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La mujer detrás del éxito en el mercado editorial que llegaba con instrucciones y moldes de costura

Así como en el catálogo de ...

La mujer detrás del éxito en el mercado editorial que llegaba con instrucciones y moldes de costura

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Así como en el catálogo de Delia Cancela: Reina de Corazones, la muestra que se realizó en 2018 en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, la curadora Carla Barbero señala que, desde el vamos, el universo simbólico de la artista estuvo asociado a las imágenes de la revista alemana Burda, lo mismo le sucedió a miles de mujeres anónimas de esa generación y de las que vinieron después, en distintas partes del mundo.

De hecho, con epicentro en los 50, pero sobre todo en las décadas siguientes, tanto madres como tías y abuelas no solo compraban la publicación, sino que era usual que la compartieran con amigas y vecinas. Algo frecuente en tiempos analógicos, cuando las revistas pasaban de mano en mano y se expandían hacia nuevas lectoras. Más aún si se considera que, además de información, en este caso el magazine contenía instrucciones y moldes de costura, elementos fundamentales para que las usuarias pudieran estar vestidas a la moda.

Actualmente, Burda está siendo nuevamente considerada en ¡Aquí estamos! Mujeres en el diseño 1900-Hoy, la exposición que hasta el domingo 3 de agosto se puede visitar en la Fundación PROA.

Ideada por el Vitra Design Museum, incluye una selección de mobiliario, textiles, objetos utilitarios y piezas gráficas, y, entre otras cosas, pone el énfasis en el trabajo de aquellas mujeres que lograron revertir el estereotipo. Pasaron de ser damas puertas adentro, que solo se ocupaban de la limpieza y el orden del hogar, a volverse protagonistas de carreras exitosas.

En ese grupo, además de las damiselas de la General Motors, quienes diseñaron soluciones para los interiores de los automóviles fabricados en Detroit, y la mención a Brownie Wise, quien estuvo a cargo del party plan, el sistema de venta por reuniones que hizo célebres a los Tupperware, también sobresalen dos ejemplares de antaño de la mencionada revista Burda y la referencia a su creadora.

Génesis

Lo cierto es que la historia de esta publicación se remonta a los tiempos de posguerra en Offenburg, Alemania, y es el resultado de la resiliencia de su fundadora Aenne Burda, quien al enterarse que su marido el Dr. Franz Burda la engañaba, no hizo otra cosa que armarse emocionalmente para reclamar el manejo de la revista de moda que su esposo había pergeñado para su amante, Elfriede Breuer.

Basta con recordar que el señor Burda era un pujante empresario que había heredado una imprenta de su padre y no solo imprimía libros escolares y sellos de correos para las autoridades militares francesas, sino que además hizo lo propio al adquirir la licencia de distintas publicaciones.

Así nació Burda Moden cuando su mentora se instaló intempestivamente en las oficinas de un edificio venido a menos en la localidad de Lahr, con cuarenta y ocho trabajadores y una voluminosa deuda heredada de la administración anterior.

Y si bien el primer número salió a la venta en 1950 e inmediatamente se convirtió en un éxito en el mercado editorial, luego continuó con su expansión hasta llegar a tener su taller de fotografía y un estudio culinario.

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Tal fue el crecimiento del negocio que una década y media después de su lanzamiento la revista alcanzó a vender un millón de ejemplares y, a mediados de 1970, Aenne Burda obtuvo la condecoración de la Gran Orden del Mérito de Alemania y el Anillo de Honor de Offenburg.

Después le siguió el retrato que le hizo nada menos que Andy Warhol, quien viajó especialmente desde Nueva York y, a finales de los 80, en la antesala de la caída del muro de Berlín, se convirtió en la primera revista occidental que se editó en la Unión Soviética.

Para esa presentación realizó un desfile de moda en Moscú que contó con la participación de modelos top como Christy Turlington y Monika Schnarre, ataviadas por el estilo de Burda Moden y acompañadas por artistas del Circo de Moscú y del Ballet Bolshoi. Durante ese tiempo también se comercializó en Hungría y finalmente, a mediados de los 90, la publicación llegó a China.

En esa misma época, la propiedad de la editorial pasó a manos de su tercer hijo, Hubert, y Burda Moden se integró al holding. Al día de hoy, Hubert Burda Media cuenta con una planta de nueve mil empleados y comprende más de quinientos productos en torno a moda, belleza, viajes, salud, tecnología y entretenimiento. A su vez, cambió la denominación de la revista y pasó a llamarse Burda Style, con sede en Múnich y publicaciones en dieciocho idiomas y más de cien países.

Hallazgo

“Hay que verlo así: nadie lo hizo antes”, expresa el personaje de Edith Schmidt (Luise Wolfram), que encarna a la asistente de Aenne en, justamente, la ficción Aenne Burda: una vida entre costuras. La historia protagonizada por Katharina Wackernagel narra el ascenso y la consolidación de la trayectoria de la famosa editora, en consonancia con el “milagro económico alemán”. Alude, claro, a la reconstrucción que hizo ese país en ruinas no solo físicas, sino también simbólicas tras la Segunda Guerra Mundial.

