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Los mínimos avances de Rusia en 2025 convencieron a Putin de que su victoria en Ucrania era inevitable

MOSCÚ.– Vestido de fagina, la semana pasada el presidente Vladimir Putin visitó un puesto de mando militar ruso donde sus comandantes le presentaron los ...

Los mínimos avances de Rusia en 2025 convencieron a Putin de que su victoria en Ucrania era inevitable

MOSCÚ.– Vestido de fagina, la semana pasada el presidente Vladimir Putin visitó un puesto de mando militar ruso donde sus comandantes le presentaron los ...

MOSCÚ.– Vestido de fagina, la semana pasada el presidente Vladimir Putin visitó un puesto de mando militar ruso donde sus comandantes le presentaron los brillantes avances de Rusia, le aseguraron haber conquistado la ciudad ucraniana de Kupyansk —una idea que contradice lo que informan desde el frente los analistas de fuentes abiertas— y casi la totalidad de Pokrovsk.

Pero por más que los generales estuvieran exagerando nuevamente, el cartel que se leía detrás de Putin, “Quien lucha, gana”, recalcaba ese mensaje de que a pesar de todo Rusia está ganando y Ucrania no tiene más opción que someterse a las condiciones del Kremlin o caer derrotada.

El lento y extenuante avance de Rusia durante 2025 le permitió ocupar un 1% adicional de territorio ucraniano, con un enorme costo estimado en más de 200.000 soldados muertos o heridos. Pero eso parece bastarle al presidente ruso, que irradia invariablemente una total confianza en la victoria y al mismo tiempo intenta construir su propia narrativa sobre lo que ocurre en el campo de batalla, una visión que parece haber influido en el presidente Donald Trump.

“Las fuerzas rusas mantienen una iniciativa estratégica indiscutible en todas partes, y lo subrayo”, dijo Trump el mes pasado en un foro del Club de Discusión Valdai. Y el viernes, Trump afirmó en una entrevista que “en poco tiempo Ucrania perderá” el resto del Donbass. “Están perdiendo territorio”, agregó.

Si bien las fuerzas rusas están listas para tomar Pokrovsk, una ciudad fortificada del Donetsk que viene resistiendo desde hace más de un año, los analistas militares occidentales siguen creyendo que Rusia todavía no está al borde de un gran avance bélico capaz de quebrantar la voluntad de lucha de los ucranianos. Por el contrario, se sabe que la alarmante pérdida de vidas, salvo alguna intervención diplomática, continuará.

Rusia está dispuesta a seguir luchando

El viernes, Putin declaró que Rusia está dispuesta a seguir luchando si Kiev no discute el borrador de plan de paz que surgió la semana pasada y que traspasa lo que para Ucrania son varias “líneas rojas”, como una reducción sustancial del tamaño de su ejército y la cesión de territorio que Rusia no ha podido conquistar militarmente.

“En general, estamos satisfechos con esto, ya que conduce al logro de los objetivos de la operación militar especial por el uso de la fuerza, mediante la lucha armada”, declaró Putin en referencia a la guerra. El domingo el plan fue modificado durante las conversaciones entre Estados Unidos y Ucrania, por lo que para Rusia probablemente sea menos aceptable.

Putin está dispuesto a seguir luchando a pesar del sufrimiento económico de su pueblo y sus impresionantes bajas, según los analistas, porque percibe la debilidad de Estados Unidos y Europa, así como el agotamiento ucraniano.

Para Putin, ese precio a pagar vale la pena, porque como dice el exdiplomático ruso Boris Bondarev, no se trata tanto de conquistar territorio, sino de revertir la derrota de la Unión Soviética en la Guerra Fría y reafirmar el estatus de Rusia como potencia global.

“Putin no está peleando para quedarse con poblados en Ucrania. No lucha por territorio, ni siquiera por tierras raras en Ucrania. Lucha por un resultado mucho mayor”, afirma Bondarev. “Quiere que ante todo Estados Unidos y también Europa admitan que Rusia tiene su propia esfera de influencia exclusiva, en la que Estados Unidos y Europa tienen prohibido interferir”.

