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Julián de Diego: “La legislación laboral tiene que centrarse en la generación de empleo”

A sus 74 años, Julián de Diego es uno de los hombres más escuchados en el mundo del empleo y los recursos humanos. Lleva una vida dedicada al universo de las relaciones de trabajo y del derecho ...

Julián de Diego: “La legislación laboral tiene que centrarse en la generación de empleo”

A sus 74 años, Julián de Diego es uno de los hombres más escuchados en el mundo del empleo y los recursos humanos. Lleva una vida dedicada al universo de las relaciones de trabajo y del derecho ...

A sus 74 años, Julián de Diego es uno de los hombres más escuchados en el mundo del empleo y los recursos humanos. Lleva una vida dedicada al universo de las relaciones de trabajo y del derecho laboral, y con el acervo de haber atravesado cientos de transformaciones, no le tiembla el pulso a la hora de afirmar que “los trabajadores están expuestos a su suerte y viven en una especie de libertad condicional”.

Para el catedrático en Derecho del Trabajo, los directores de Recursos Humanos de las compañías están haciendo un esfuerzo inmenso frente al avance irremediable -y sin freno- de las nuevas tecnologías. “Este fenómeno puso al mundo del revés y lleva a que, tarde o temprano, muchos puestos de trabajo que hasta hoy requerían de talento posiblemente desaparezcan. Esto es lo que se llama ‘cancelación’ dentro del mundo de las tecnologías, y ‘sustitución’ dentro del mundo del derecho laboral”, explicó.

A la hora de analizar esta tendencia, para De Diego, la cita de una antigua frase de Antonio Gramsci, filósofo y fundador del partido comunista italiano, resultó inevitable: “Lo viejo que muere no termina de morir; y lo nuevo que nace no termina de nacer. En el medio, nacen los monstruos”.

“Gramsci no hablaba de monstruos físicos, sino de las novedades que obligaban a toda la comunidad a transformarse. Hoy, ese monstruo son las nuevas tecnologías. Hoy vemos un proceso de adaptación, no solo a las nuevas tecnologías, sino a las nuevas condiciones del mercado de trabajo, dentadas por las políticas oficiales del Poder Ejecutivo. Y a veces se confunde la reforma laboral con la motosierra”, enfatizó.

Apoyado en el contacto y en el trabajo conjunto con más de 2000 empresas de un amplio abanico de industrias, De Diego dio un diagnóstico tan crudo como necesario: “La reestructuración está en todos lados”. Y entre las razones que la impulsan, señaló la necesidad de preservar la competitividad local e internacional, marcado por la creciente penetración de las herramientas de inteligencia artificial (IA).

Sobre este punto, encendió la alarma. A la fecha, el diferencial del ser humano por sobre la IA pasaba por la emocionalidad, la ética y la moral en la toma de decisiones. Pero este valor agregado parece tener fecha de vencimiento. “Los sistemas de IA están incluyendo también inteligencia emocional. En un grupo cerrado en el que participó, Bill Gates vaticinó que la IA sustituirá a toda actividad humana en poco tiempo, a una velocidad mucho mayor respecto de la que imaginamos”, dijo.

El Estado: el último en reestructurarse

“Todas las empresas, incluso las pymes, están en un proceso de reestructuración, en función de la realidad económica. Y la cantidad de fenómenos que se dan en torno al empleo generan altas y bajas todos los días, que se traducen en un estado de conmoción y de inestabilidad. ¿Quién es el último en reestructurarse? El Estado”, advirtió de Diego.

Para el especialista, resulta inevitable asociar este fenómeno a lo que considera como “otro problema importante”: los aumentos salariales. Y, frente a ello, puso la lupa sobre la directiva impuesta por el Poder Ejecutivo de que las subas fijadas en el marco de los convenios colectivos no superen las expectativas de inflación

“Tengo comentarios a favor y en contra. Tanto las cámaras empresarias como los sindicatos bajaron sus expectativas en torno de tratar de superar la inflación. Pero este es un mecanismo antiinflacionario de cierta eficacia, que tiene una contrapartida: más de la mitad de la población de la Argentina tiene ingresos por debajo de la canasta familiar básica, y cuando se producen estos aumentos en contracción de la inflación, el dinero no alcanza para satisfacer las necesidades mínimas”, cuestionó.

