La votación por el shutdown que quebró la disciplina partidaria desata una feroz disputa interna entre los demócratas
WASHINGTON.- Mientras el shutdown más largo de la historia de Estados Unidos -42 días y contando- empieza a tener un final a la vista, los demócratas quedaron inmersos en una feroz disputa inter...
WASHINGTON.- Mientras el shutdown más largo de la historia de Estados Unidos -42 días y contando- empieza a tener un final a la vista, los demócratas quedaron inmersos en una feroz disputa interna por la decisión de ocho de sus senadores de alinearse con los republicanos en un proyecto de ley para poner fin al cierre del gobierno federal, con fuertes reproches dentro del partido que reavivaron las divisiones sobre cuál es la mejor estrategia para hacerle frente a Donald Trump.
Los ocho legisladores que habían quebrado la disciplina partidaria en una votación de procedimiento el domingo por la noche -permitieron que la medida republicana avanzara tras haberla bloqueado sistemáticamente- también votaron anoche la aprobación final del proyecto en el Senado, con un resultado de 60-40 que lo envió a la Cámara de Representantes.
Apenas sellada esa votación, el presidente de la Cámara, el republicano Mike Johnson, instó a los legisladores a regresar lo más pronto posible a Washington -en medio de las demoras del tránsito aéreo relacionadas al shutdown- para rubricar el proyecto, en una votación que podría ser el miércoles por la tarde, aunque no hay confirmación oficial.
Durante una ceremonia por el Día del Veterano, Trump elogió a Johnson y al líder de la mayoría del Senado, John Thune.
“Felicidades a ti , a John y a todos por una gran victoria. Estamos abriendo nuestro país. Nunca debería haber sido cerrado”, celebró el presidente.
Los demócratas venían de una resonante jornada electoral el martes de la semana pasada -con triunfos en la alcaldía de Nueva York y en los estados de Virginia y Nueva Jersey, entre otros- y muchos legisladores y activistas indicaron que los resultados demostraban que los senadores debían mantenerse firmes en sus demandas al gobierno para extender los subsidios mejorados de la Ley de Cuidado de Salud Asequible (conocido como Obamacare).
Sin embargo, el grupo de ocho disidentes argumentó que el shutdown ya ha causado demasiado “sufrimiento” a los norteamericanos y que algunas concesiones de los republicanos, incluida la promesa de someter a votación la reforma sanitaria, eran suficientes para destrabar la parálisis.
Las deserciones demócratas también pusieron bajo la lupa el liderazgo del líder de la minoría en el Senado, Chuck Schumer (Nueva York), y los críticos más acérrimos afirmaron que las últimas votaciones en el Senado demostraban su incapacidad para mantener la unidad de sus filas.
El representante demócrata Ro Khanna (California) pidió la destitución de Schumer, mientras que el líder de la minoría en la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries (Nueva York), criticó con dureza a los ocho senadores que votaron junto a los republicanos.
“Schumer ya no es eficaz y debería ser reemplazado. Si no puede liderar la lucha para detener el aumento desorbitado de las primas de atención médica para los estadounidenses, ¿por qué luchará?”, escribió Khanna en X.
Jeffries, en tanto, advirtió que los congresistas demócratas no apoyarían un proyecto de ley de financiación del gobierno que no incluyera las medidas sanitarias que el partido exigió en esta pulseada con los republicanos.
“Tendrán que dar explicaciones”, dijo en una conferencia de prensa sobre los legisladores que votaron con los republicanos. “Pero la inmensa mayoría de los senadores demócratas siguen comprometidos con la lucha por reformar nuestro sistema sanitario”, aclaró Jeffries, quien de todas formas respaldó a Schumer por su accionar.
Hubo más voces de la órbita demócrata que se sumaron a las críticas a los ocho senadores que terminaron por quebrar la unidad partidaria (Tim Kaine, de Virginia; Angus King, de Maine; Dick Durbin, de Illinois; John Fetterman, de Pensilvania; Maggie Hassan y Jeanne Shaheen, de New Hampshire, y Jacky Rosen y Catherine Cortez Masto, de Nevada).
El acuerdo “es una victoria para el pueblo estadounidense”, justificó King, independiente y miembro del grupo parlamentario demócrata. “El shutdown no estaba logrando su objetivo y, al mismo tiempo, perjudicaba a mucha gente. Ahora tenemos una salida”, dijo el senador, que había votado antes a favor de financiar al gobierno federal.
“Un acuerdo que no reduzca los costos de la atención médica es una traición a millones de estadounidenses que cuentan con que los demócratas luchen por ellos”, fustigó el representante Greg Casar (Texas), presidente del Caucus Progresista de la Cámara de Representantes. “Aceptar solo una promesa vacía de los republicanos no es un compromiso, es una capitulación“, reforzó.
“Cualquier pacto que permita que los costos de la atención médica sigan disparándose es inaceptable”, escribió, por su parte, Roy Cooper, exgobernador de Carolina del Norte, quien aspira a ganar un escaño en el Senado el próximo año.
El acuerdo incluye la reapertura de los fondos para la administración federal hasta fin de enero, la financiación de los cupones de alimentos de los que dependen 42 millones de personas y el compromiso del gobierno de que volverá a admitir a los funcionarios despedidos durante las últimas semanas, con pagos retroactivos de sueldos.
Además, no serán despedidos más empleados federales en los próximos dos meses y medio, y habrá una votación en el Senado sobre la extensión de los subsidios de Obamacare, un tema central de los reclamos demócratas.
“En mi opinión, fue una votación muy, muy mala”, dijo el veterano senador Bernie Sanders (Vermont).
“Estados Unidos merece algo mejor”, declaró, por su parte, el gobernador de California, Gavin Newsom, una de las figuras del partido y que podría ser un potencial candidato en las primarias presidenciales.
La disputa es la prueba más reciente de que el Partido Demócrata sigue profundamente dividido sobre su rumbo y la mejor manera de contrarrestar a Trump y a los republicanos del Congreso, cuando falta un año para las elecciones de medio término en las que se redefinirán ambas cámaras.
Los resultados de las elecciones del martes pasado dejaron a los demócratas ante un dilema político, si seguir con una posición más de izquierda encarnada por el alcalde electo de Nueva York, el demócrata socialista Zohran Mamdani, u otras vías más moderadas.
En el Congreso, el grupo de demócratas que selló el acuerdo sostuvo que su postura era una medida pragmática —aunque políticamente impopular— para poner fin a la crisis por el shutdown. “Muchos de mis amigos están descontentos. Piensan que deberíamos haber mantenido el gobierno cerrado indefinidamente en protesta por las políticas de Trump”, dijo Durbin en su discurso del lunes.