Franco Colapinto va más rápido que su auto: sabe que Alpine le debe una
BARCELONA.- Sábado 31 de mayo, 16:57, en Montmeló. Faltaban unos tres minutos para acabar la primera parte de la clasificación del Gran Premio de España de Fórmula 1, cuando el Alpine A525 de ...
BARCELONA.- Sábado 31 de mayo, 16:57, en Montmeló. Faltaban unos tres minutos para acabar la primera parte de la clasificación del Gran Premio de España de Fórmula 1, cuando el Alpine A525 de Franco Colapinto se paralizó en la calle de boxes. Se resistía a moverse. Al final, con un fallo mecánico o electrónico en la línea de transmisión, el ilusionado piloto argentino abandonó definitivamente el intento de pasar a la Q2 junto con su compañero de equipo, el experimentado Pierre Gasly.
Cuando Colapinto quedó inesperadamente detenido, estaba incluso por delante del francés por 18/100 en la Q1. Franco salió como pudo del auto. Con la cabeza todavía envuelta en el casco, inclinada en gesto de pesadumbre hacia abajo, le dio un toque enojado al neumático trasero izquierdo.
PROBLEMAS PARA FRANCO
El Alpine de Colapinto quedó plantado en la salida de boxes y el resto de los pilotos tuvieron que esquivarlo.
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Mientras caminaba por la atestada calle del paddock hacia el “corralito” para atender a la prensa, respiraba corto, compungido. Corriendo llegó a él desde atrás su manager, Jamie Campbell-Walter, para abrazarlo y contenerlo. Franco había hecho todo lo necesario por la mañana en la FP3 para estar ahí nomás de su referencia, Gasly, y tenía que abandonar antes de acabar la Q1.
Tras lo auspicioso de la FP3 matutina, donde había quedado 17º a tan solo 127/1000 de Pierre Gasly en la 16ª posición, había optimismo en Alpine.
Alentadora FP3De la preocupación del viernes por la tarde, cuando quedó último y a casi un segundo por detrás de Gasly, hasta el final de la FP3 fue como si hubiese pasado un siglo. Cada uno a lo suyo. Tranquilidad absoluta en el box de Alpine. Ocho mecánicos rodearon el coche 43 de Colapinto en cuanto se lo metió en el garaje. Había quedado 17º, a tan solo 131/1000 de Pierre Gasly.
Acabada la FP3, el argentino tardó unos minutos en emerger del cockpit y su talante nada tenía que ver con el del viernes. Le sonrió al mecánico que lo ayudó a salir por el lado izquierdo del monoplaza. Se acercó a su ingeniero, se quitó el casco, se deshizo de los tapones para los oídos, hizo un gesto de saludo, como diciendo gracias, y desapareció. Como en el teatro, haciendo mutis por el foro.
Ahí quedaba una marca que le reivindicaba: 1m14,085s contra 1m13,954 de su compañero francés.
Cuando falla la suerteColapinto se preparaba para su ritual antes de subirse al coche. Faltaban diez minutos para comenzar la prueba de clasificación. Primero se acercó a él Luca De Meo, el presidente del Grupo Renault, quien no se ha perdido el rush de tres carreras en otros tantos fines de semana. Le dio un abrazo. Después, se arrimó Flavio Briatore y conversó algunos segundos con Franco.
¿Qué le diría un jefe de equipo a un piloto que se someterá a la más alta de las exigencias? ¿“No me rompas el coche” o “Salí y hacé lo que ya sabes que es mucho. ¡Vamos!”?.
Había 47°C en pista y 29,5°C en el ambiente. Tras el primer intento en la Q1, Colapinto había señalado 1m13,334s. Gasly marcaba algunos segundos después 1m13,352s. Franco se situaba así 18/1000 por delante del francés.
Todos los competidores—McLaren, Ferrari, Mercedes y Red Bull—se fueron alineando en la calle de boxes para el último intento. Colapinto, calzado con neumáticos blandos, estaba en punta. Y cuando se encendió la luz verde de vía libre, el Alpine no se movió.
Terminaron adelantándole por un costado. Franco insistió con el embrague y el acelerador. Arrastrándose, pudo avanzar hasta el carril que se funde con la pista principal. No pudo seguir.
Aún sin el intento final, en esa Q1 en la que Gasly mejoraba hasta marcar 1m13,081s, quedando 13º y pasando a la Q2, Colapinto se mantenía con su único tiempo útil a 225/1000 de Gasly. Podría haber pasado seguramente a la Q2.
La suerte le fallaba por tercera vez en el fin de semana. Le habían entregado un coche muy inestable el viernes, había sufrido una pérdida de líquido hidráulico que le quitó más de veinte minutos de la FP2 y ahora fallaba un mecanismo o la electrónica del sistema de transmisión.
Por radio, Alpine le pedía perdón. Largará 19º. Gasly, que llegó a la Q3, mostraba el verdadero potencial del Alpine, quedando octavo a 244/1000 de la pole de Oscar Piastri.
Un mal resultado para Colapinto, pero cuando el Alpine funcionó, demostró que no se había olvidado de manejar, que puede pelear para afirmarse en Alpine este año y continuar en la Fórmula 1. “Algo de la caja o el embrague, no sé bien qué pasó, pero es una pena cuando te deja sin posibilidades de pelear en la qualy, más en la Q1. Creo que teníamos buen ritmo, estaba fuerte, creo que estaba noveno antes de mi último run y tenía todavía mucho por mejorar”, dijo el pilarense.
Y continuó: “Estoy un poco triste porque era una buena oportunidad. Hay que enfocarse en mañana. Creo que fue un buen trabajo después de lo de ayer, que no teníamos ese potencial en el auto. Trabajamos bien a la noche y hoy lo sacamos adelante. Una lástima lo que pasó”.
El domingo podría ser muy diferente. Habrá que hacer dos paradas, y la estrategia podría ser utilizar los de caucho medio (banda amarilla) para comenzar, porque aguantan bastantes vueltas. Una alternativa, de bajo rendimiento en ritmo, sería comenzar con el compuesto más duro y pasar a medios y blandos después.
Se elija lo que se elija, Alpine le debe una a Franco.
Doohan se divierte en su mundoEl espacio de esparcimiento y descanso “El Patio”, situado en la zona central del paddock de Montmeló, ofrece helados, bocadillos y cócteles. Sin cargo, porque paga Liberty, la dueña de la Fórmula 1. Es un refugio para VIPs de toda catadura y pelaje. Junto a dos damas departía, muy concentrado, Jack Doohan, el piloto australiano reserva de Alpine desplazado por Colapinto. Eran las doce del mediodía y ya hacía calor, 28°C. El sol caía, como no podía ser de otra manera, a plomo sobre el recinto.
A esa hora, con una maleta rígida de cabina de avión azul en mano, llegaba al hospitality de Alpine el estonio Paul Aron. A pocos metros de allí, porque disputa el certamen de Fórmula 2 con el equipo DAMS, se encontraba Kush Maini, el piloto indio que es tercer reserva de Alpine.
Un piloto más en el staff y Briatore podría reunir un equipo de baloncesto… Cuesta imaginarse que tantos potenciales reemplazos no hagan mella en la estabilidad interna del segundo piloto titular.