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Los Pumas y la remontada histórica ante Escocia: el día que lograron ganar sin pateador

Alguna vez Sergio Hernández, entrenador de la selección argentina de básquetbol cansado de escuchar tantas referencias sobre la supuesta importancia de la estrategia, puso un límite: “Ninguna...

Los Pumas y la remontada histórica ante Escocia: el día que lograron ganar sin pateador

Alguna vez Sergio Hernández, entrenador de la selección argentina de básquetbol cansado de escuchar tantas referencias sobre la supuesta importancia de la estrategia, puso un límite: “Ninguna...

Alguna vez Sergio Hernández, entrenador de la selección argentina de básquetbol cansado de escuchar tantas referencias sobre la supuesta importancia de la estrategia, puso un límite: “Ninguna táctica va a superar jamás a la capacidad de ejecución de un jugador”. No fue un desprecio al trabajo. Sólo una forma de ponerle equilibrio a la creencia de que con la obsesión de la ciencia todo se resuelve.

Quien merodeó alguna cancha de rugby en el la Argentina habrá escuchado decenas de dogmas y sentencias terminantes. “No se puede ganar sino tenés 15 que sepan taclear”, “no se puede ganar sin un buen scrum”... O la que viene muy bien para este momento: “No se puede ganar sin un pateador”.

Ahora que pasó la euforia de la fantástica remontada de los Pumas ante Escocia en Murrayfield (33-24), pueden analizarse algunos aspectos más específicos del partido y que poco tienen que ver con la emoción de un resultado final.

No aclaró Felipe Contepomi su decisión respecto de la salida de Santiago Carreras (27 años) de la titularidad en el match en Edimburgo. Muy probablemente la razón estaba vinculada con ofrecerle descanso. También en la necesidad de rodar en el puesto a Gerónimo Prisciantelli (26), que mostró condiciones ofensivas muy interesantes en los últimos tests. Ante el infortunio por algunas lesiones, siempre es importante tener alternativas preparadas.

Si el análisis es a largo plazo, ese es el argumento y parece ser sustentable. Si se examina este test match puntualmente, se puede decir que los Pumas padecieron algunas de las desventajas de jugar sin un pateador. Y aún así, ganaron.

Claro, la levantada del equipo coincidió con el ingreso de Carreras por Prisciantelli, podría explicarse como la razón del triunfo. Es cierto que incidió -y mucho- el fullback de Bath, pero no precisamente por las patadas, sino por el juego.

Se pueden enumerar algunas acciones en ese primer tiempo, antes de que él ingresara, y por la que los Pumas no pudieron sumar puntos con el pie:

23 minutos: patada factible de penal, con buen perfil para un derecho, como Juan Cruz Mallía (29). El remate se fue desviado: el marcador estaba 0-7.32 minutos: penal algo lejano (unos 40 metros), pero frente a los palos. Otra oportunidad muy buena, pero el disparo de Mallía se quedó corto (y también desviado). El partido estaba 0-14.37 minutos: penal frente a los palos, más lejos que la anterior, cerca de la mitad de la cancha. Por el fresco recuerdo de los dos anteriores, se eligió no patear y Prisciantelli buscó el touch. Para completar el panorama de la pérdida de confianza general, se perdió también el line.

Irse al descanso con el marcador en cero podía ser una marca que pesara en el espíritu del equipo, pero no lo fue.

Las virtudes que el coach encuentra en Prisciantelli van mucho más allá de su patada o los remates a la H. Contra Gales mostró que tiene movimientos insidiosos, de esos que muchas veces definen jugadas. Eso le gusta a Contepomi.

Sin embargo, al fullback de Racing de París, que aquí fue número 10, no se lo vio bien. Fue apenas su cuarto encuentro con la camiseta de los Pumas, puede ser lógico. Se lo vio muy controlado en los despejes al touch. ¿Detalles menores? Puede ser. Pero en este nivel tan exigente, significan menos metros ganados y jugar más lejos del ingoal rival.

Para colmo, a los tres minutos del segundo tiempo Prisciantelli tuvo un kick defectuoso cuando debía despejar desde las 22 yardas propias y no sólo no encontró el touch, sino que la dejó diez metros dentro de la cancha. La acción finalizó en el try de Ewan Ashman, el tercero de Escocia.

Dos minutos después, Contepomi eligió terminar con lo que parecía una prueba y mandó a Santiago Carreras a la cancha por Prisciantelli.