El gobierno de Trump presiona a Kiev para que firme rápidamente el nuevo plan de paz elaborado por Washington en consulta con funcionarios rusos, ucranianos y europeos. Según la Casa Blanca, en las negociaciones celebradas el domingo en Ginebra, las delegaciones norteamericana y ucraniana revisaron y pulieron ese marco de paz, en conversaciones que ambas partes describieron como “muy productivas”.

Mejora del desempeño

Desde que Trump asumió el cargo, Putin ha desviado repetidamente sus reclamos de un alto el fuego, ya que el sostenido aunque agotador avance de sus fuerzas lo convenció de la posibilidad de una victoria militar.

Según el Black Bird Group, dedicado al análisis de conflictos, en el semestre de mayo a octubre Rusia conquistó 2770 kilómetros cuadrados, en comparación con los 1980 kilómetros cuadrados del mismo período del año anterior. Este año, Rusia ha introducido importantes adaptaciones militares que según los analistas beneficiaron a sus fuerzas: menos ataques masivos, mejoras en su fuerza de drones, y ataques a los operadores y la logística de drones ucranianos para controlar las carreteras, impidiendo así una retirada rápida de Ucrania.

Sam Cranny-Evans, investigador del Royal United Services Institute, con sede en Londres, dice que Rusia, con su ventaja en tropas, se está infiltrando en las posiciones ucranianas con pequeñas unidades que se están reuniendo para una ofensiva.

“Esto va acompañado de ataques con drones y artillería contra posiciones ucranianas y, especialmente, contra sus rutas logísticas. Hace rato que los rusos están enfocados en el cinturón defensivo ucraniano y, cuando tuvieron éxito con eso relegaron la guerra electrónica y otros recursos”.

Pero cada vez mueren más soldados, y la cultura militar rusa sigue siendo brutal y despiadada, con evidencia de posibles crímenes de guerra, como ataques contra viviendas e instalaciones civiles, ataques y asesinatos de civiles con drones para despoblar ciudades ucranianas y, según algunos informes, la ejecución sumaria de soldados ucranianos que se rinden.

“Su tasa de bajas sigue siendo alta”, apunta Emil Kastehelmi, analista militar del Black Bird Group. “Tienen capacidad para compensar sus pérdidas, especialmente en comparación con los ucranianos. Pero aún así es sorprendente que traten a sus tropas como algo totalmente prescindible, cuando son su principal activo bélico”, agrega.

Sin colapso

“En 2025, los líderes rusos hicieron dos apuestas, y ambas salieron mal. La primera era que si sostenían la presión bélica en algún momento se produciría un colapso de las defensas ucranianas. Y la segunda era que si usaban la diplomacia para involucrar al gobierno entrante de Trump, por más que las defensas ucranianas no colapsaran, podría producirse un colapso de la asistencia militar occidental a Ucrania, obteniendo finalmente el mismo resultado”, explica el analista militar Michael Kofman, del Fondo Carnegie para la Paz Internacional, quien acaba de volver de un viaje a Urania.

“A pesar del empeoramiento de la situación militar, hasta ahora ambas apuestas han resultado erróneas. La pregunta si en 2026 insistirán con lo mismo”, dice Kofman.

“Ucrania está enfrascada en una batalla de percepción y de imagen mucho más amplia, contra el intento ruso de mostrar que su campaña militar marcha hacia una victoria inexorable, y recientemente han logrado que la Casa Blanca se convenza de que el control del Donetsk sigue bastante firme”, apunta Kofman.

A pesar de la confianza de Putin, Rusia tendría que presentar avances mucho más sustanciales para forzar la rendición ucraniana, y este año todavía no ha tomado ninguna ciudad importante. Sus pérdidas también son cada vez más difíciles de reemplazar: los niveles de reclutamiento disminuyen y se espera que el año próximo se agraven los problemas económicos causados por las sanciones y la economía de guerra.

Aunque a Ucrania la espera el peor invierno de esta guerra, con la infraestructura eléctrica destrozada por los bombardeos rusos, los ucranianos siguen mostrando su garra.

“La determinación del país para resistir la agresión, por muy dura y agotadora que parezca la situación en este momento, no ha flaqueado”, dice Freedman. “Y tampoco aceptan la narrativa rusa de que están siendo empujados a la derrota”.

Traducción de Jaime Arrambide

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/el-mundo/los-minimos-avances-de-rusia-en-2025-convencieron-a-putin-de-que-su-victoria-en-ucrania-era-nid25112025/

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