Frente a este escenario, de Diego sentenció que en la Argentina no hay elementos de contención. “El trabajador está librado a su suerte y estamos todos en una especie de libertad condicional, porque no tenemos la libertad de hacer lo que nos parezca, sino que tenemos que desarrollar nuestros proyectos en función de los lineamientos que el mundo de las nuevas tecnologías y de las empresas presenta, con un futuro incierto, porque cada vez hay menos seres humanos comprometidos con el trabajo. La típica frase ‘sálvese quien pueda’ hace referencia a esa la libertad condicional, en la que todos dependen de su ingenio”, enfatizó.

Una legislación fuera de época

Otro de los temas candentes y que marca el pulso del mercado, para De Diego, es la reforma laboral. No es la primera vez que el especialista pone de relieve la desarticulación entre la actualidad del mundo laboral y la Ley de Contrato de Trabajo.

“La discusión de la reforma laboral se tiene que dar dentro del Congreso de la Nación, porque implica reformar la Ley de Contrato de Trabajo, que data de 1975, con base en la posguerra y en una época en la que no existía ni el fax. En un 80%, está fuera de época y fue superada por los acontecimientos. Esa ley tenía el objetivo central de reivindicar los derechos de los trabajadores. Hoy, la legislación tiene que concentrar su esfuerzo en la generación de empleo”, enfatizó.

Mientras tanto, de Diego explicó que el Poder Ejecutivo va tomando iniciativas puntuales, a las que denominó “de goteo”. Entre ellas, señaló la quita de la triangulación de las obras sociales, el proceso de homologación de acuerdos y la definición de que las propinas no corren como remuneración. “En pequeñas gotas, está tratando de inducir que la reforma laboral sea la base del debate, pero no lo logra porque el Parlamento está concentrado en otras prioridades, como los actos electorales”, indicó.

“El primer tema a tener en cuenta es el dictado del DNU 340/2025, que limita el derecho a huelga -en el contexto de una huelga casi salvaje en Tierra del Fuego, porque no es promovida sólo por los trabajadores, sino en combinación con las empresas afectadas-, porque puede generar trastornos en la realidad de las economías, porque la comunidad queda como rehén”.

Para el especialista, la iniciativa fue positiva, aunque también frágil. “Es vulnerable desde el punto de vista de los cuestionamientos judiciales que puede haber. Este DNU tiene que seguir el procedimiento del artículo 99 de la Constitución Nacional y ser sometido a la evaluación de la comisión bicameral”, explicó.

De cara al futuro, De Diego consideró que la atención debe estar puesta en un solo punto: en la micro. “Tenemos que prestar atención a aquel que está haciendo un esfuerzo, trabajando, cambiando de trabajo o buscando nuevas alternativas. Necesitamos una moratoria para el trabajo clandestino, que sea atractiva para que el costo del empleador sea similar al costo del blanqueo. Hay que articular todos los mecanismo que faciliten que toda persona tenga una oportunidad de trabajo. En la medida en que haya más opciones, habrá mayores posibilidades de que los salarios sean súper adoradores”, consideró.

Y a esto le sumó otro puto: “El sector empresario tiene que salir de las prácticas que en el pasado le servían para activar los convenios, que eran las mismas de los sindicatos: la inflación. Hay que prestar atención a la gente que pertenece a ese 50% de la población cuyos ingresos no son suficientes para supervivencia”.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/economia/negocios/julian-de-diego-la-legislacion-laboral-tiene-que-centrarse-en-la-generacion-de-empleo-nid28052025/

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