La miniserie de dos episodios que entre otras plataformas fue emitida por Antena 3 en España, es central para comprender cómo se dio el devenir de la revista, pero, sobre todo, cómo fue la transformación de su creadora que de Anna pasó a ser Aenne, ya que incluso decidió cambiar su nombre de pila y todo lo que eso trajo aparejado

Y al recapitular en ese derrotero, sin dudas el principal hallazgo de su fundadora consistió en entender a la belleza como una herramienta para empoderar a las mujeres. Fue en esa línea que asimiló la vestimenta como algo concreto para que se sintieran mejor consigo mismas. ¿Cómo lo hizo? Les proporcionó los moldes de costura para que pudieran cortar y, por ende, confeccionar su propia ropa en sus casas.

Esto no solo cumplió con el aspiracional al darles la opción de poder tener un vestido a tono con las últimas tendencias de temporada, que la revista traía sobre todo de París, aunque también de otros diseñadores de renombre. Además, democratizó la moda al otorgarles la posibilidad de acceder a una prenda igual o similar a las de las casas de alta costura destinadas a un público muy reducido. Vale decir que ése fue el tiempo del New Look que transformó a Dior en el hombre de la escena fashion del siglo XX.

De hecho, al observar la indumentaria que usaban las mujeres de la posguerra fue que Aenne trabajó arduamente para que la ropa fuera bonita y fácil de coser. Claro que esto ocurrió antes de la explosión del prêt-à-porter y ni hablar de las firmas masivas que -se sabe- también apuntaron a las grandes audiencias.

A su vez, Burda Moden se enfocó en que las usuarias de distintas procedencias, edades y con diversidad de cuerpos, puedan vestirse al último grito de la moda sin la necesidad de cumplir con los requisitos de las esculturales modelos de pasarela. Por el contrario, la empresa desarrolló un estudio pormenorizado de los talles y reconfiguró la tabla que se solía utilizar en este tipo de publicaciones.

Situación muy bien recreada en la ficción Aenne Burda: una vida entre costuras, cuando desde la redacción convocan a las ciudadanas para que vayan a tomarse las medidas y, a partir de eso poder, establecer los tamaños reales. Algo que, aunque parezca insólito, se sigue discutiendo en el mundo de la moda actual, sobre todo en la Argentina, que, si bien se hizo la pertinente evaluación antropométrica de la población que habita el suelo argentino en el marco del Sistema Único de Identificación de Talles de Indumentaria (SUNITI), más conocido como “Ley de Talles”, la norma fue reglamentada pero todavía no se alcanzó su implementación.

También Aenne Burda procuró mejorar cómo se mostraban las prendas con un trabajo de fotografía más moderno que el de las ilustraciones habituales, en algunos casos poco precisas a la hora de desarrollar un modelo. Interés que reconfirmó al contratar a fotógrafos de la talla de Rolf Lutz, Guy Arsac y Rico Puhlmann.

Mujer de su tiempo

Sin duda, Burda fue una herramienta emancipadora para aquellas mujeres que a partir de la costura encontraron una salida laboral, permitiéndoles tener su propio dinero. Alcanza con pensar que, en el momento en el que transcurre la historia, no era para nada frecuente que las mujeres trabajaran; por el contrario, los hombres eran los principales aportantes y jefes de hogar.

Esto también, es mostrado en la miniserie, cuando los amigos de Franz Burda se espantan al enterarse que su esposa decide tomar las riendas de la publicación de moda y salir a trabajar. Algo que la protagonista no solo lo naturaliza, sino que hace todo lo posible para contagiárselo a sus pares.

“Ella fue una mujer de su tiempo, y no era una época fácil para ser mujer”, señaló el célebre diseñador alemán Karl Lagerfeld cuando Aenne murió a los 96 años. Lagerfeld, ícono de su firma homónima y factótum de la revitalización de Chanel y Fendi, fue una de las tantas celebridades que asistieron al multitudinario funeral de Offenburg en 2005.

Se calcula que hubo alrededor de cincuenta limusinas negras que trasladaron a las distintas personalidades. Entre ellas, políticos, como Hans-Dietrich Genscher que había sido ministro de Relaciones Exteriores de Alemania, y figuras del mundo del espectáculo y los medios de comunicación, como el productor de cine Arthur Cohn y la editora Friede Springer.

Hombre-Mujer es la escultura de aluminio de veinte metros de altura realizada por el artista norteamericano Jonathan Borofsky, ubicada en la Platz der Verfassungsfreunde, que la protagonista de esta historia donó a la ciudad donde no solo comenzó, sino que desarrolló su trayectoria y encontró la consagración.

Allí mismo, se la retribuye con una calle que lleva su nombre, donde, seguramente, el futuro anticipa que serán miles las mujeres que la recordarán cada vez que la transiten, mientras que, otras tantas, se preguntarán quien fue Aenne Burda, una verdadera leyenda para la moda del siglo XX.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/conversaciones-de-domingo/la-mujer-detras-del-exito-en-el-mercado-editorial-que-llegaba-con-instrucciones-y-moldes-de-costura-nid27072025/

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