Es argentino, contó su experiencia con un ACV similar al de “Locomotora” Oliveras y su conmovedor relato se viralizó
El caso de Alejandra “Locomotora” Oliveras ...
El caso de Alejandra “Locomotora” Oliveras conmovió al país y despertó un gran interés sobre el ACV (accidente cerebrovascular), una afección que puede atacar incluso a personas sanas y activas. En ese contexto, un conmovedor hilo en la red social X publicado por el usuario Sebastián Almada se viralizó rápidamente, ya que relató en primera persona cómo vivió un episodio similar al que sufrió la boxeadora argentina.
“Se está hablando mucho de ACV por el caso de la Locomotora, entonces vengo a contar mi historia”, escribió Almada al comienzo de su testimonio en su cuenta @sebasalmada. Todo ocurrió el 2 de febrero de este año, cuando sufrió un ACV isquémico de manera “totalmente inesperada”. Sebastián llevaba una vida saludable: entrenaba casi todos los días, cuidaba su alimentación y tenía controles médicos regulares. Un año antes le habían diagnosticado diabetes tipo 2, pero se encontraba bajo control estricto. “Jamás imaginé que algo así podía pasarme, pero pasó y fue tremendo”, confesó.
El episodio ocurrió mientras dormía, alrededor de las siete de la mañana de un domingo. Gracias a la rápida reacción de su pareja, Ana, a las 7:30 ya estaba hospitalizado. El primer ACV fue transitorio y pareció haberse resuelto, pero horas después llegó el segundo, mucho más severo. “Me operaron para ver si se podía revertir, pero en ese momento no se pudo y por eso quedé en coma con un pronóstico aterrador para mi familia y amigos, no se sabía si yo podía respirar, ni comer por mis propios medios”, sostuvo. A las 12 horas despertó, inmóvil del lado izquierdo de su cuerpo y con respirador.
El panorama era desolador, pero al día siguiente un neurólogo vascular del Instituto Fleni, al que definió como el “Messi” de la disciplina, le devolvió la esperanza. Con ayuda de una pizarra, Sebastián le preguntó si volvería a moverse. La respuesta fue una palabra clave: neuroplasticidad. “La parte viva del cerebro empieza a generar nuevas conexiones neuronales para hacer las tareas que dejaron de hacer las neuronas motoras que murieron”, explicó.
A partir de ese momento comenzó un largo proceso de recuperación. “Y así fue como un día moví un dedo, y otro la mano, y entendí que iba a llegar, que solo era tiempo”, relató. En cinco días salió del respirador y a los 13 días dejó la terapia intensiva. Pasó tres semanas en la clínica de rehabilitación, donde hacía doble turno de kinesiología, y luego continuó con tratamiento ambulatorio en la Clínica Santa Catalina. Con el tiempo, volvió a caminar —primero con bastón— y retomó su vida diaria.
Hace dos semanas recibió el alta médica oficial. Hoy ya trabaja, anda en bicicleta, trota, conduce, usa transporte público y volvió a entrenar. “En los primeros tres meses no hubo un solo día sin hacer rehabilitación”, escribió y expresó su profundo agradecimiento al SAME, su prepaga, el personal médico y, especialmente, a su pareja, familia y amigos. “Nada hubiera sido posible sin ellos”, aseguró.
Sobre el origen del ACV, contó que se trató de una posible predisposición genética: una arteria se habría inflamado y provocó el coágulo que bloqueó el flujo sanguíneo. “Hoy estoy anticoagulado y con controles que vienen muy bien por suerte”, comentó Sebastián.
Sobre cómo lo vivió, relató que lo despertó un fuerte zumbido en los oídos, se levantó al baño y se cayó al perder fuerza en su pierna izquierda, mientras balbuceaba. “Luego todo volvió. Y después pasó ese segundo maldito ACV que me rompió todo, menos las ganas de vivir”, exclamó.
Sebastián Almada finalizó su hilo con un mensaje esperanzador dirigido a Alejandra Oliveras y su familia: “Y acá estoy, escribiendo un hilo en X. Así que ojalá haya esperanzas para la Locomotora y su familia”.