La crítica situación de una especie ictícola que derivó en una drástica medida en Santa Fe
ROSARIO.– La falta de agua en toda la cuenca del Paraná, que comenzó a mediados de 2019 y sigue hasta la actualidad, generó una severa disminución en las poblaciones de algunos peces ecológi...
ROSARIO.– La falta de agua en toda la cuenca del Paraná, que comenzó a mediados de 2019 y sigue hasta la actualidad, generó una severa disminución en las poblaciones de algunos peces ecológica y comercialmente muy importantes, como el sábalo. A los problemas para la reproducción de esta especie que genera la prolongadísima bajante del río, hay que agregarle otros factores antrópicos –generados por la acción humana– como la pesca a escala industrial para exportación, que en las últimas décadas también afectó el estado de este valioso recurso.
Organizaciones ambientalistas de la región del Litoral lanzaron el grito de alerta repetidas veces y desde hace tiempo: el estado de las poblaciones de sábalos en el delta medio del Paraná “es crítico” y deviene urgente avanzar hacia un manejo del recurso que adapte las cuotas autorizadas de pesca a los pulsos de crecientes y bajantes, alterados por el cambio climático y los cambios de uso del suelo en toda la cuenca.
“Las condiciones hidrológicas necesarias para una buena temporada reproductiva de sábalos (crecientes de verano que superen los 5,4 metros y duren más de 45 días, seguidas de un nivel mínimo de agua superior a 2,2 metros en años posteriores) no se producen desde 2016/2017”, destaca un comunicado de El Paraná No Se Toca (Epnst), una agrupación ambientalista de Rosario, elaborado en parte sobre la base de una publicación reciente de científicos del Laboratorio de Hidroecología del Instituto Nacional de Limnología (Inali/Conicet) de la Universidad Nacional del Litoral, liderados por la bióloga Ana Pía Rabuffetti.
Hay otros datos que grafican el pésimo estado de las poblaciones de sábalos: según el último relevamiento del proyecto de Evaluación Biológica y Pesquera de Especies (Ebipes) de julio de este año, de cada cien sábalos registrados solo seis estaban aptos para reproducirse. En este escenario, y tras una decisión judicial para que la gobernación de Santa Fe avance en la elaboración de un plan de manejo –plan que ya fue presentado–, desde el Ministerio de Ambiente y Cambio Climático de la provincia decidieron suspender por un año el acopio de pescado de río destinado a exportación.
La urgencia de un plan de manejoEl sábalo es la especie de agua dulce más comercializada del Paraná: entre Santa Fe y Entre Ríos, exportan en promedio entre 15.000 y 20.000 toneladas anuales. Según recordó Vanesa Paccotti, bióloga e integrante de Epnst, la especie “cumple un papel ecológico crucial en todo el sistema”. Si bien siempre tuvo interés comercial, la presión pesquera se intensificó a partir de la década de los ’90, a medida que los precios internacionales mejoraron. Esto llevó a muchos años de sobreexplotación, lo que se tradujo en una disminución de las tallas promedio de captura de 48 a 42 centímetros.
“Las fallas de reclutamiento se asocian con sequías prolongadas y baja conectividad hídrica. La naturaleza altamente variable del reclutamiento y la productividad de la población sugiere que un cupo de pesca fijo no es adecuado”, explica en detalle el trabajo Sustainable Management and Biomass Dynamics of Prochilodus lineatus in a Mega-River Ecosystem Based on Ecohydrological Approach, de Rabuffetti y otros autores, publicado en la revista Ecohydrology.
Desde 2019 hasta la actualidad, la cuenca experimenta niveles de agua históricamente bajos. El problema es que nunca se adaptó la presión pesquera a esas fluctuaciones: “Considerando tanto las capturas comerciales de sábalo como el consumo interno estimado, se obtiene un promedio de 15.000 toneladas para toda la serie de datos (1925-2022). Sin embargo, al dividir la serie en dos períodos (1925-1987 y 1994-2022), el promedio de capturas aumentó de 13.000 a 21.000 toneladas”, señala el documento.
Sin nuevos picos de reclutamiento y con una presión pesquera continua, la población se agotó, alcanzando sus niveles más bajos entre 2011 y la actualidad. “Históricamente, la gestión de la pesquería de sábalo, basada en las exportaciones y los rangos de captura, ha fluctuado alrededor de un valor fijo y se considera inadecuada. Una gestión eficaz de la pesca de sábalo en ríos como el Paraná debe integrar información pesquera, hidrológica y socioeconómica, promoviendo un enfoque ecosistémico”, argumentaron los expertos del Inali. “Es fundamental tener mirada de largo plazo, y de cuenca. Hablamos de un megarío cuyas interacciones ecosistémicas son muy complejas”, resumió Rabuffetti.
El impacto del cambio climáticoLa evidencia científica disponible señala el papel del cambio climático en las fluctuaciones extremas que el Paraná viene padeciendo. Así aparece en el trabajo Impact of Extreme Droughts on Fish Assemblages in a Large South American Floodplain River, del doctor en Ciencias Ambientales Luis Espíndola, también del Inali, que destaca que el aumento de las presiones antropogénicas y el cambio climático “han alterado significativamente la dinámica hidrológica de los ecosistemas de agua dulce, particularmente en América Latina”. “El río Paraná experimentó sequías prolongadas, lo que provocó una reducción de la conectividad hidrológica y la pérdida de hábitat, lo que afectó gravemente a los ensambles ícticos y la reproducción de varias especies”, subraya el artículo.
La ciencia es clara: las sequías prolongadas potenciadas por el cambio climático alteran las dinámicas históricas y afectan, sobre todo, a la abundancia y el predominio de las grandes especies migratorias, que son la base de los servicios ecosistémicos que prestan los humedales fluviales del Paraná, así como el principal objetivo de la pesca regional. “El estudio muestra que las sequías hidrológicas prolongadas están transformando los sistemas fluviales-llanuras de inundación al reducir la frecuencia e intensidad de los pulsos y los pulsos de caudal. Esto conlleva una menor disponibilidad y diversidad de hábitats para las zonas de crianza de peces, lo que afecta negativamente el éxito reproductivo e incluso afecta las señales migratorias esenciales para la reproducción. Como resultado, la abundancia de especies y la composición de las comunidades se están transformando significativamente”, destaca la investigación.
Suspensión de las exportacionesLa abundante evidencia científica, la persistencia de una bajante histórica y una decisión judicial de 2024 que insta a la provincia de Santa Fe a elaborar y presentar un “plan estratégico para la utilización sustentable del recurso ictícola” llevaron a que desde el Ministerio de Ambiente y Cambio Climático santafesino definieran una suspensión del acopio de pescado de río destinado a exportación, a partir del próximo 3 de diciembre. “La decisión no prohíbe la pesca ni afecta a la comercialización de peces provenientes de criaderos, pero marca un punto de inflexión para el manejo sostenible de los recursos del Paraná”, informaron desde ese ministerio. “El sábalo es un eslabón clave del ecosistema y también de la economía pesquera. La evidencia científica es contundente: necesitamos reducir la presión extractiva para asegurar su sostenibilidad”, explicó el ministro del área, Enrique Estévez.
Paccotti, por su parte, recordó que desde las organizaciones ambientalistas “no están contra la pesca, y menos aún contra los pescadores artesanales”. “Sin peces no hay pesca. Sin naturaleza sana, no hay posibilidades económicas para nadie”, resumió la bióloga.