Francesca Cavallo vuelve con un libro que invita a los varones a explorar su mundo interior
...
Francesca Cavallo, la escritora italiana que en 2016 alcanzó proyección mundial con Cuentos de buenas noches para niñas rebeldes, con millones de ejemplares vendidos en 49 idiomas, acaba de publicar un proyecto muy distinto. Su nuevo libro, Cuentos del espacio para hombres del mañana (Planeta), propone historias de ciencia ficción pensadas para que los chicos se acerquen a su vida emocional y cuestionen los modelos de masculinidad que se repiten desde hace generaciones.
El último templo de Cleopatra emerge en Alejandría
La idea surgió de una pregunta insistente que escuchaba en presentaciones y redes sociales desde 2016: “¿Y los varones?”. Al principio, confiesa, la incomodaba: temía que buscara restar valor a su trabajo con las niñas: “Pensaba que querían provocarme, que intentaban quitar valor al trabajo que estaba haciendo para las niñas. Creía que no había nada nuevo que decir sobre los varones y los hombres. Me llevó algunos años –y también el nacimiento de mi primer sobrino– entender que, mientras el espacio que les ofrecemos a las niñas para explorar quiénes son se amplió mucho en los últimos tiempos, el que les damos a los varones sigue siendo prácticamente el mismo que tenían nuestros padres y hasta nuestros abuelos".
En lugar de replicar el formato de biografías de mujeres pioneras, Cavallo optó por relatos de ficción ambientados en el espacio. No busca sumar otra galería de héroes masculinos —“los chicos ya crecen rodeados de ejemplos de hombres extraordinarios”— sino invitarlos a mirar hacia adentro, a reconocer emociones, dudas y alegrías sin miedo ni vergüenza. “Mientras que las niñas necesitan descubrir que hay muchísimas mujeres increíbles de las que no sabemos nada, los chicos no necesitan que se les muestre cuál puede ser su papel en el mundo exterior, sino que se los invite a explorar su mundo interior”, explica la escritora.
El libro le demandó tres años de trabajo, frente a los cuatro meses que le llevó Niñas rebeldes. Ese tiempo extra tuvo que ver con una reflexión personal: “Cuando empecé a trabajar en este libro me di cuenta de algo: con las niñas confiaba de manera instintiva. Sabía que se les enseñaba a ser sumisas, pero entendía que esa sumisión no estaba en su naturaleza, sino que era un constructo cultural. En cambio, tuve que admitir que una parte de mí no confiaba en los varones, porque creía que eran naturalmente menos empáticos, más agresivos. Me pregunté: si no creía que la sumisión era natural en las mujeres, ¿por qué iba a creer que la agresividad era natural en los hombres? ¿No será que, del mismo modo en que creamos una cultura de sumisión para las mujeres, también creamos una cultura de dominación para los varones?“.
Para profundizar, revisó cuentos clásicos desde una óptica nueva: “Siempre hablamos de los mensajes que reciben las niñas -esperar a un príncipe, ser bellas-, pero ¿qué mensajes reciben los chicos? Por ejemplo, cuando ven que el príncipe solo aparece para salvar a la princesa y no tiene otra función, ellos aprenden que, si no hay una princesa que rescatar, no tienen razón de ser en la historia".
Cavallo también observa cómo la educación sentimental de los varones queda relegada. “Les enseñamos a ser autosuficientes afuera, pero no a cuidarse a sí mismos. Muchas mujeres cargan con un trabajo invisible de procesamiento emocional por ellos, desde la casa hasta la oficina”, afirma. Esa falta de autonomía íntima, sostiene, se convierte en un obstáculo cuando atraviesan crisis siendo adultos, como una separación o una pérdida.
El nuevo libro aborda de manera implícita otros temas que atraviesan la construcción de la masculinidad, entre ellos la homofobia. Cavallo considera que no afecta solo a las personas LGBTQ+, sino que condiciona a todos: “Muchísimas conductas tóxicas que se enseñan a los varones nacen del miedo a ser percibidos como gays, como trans o como ”femeninos”. Ese miedo construye un cerco de vergüenza a su alrededor, sin importar su orientación sexual. Por eso hablar de homofobia en este libro no es solo dar refugio a niños que puedan ser gays o trans; es también ofrecerlo a los que son heterosexuales y cisgénero, pero necesitan explorar quiénes son sin sentir temor a ser juzgados".
“Antes pensaba la misoginia como el odio de algunos hombres hacia las mujeres. Hoy la veo también como el odio a las partes de sí mismos que la sociedad les enseñó a rechazar. Si a lo largo de la vida no se les permite explorar ciertos aspectos de su personalidad, cuando ven que otros lo hacen libremente -y sin culpa- eso puede transformarse en resentimiento. Misoginia, homofobia: todo está conectado, y el hilo que las une es la vergüenza. Parte del propósito de este libro es aliviar esa vergüenza que rodea a la masculinidad para que los varones puedan crecer más libres”, sintetiza Cavallo.
El contexto global no la detuvo. Aunque sabe que en distintos países los debates de género y diversidad enfrentan resistencias que hace diez años atrás no, cree que eso vuelve su propuesta más urgente: “Los libros infantiles tienen la capacidad de llegar incluso a hogares donde los chicos no se sienten aceptados y decirles: no hay nada malo en vos. El trauma no viene del dolor -que es parte de la vida- sino de atravesarlo en soledad”.
Durante el proceso de escritura de Cuentos del espacio para hombres del mañana, la escritora realizó una investigación que combinó antropología, sociología, psicología y cultura popular, y con ese material piensa escribir un libro para adultos.