Estudio argentino: los chicos revelaron las razones por las que empiezan a apostar online y surgió un reclamo mayoritario
CÓRDOBA.– Después de un ...
CÓRDOBA.– Después de un adelanto a fines de octubre en un conversatorio organizado por la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), ahora se difundieron los resultados completos del estudio sobre apuestas online y adolescencia realizado por el Observatorio Humanitario de Cruz Roja Argentina. Un dato que revela que los propios chicos son conscientes del problema es que 75% demanda prevención y acompañamiento, así como controles más estrictos sobre plataformas. Cuatro de cada diez solicitan talleres y campañas educativas.
Las demandas prioritarias son conocer riesgos, comprender cómo operan los algoritmos de captación y recibir información sobre dónde pedir ayuda. Para el estudio se realizaron 11.421 encuestas a adolescentes entre 13 y 18 años en 231 escuelas de 16 jurisdicciones del país. Además, el área de Juventud de la organización está desarrollando una caja de herramientas práctica y accesible para que los jóvenes cuenten con recursos concretos.
El avance del estudio coincidió con el debate por el proyecto de regulación de las apuestas online. La iniciativa tiene sanción de la Cámara de Diputados y si la nueva composición del Senado no la trata antes de fin de año, perderá estado parlamentario.
“Se les envió carta a todos los presidentes de bloque, a la vicepresidenta Villarruel; la Conferencia Episcopal convocó a los senadores, hubo reuniones con los titulares de los clubes, pero no hubo forma. No les interesa”, dice a LA NACION Munir Bracco, vocero y vicario pastoral de la arquidiócesis de Córdoba, quien participó en representación del arzobispado y de la Comisión Episcopal de Pastoral Social en el plenario de las comisiones de Salud, Legislación General y Justicia y Asuntos Penales del Senado cuando se debatió la iniciativa.
Seis de cada diez adolescentes están expuestos al juego online, ya sea por participación directa (16%) o vínculos cercanos que apuestan (45%). Las amistades aparecen como principal vía de acceso y circulación, ya que 57% de quienes apuestan ingresaron por recomendación de pares y 78% de quienes no juegan se enteró a través de amigos o conocidos. El 40% que tiene alguna experiencia directa dijo tener adultos cercanos que apuestan. Solo 12% de los consultados manifestó no haber escuchado hablar del tema.
Bracco, quien en su exposición dijo que “legal o ilegal, las apuestas destruyen igual”, con los datos proporcionados por observatorio de Cruz Roja Argentina ratifica: “Los chicos no distinguen ni la publicidad ni los sitios de apuestas. Entran a donde pueden entrar. Este estudio rubrica contundentemente lo que la Iglesia viene expresando hace rato de distintas maneras. Lo que expresamos es lo que recogemos del diálogo con padres, con jóvenes en las parroquias y escuelas, la preocupación que constatamos del diálogo con otras instituciones, docentes, médicos, ahora queda rubricado por un nuevo estudio. No se puede tapar el sol con la mano".
El estudio se realizó con chicos de Buenos Aires, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Mendoza, San Juan, San Luis, Formosa, Entre Ríos, Corrientes, Salta, Santiago del Estero, Jujuy, La Rioja, Chubut y Tierra del Fuego.
Según los resultados, entre 51% y 66% de los adolescentes no logra diferenciar plataformas de apuestas legales de las ilegales. En los dominios simulados (.bet.ar y .com), la opción “no estoy seguro/a” concentra la mayoría de las respuestas, lo que evidencia falta de información clara sobre la regulación vigente.
Además, ocho de cada diez consideran que las medidas actuales para impedir el acceso de menores no funcionan, lo que evidencia una brecha entre la regulación formal y la realidad digital. Las billeteras virtuales, que muchos tienen para moverse con sus gastos diariamente, son el medio de pago que más usan (83%) y 12% quedó endeudado.
Los jóvenes que apuestan, en su mayoría (79%) reconoce riesgo de adicción. La edad de iniciación se ubica entre los 13 y los 14 años, con participación creciente hasta los 17 o 18 años. Los varones apuestan tres veces más que las mujeres (24% versus 8%), y presentan mayor frecuencia e intensidad.
“La ansiedad que les va generando, el malestar y poco a poco la compulsión por apostar los va dañando y no encuentran espacios para hablar del tema. Esto es preocupante. Es verdad que hay ámbitos como algunas escuelas e instituciones que sí abordan la problemática, pero claramente no es suficiente. El Estado respalda la incentivación a lo que genera ludopatía y, después, ‘que Dios los ayude’”, advierte Bracco.
Por qué apuestanLuciana Marino, coordinadora de Juventud de Cruz Roja, sostuvo que los resultados de la investigación les dan información “muy valiosa para acompañar mejor a las y los jóvenes. Estamos impulsando talleres y espacios de prevención entre pares, que promueven la reflexión y el cuidado. También estamos elaborando materiales para familias y escuelas, porque creemos en redes de apoyo que realmente escuchen y acompañen”.
Entre quienes dijeron haber participado alguna vez en apuestas online, se destacan las motivaciones vinculadas principalmente a la curiosidad y a la dimensión recreativa. “Quería probar suerte” fue la razón más referida (89%), seguida por “es divertido” (84%). Es decir, perciben la actividad como juego o entretenimiento.
En un segundo nivel de importancia se ubicaron impulsos asociados a expectativas de ganancia económica o incentivos ofrecidos por las plataformas. El 53% estuvo de acuerdo con la afirmación “se gana plata fácil, rápido y sin esfuerzo”, mientras que 50% señaló haber visto publicidades de influencers o figuras públicas promoviendo la práctica y 44% dijo haber recibido bonos, descuentos o créditos promocionales para comenzar a apostar.
“Esto indica que el entorno digital y las estrategias comerciales forman parte de la experiencia de contacto con estos sitios”, señala el documento. Las razones sociales también ocupan un lugar relevante: 42% mencionó que apuesta para competir con amistades y 39% expresó que muchas personas cercanas lo hacen y no quería quedar afuera.
En menor medida surgieron motivos vinculados a necesidades económicas o situaciones personales específicas: 16% indicó haber apostado para colaborar con gastos del hogar, 14% asoció la práctica a aspiraciones económicas personales y 13% mencionó haber intentado recuperar dinero perdido.
Para Bracco, el estudio muestra que “si con una problemática creciente y dramática no hace nada, si no se dignaron a dar el debate en el Senado, es porque no hay voluntad política y porque prevalece una pulsión social de muerte por sobre los que quieren defender y cuidar el valor de la vida y de la cultura del trabajo. Prevalecen intereses mezquinos, egoístas y destructivos por sobre el bien común del pueblo al que deben representar".