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Estrenos de cine: Johnny Depp utiliza a Modigliani para alimentar la mitología del artista maldito

Modigliani, tres días en Montparnasse (Modi: Three Days on the Wing of Madness, Reino Unido, Estados Unidos, Italia/2025). Dirección: Johnny Depp. Guion: Jerzy Kromolowski y Mary Olson-Kromolowsk...

Estrenos de cine: Johnny Depp utiliza a Modigliani para alimentar la mitología del artista maldito

Modigliani, tres días en Montparnasse (Modi: Three Days on the Wing of Madness, Reino Unido, Estados Unidos, Italia/2025). Dirección: Johnny Depp. Guion: Jerzy Kromolowski y Mary Olson-Kromolowsk...

Modigliani, tres días en Montparnasse (Modi: Three Days on the Wing of Madness, Reino Unido, Estados Unidos, Italia/2025). Dirección: Johnny Depp. Guion: Jerzy Kromolowski y Mary Olson-Kromolowski, basado en una novela de Dennis McIntyre. Fotografía: Nicola Pecorini, Dariusz Wolski. Edición: Mark Davies. Elenco: Riccardo Scamarcio, Antonia Desplat, Bruno Gouery, Ryan McParland, Luisa Ranieri, Stephen Graham, Al Pacino. Duración: 108 minutos. Calificación: apta para mayores de 16 años. Nuestra opinión: regular.

Johnny Depp regresa a la dirección después de casi treinta años de su primer largometraje (The Brave, de 1997), en el que había una breve aparición de Marlon Brando. Ahora el invitado estelar es Al Pacino, quien además fue el que le acercó la propuesta de hacer esta película. Las dos participaciones estelares son casi anecdóticas, dicho sea de paso.

Modigliani, tres días en Montparnasse se propone como una biopic provocativa del pintor y escultor italiano Amedeo Modigliani (1884-1920) ambientada en una París devastada por la Primera Guerra Mundial. Trabaja sobre un tiempo narrativo muy concreto: son 72 horas decisivas en la turbulenta vida de un artista acuciado por la pobreza, la enfermedad, el antisemitismo y el rechazo social. Y el enfoque es decididamente romántico: Modigliani es un bohemio tan apasionado como autodestructivo que en esta película recuerda a un personaje anárquico como Hunter S. Thompson, el singular periodista y escritor al que el propio Depp interpretó en Pánico y locura en Las Vegas (1998).

La película concentra su conflicto principal en esa maniobra del guion elaborada justamente para poder desarrollarlo a su manera: el protagonista debe esperar durante esos tres días la llegada de un coleccionista que podría dar reconocimiento a su obra, mientras huye de la policía tras un altercado público, enfrenta el hambre, la enfermedad, la soledad emocional y la presión incisiva de colegas como Maurice Utrillo o Chaïm Soutine.

Visualmente, es una película impecable: el vestuario, la escenografía, los interiores de bares nocturnos y las calles de Montparnasse, reconvertidas en una fantasía “semirrealista”, digamos, capturan la atmósfera de una Belle Époque en plena decadencia.

Pero esa pericia estética coexiste con una propuesta narrativa muy irregular. Lo que podría haber sido un retrato profundo del genio creativo termina muchas veces atrapado en tropos ya muy explorados en el cine: el artista alcohólico, excéntrico, rebajado por la pobreza e incomprendido por la sociedad. La sensación es que Depp, un artista cuya carrera ha tenido altibajos por problemas de índole personal, usa a Modigliani para hablar de sí mismo y delinear una versión elegante y nostálgica del mito del artista maldito.

Ese apego al cliché achata la película. Aun cuando el carisma del italiano Riccardo Scamarcio aporta encanto al personaje protagónico, el relato se vuelve ostensiblemente superficial: los dilemas internos de Modigliani quedan instalados en la fachada del artista atormentado, pero no se explora con profundidad ni rigor en su vida interior, su técnica de trabajo, sus procesos creativos, sus fuentes de inspiración o sus convicciones artísticas.

Otro factor que pesa es la estructura dramática de la película. Al centrarse en tres días específicos, el relato acumula tensión narrativa, eso está claro. Pero no siempre logra que los personajes secundarios -su pareja Beatrice Hastings, sus compañeros Utrillo y Soutine- tengan un desarrollo propio. Son apenas satélites que orbitan alrededor de Modigliani, desdibujados, sin mucho relieve.

El objetivo de Depp -es una presunción, pero hay en la película bastantes pistas que permiten inferirlo- parece haber sido reconciliarse con su propia imagen pública de figura creativa controvertida. Al asumir la dirección de una película sobre un artista marginado, este célebre actor de Kentucky, que estuvo esta semana en la Argentina apoyando el estreno, alimenta su mito personal de outsider. Y no mucho más.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/espectaculos/cine/estrenos-de-cine-johnny-depp-utiliza-a-modigliani-para-alimentar-la-mitologia-del-artista-maldito-nid13112025/

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