Lo último Escuchar artículo

Esta casa de Chapadmalal sorprende con un diseño que le permite recibir a dos o a diez.

“Diseñar para la familia tiene ventajas y desventajas. Es un cliente que conocés desde adentro, y mucho: su conformación, sus gustos, sus dinámicas y sus posibilidades de crecimiento. Per...

Esta casa de Chapadmalal sorprende con un diseño que le permite recibir a dos o a diez.

“Diseñar para la familia tiene ventajas y desventajas. Es un cliente que conocés desde adentro, y mucho: su conformación, sus gustos, sus dinámicas y sus posibilidades de crecimiento. Per...

“Diseñar para la familia tiene ventajas y desventajas. Es un cliente que conocés desde adentro, y mucho: su conformación, sus gustos, sus dinámicas y sus posibilidades de crecimiento. Pero, también, es un público exigente del cual no te librás nunca”, dicen los arquitectos Eduardo y Jorge Mazzinghi refiriéndose, por elevación, a la casa que diseñaron para sus padres y sus hermanos en Chapadmalal. “Fue un proceso divertido”, resumen antes de profundizar en el compromiso adicional que, lógicamente, implicó su tarea.

Por ser una casa de vacaciones, que estará deshabitada por períodos más o menos largos, se optó por materiales que no requieren ningún mantenimiento. Entre todas las opciones, la piedra de las canteras de la zona fue un acierto absoluto.

Con su paisaje de mar y campo, Chapadmalal resultó el enclave ideal para esta familia que buscaba un lugar donde pudieran reunirse padres, hijos y nietos.

Ubicada en un lote triple de un barrio residencial con grandes espacios verdes y añosos árboles, la construcción está diseñada para ser usada todo el año: “Acá, todas las estaciones tienen su belleza, y la casa intenta ser amable con cada una de ellas”, comparte el arquitecto Eduardo Mazzinghi, que estuvo a cargo de la dirección de obra.

“Los inviernos también son lindos en el mar”, asegura el arquitecto Eduardo Mazzinghi, director de esta obra proyectada junto a su hermano Jorge por encargo de su padre.

El ala de los padres

La casa consta de dos volúmenes paralelos conectados por un patio. Se distribuyen de modo que, cuando los dueños vienen solos, puedan usar uno de ellos en forma independiente del que contiene los dormitorios, los baños y un estar destinados a sus hijos y nietos.

Giremos hacia la cocina

Este volumen remata en una galería con parrilla conectada a la cocina, desde el interior, por una ventana pasaplatos.

Amplia y con techos altísimos, la galería es un espacio pensado para los días más calurosos del verano. El piso de cemento, más afín a la estética de estos espacios que la cerámica o el porcelanato, tiene un agregado de arena que le da textura rústica bien porosa. Además, es antideslizante y atérmico ¡perfecto para andar descalzos!

Un corazón de oro

Proyectamos dos alas unidas por un gran patio que es acceso, fuente de vistas y espacio de uso permanente. Es una propuesta flexible, que pueden habitar los padres solos o en compañía de sus hijos, siempre con comodidad.

Arq. Eduardo Mazzinghi, del estudio Mazzinghi-Sánchez, a cargo de la dirección de obra

Aunque el programa debía ser versátil, nunca fue una opción hacer dos pisos. “Nuestra visión era una casa para caminar, para trasladarse y gozar en cada trayecto de las vistas a los jardines y patios”, subrayan los arquitectos.

Naturaleza y confort

Los dos sectores son autónomos, incluso en el suministro de energía, con sistema de calefacción y electricidad separados.

Los interiores se pensaron como cajas blancas con pisos símil madera en versiones claras buscando la mayor neutralidad posible. ¿El objetivo? Que el paisaje sea el protagonista.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/revista-living/de-estetica-tradicional-esta-casa-de-chapadmalal-sorprende-con-un-diseno-que-le-permite-recibir-a-nid20072025/

Comentarios
Volver arriba