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Homenaje a Abel Posse con la presentación de “Los heraldos negros”, su novela póstuma

Esta tarde, el Instituto de Cultura fue escenario del homenaje y la presentación de...

Homenaje a Abel Posse con la presentación de “Los heraldos negros”, su novela póstuma

Esta tarde, el Instituto de Cultura fue escenario del homenaje y la presentación de...

Esta tarde, el Instituto de Cultura fue escenario del homenaje y la presentación de Los heraldos negros, la novela póstuma de Abel Posse (1934-2023) que completa su “Tetralogía del Descubrimiento y la Conquista de América”. El acto reunió a María Elena Vigliani (Universidad Austral), Romain Magras (Université du Littoral Côte d’Opale) y Roberto Esposto (Universidad de Queensland), responsables del trabajo de edición y estudio crítico del libro. La obra llega tras un largo proceso de rastreo en los archivos del autor, del que surgieron capítulos, cuadernos y apuntes dispersos. En su nota introductoria, Posse definió este volumen como “un libro de verdaderas aventuras físicas, metafísicas: cuerpos y espíritus, geografías conocidas e ignotas, nocturnidad y amanecer del Occidente que −como sabemos− es romano, griego y cristiano”.

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El encuentro (que contó con la presencia del exministro de Economía Roberto Lavagna) comenzó con emotivo un video que repasó la vida del escritor: fotografías junto su familia, junto a Borges y María Kodama, imágenes con Néstor Kirchner y el rey Juan Carlos I, y escenas de su asunción como ministro de Educación en el gobierno de Mauricio Macri. Ese recorrido fue retomado por Vigliani, quien habló de “un acto de inmensa gratitud al humanista, al escritor, al diplomático”.

La académica explicó además por qué su obra sigue siendo necesaria: “Leerlo supone enfrentar ese método socrático que impone el examen de la propia vida, porque una vida sin examen interior es poco fértil”. También recuperó la mirada histórica y conciliadora que atraviesa su literatura, citando un pasaje de Paz en la guerra en el que Posse hace decir a San Martín: “Odiamos al ocupante español, no su cultura. Ahora una buena paz es infinitamente más fuerte, importante que la mejor guerra”.

A su turno, Roberto H. Esposto enmarcó la presentación como una invitación a entrar en un proyecto literario que definió como único en la Argentina contemporánea. “Abel Posse es el ejemplo paradigmático del hombre de letras que vive entre mundos, porteño y del interior, cosmopolita y latinoamericano”, afirmó. Y destacó la exigencia intelectual de su obra: “La literatura que escribe y los mundos que inventa exigen un considerable esfuerzo en sus lectores”, porque no busca solo entretener sino “abarcar lo histórico, lo filosófico, lo cultural, lo poético y lo profundamente existencial”.

Esposto subrayó el impacto que tuvo la tetralogía en la renovación del género: “Los heraldos negros, como las tres primeras novelas del ciclo, propiciaron un sacudón al género de la novela histórica tradicional, mutando por completo este subgénero”. Explicó que esa transformación se sostiene en la “distorsión consciente de la historia mediante exageraciones y anacronismos”, y en el hecho de que “las novelas históricas de Abel Posse se distinguen por su desmesurado cometido de querer contarlo todo”. Sobre la nueva novela, sostuvo que en ella el autor “alcanza la tonalidad estilística justa” al combinar un lenguaje desbordante con momentos de intensa introspección. Y añadió: “La intensidad de esta prosa genera imágenes y símbolos que despiertan la imaginación crítica del lector”.

El cierre estuvo a cargo de Romain Magras, quien mediante videollamada definió el trabajo de edición como una “verdadera tarea de arqueología literaria” basada en múltiples manuscritos, versiones inconclusas y cuadernos dispersos. Recordó que Posse trabajó en esta novela durante más de cuarenta años y que su primera mención aparece en 1982, tras un viaje a Roma para consultar archivos vaticanos sobre la experiencia jesuítica. El proyecto original, dijo, imaginaba “la aventura alucinada de un grupo de jesuitas en la selva de Bolivia para crear la ciudad de Dios en la tierra”, aunque con los años se desvió hacia una exploración más íntima y filosófica.

Magras destacó el papel crucial de Sabine Langenheim Parentini Posse, viuda del escritor, en el armado final del libro: ella fue quien localizó y ordenó los materiales, interpretó las distintas capas del archivo y permitió reconstruir la versión definitiva. Entre las notas halladas —contó— aparecía repetida la frase “Solo la fe cura, solo la bondad conquista”, una idea que sobrevivió en otras obras y que muestra la persistencia ética que guiaba su escritura. Finalmente, explicó que el título dialoga con el poema de César Vallejo porque Walter Sorgius, el protagonista, también recibe “los golpes de la vida”, esos heraldos negros que quiebran la fe y obligan a interrogar la condición humana.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/cultura/homenaje-a-abel-posse-con-la-presentacion-de-los-heraldos-negros-su-novela-postuma-nid20112025/

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