo. Funcionó en los laboratorios en un 80 por ciento. No cura el Parkinson, pero detiene el avance. Mi expectativa es que salga bien, que se pare el Parkinson y empezar a hacer cosas para mí. No sé si seguiré con gimnasia después, tampoco pienso a largo plazo. Pienso en el momento, en hoy y en el mañana inmediatos, a corto plazo.

—El hecho de que sea un tratamiento experimental, ¿te asusta?

—No, no me da miedo. Pienso más en lo desconocido y en cómo va a ser la vida allá. Esto es legal, me han ofrecido cosas con células madre que no tienen certificación, ahora no voy al matadero. Tengo esperanza, voy con tranquilidad como si estuviera sano, y no lo estoy, pero soy positivo, no es algo que tenga planeado, pero me sale así. Después habrá que ver, porque hay días que no me puedo mover, pero trato de no anclarme, hay que avanzar y cuando hay algo que no puedo hacer, lo dejo, o lo hago con dolor, pero sigo e intento.

—¿Es fundamental la actitud?

—Sí, si pienso en la enfermedad seriamente no hago nada. Me favoreció cómo me tomé las cosas, me cambió la forma de pensar la vida, me acercó a mis afectos, me sacó el maquillaje a la hora de no caretear muchas cosas. Empecé a ver las cosas que hice en la vida y me di cuenta el valor que tenían, se me prendió la lamparita y pensé: “Soy feliz, tuve una vida increíble, hice lo que quise, trabajé de lo que me gusta y quería, vivo de esto, cubrí mundiales, conocí lugares, compré mi casa, tengo mi auto”. Hoy para hacer este tratamiento tengo que vender mi auto, ahí te das cuenta de que lo que vale es otra cosa y me voy a España lleno de amor y felicidad.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/espectaculos/personajes/emiliano-pinson-listo-para-viajar-a-espana-a-realizar-un-tratamiento-experimental-para-el-parkinson-nid29052025/

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