La primera patada de Carreras fue adentro. A los 17 minutos de la segunda parte, en la conversión del try de Julián Montoya. Pero con el perfil desfavorable para un derecho y más esquinada falló la del try de Rodrigo Isgró. Y aquí vale adentrarse en recuerdos al respecto. Cuando Carreras fue “reinventado” como apertura por Mario Ledesma, también sufrió mucho la adaptación.

Sin embargo, con el tiempo, logró notables mejorías. Se está convirtiendo en un gran ejecutante y venía teniendo un gran año. Por eso extrañó que no fuera titular no habiendo otro pateador natural. En los últimos partidos fue decisivo por su porcentaje de aciertos. Y ante Escocia también sumó mucha picardía en el juego de ataque. Demostró que la experiencia no es en vano. Eso lo pone un punto por encima de Prisciantelli.

Lo mejor de los Pumas ante Escocia

El último viernes, cuando comunicó la formación, Felipe Contepomi minimizó absolutamente el tema del pateador. Tal vez con la intención de quitarles presión a los dos hombres que podían asumir la obligación. “No designamos todavía al pateador. A veces nos sentamos y lo charlamos. Ellos saben quién está bien y quién no. En ese sentido lo bueno de estos chicos es que ponen al equipo por encima de su ego personal y saben bien quién está mejor. Para nosotros es una función más, como el hooker que tira el line, y tenemos confianza en quién vaya a hacerlo”.

Está claro: aunque en el enunciado puede ser “una función más”, en el resultado es una tarea muchas veces determinante (no siempre, está visto). Hay muchos ejemplos en los que los finales cerrados se ganan o se pierden por esos “detalles”.

El actual coach de los Pumas lo sabe muy bien. Su llegada a los Pumas como jugador se dio cuando el apertura era Gonzalo Quesada, un hombre infalible en los envíos a los palos. Contepomi venía de atrás pidiendo a gritos el puesto. Técnicamente ofrecía muchas mejores prestaciones para el ataque y daba más variantes que Quesada. Pero no tenía la precisión de la patada.

En el histórico partido en Lens, ante Irlanda en el Mundial de 1999, Contepomi ingresó como apertura en la segunda mitad y Quesada (que fue goleador en ese torneo) se desplazó al fondo de la cancha. Fue win-win. Felipe participó en la jugada del legendario try de Albanese con un salteo perfecto; el pateador convirtió un penal clave para sellar la victoria.

Pero Felipe se enfocó en mejorar su patada, y fue también muy bueno. Tanto que superó a Hugo Porta como goleador histórico de los Pumas (651 contra 590), y conservó ese privilegio hasta que Nico Sánchez (902) lo pasó en 2018.

Está más que claro que la habilidad de un pateador puede perfeccionarse. Se puede crear un pateador incluso sin que tenga un talento innato. Pero para eso es fundamental la práctica permanente y la continuidad.

Carreras, Prisciantelli y Mallía no sólo no son aperturas naturales. No tienen la responsabilidad de ser pateadores en sus equipos. Sólo asumen el rol cuando el ejecutante original no está. Por eso es razonable que les cueste más asumir el rol al llegar a la selección argentina. Podrán ensayar en los entrenamientos decenas de disparos por día, pero nada se compara con la adrenalina del juego real. Y allí no tienen práctica.

No es una situación de sencilla resolución, porque Emiliano Boffelli (30 años), un pateador bastante más confiable, se operó de la espalda por tercera vez y no es una alternativa. Mientras que Tomás Albornoz (28), que juega de apertura y es el pateador de Toulon, también está lesionado.

Los Pumas patearon dos penales (0/2) y cinco conversiones (4/5). Lograron 8 puntos sobre 16 posibles. Escocia pateó un penal (1/1) y tres conversiones (3/3). Logró 9 puntos sobre 9 posibles. Por suerte, ese defecto quedó desplazado por el ímpetu de los Pumas, que hicieron todo lo necesario para disimular los errores con las patadas, los varios knock on y hasta las pérdidas en el line.

Porque la voluntad por la victoria, la ejecución de la que habla Sergio Hernández, está por encima de todo. Eso no significa que habrá que barrer el polvo debajo del tapete. Contepomi no se lo permitiría.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/deportes/rugby/los-pumas-y-la-remontada-historica-ante-escocia-el-dia-que-lograron-ganar-sin-pateador-nid17112025/

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