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Mondongo de gira: ¿cómo viaja por el país una de las obras de arte más caras de la Argentina?

ROSARIO.– La anunciada gira federal de ...

Mondongo de gira: ¿cómo viaja por el país una de las obras de arte más caras de la Argentina?

ROSARIO.– La anunciada gira federal de ...

ROSARIO.– La anunciada gira federal de Mondongo comenzó anoche en el Museo Castagnino de Rosario, primera escala de un recorrido que llevará a Argentina (Paisajes) y Calavera #3 por distintas provincias del país durante al menos un año. En la explanada del museo, bajo un cielo que amenazaba con llover, los artistas, el coleccionista Andrés Buhar —impulsor del proyecto—, el intendente Pablo Javkin y autoridades del museo se reunieron para dar por inaugurada la muestra mientras el público hacía fila para ingresar: querían ver de cerca las famosas obras y comprobar con asombro que todo, desde las montañas hasta los ríos y el cielo, estaba hecho con plastilina.

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Juliana Laffitte y Manuel Mendanha recordaron que esta serie que ahora se pone en movimiento fue “una especie de remanso” que después de años encerrados en el taller los invitó “a salir, a mirar la naturaleza otra vez. Fue muy transformador”, dijo Laffitte. Y Mendanha recuperó la experiencia de aquel viaje a Entre Ríos que dio origen al primer cuadro: “Ver cómo el agua bajaba y los árboles volvían a crecer nos marcó. Queríamos hablar de eso: de lo que renace.” Ambos coincidieron en que este tour es “emocionante” y se mostraron “agradecidos” por la posibilidad de que la obra circule. “Era un deseo que teníamos hace tiempo —dijeron—. Esta obra nació acá, en Argentina, y queríamos que se quedara acá”.

“La idea es que esta obra viaje, que circule, que se vea —sumó Buhar, destacando que el proyecto busca conectar instituciones de todo el país—. No solo se trata de mostrar arte, sino de tender redes entre los museos y fortalecer el tejido cultural argentino.” En esa línea, el intendente Javkin subrayó la relevancia que la muestra tiene dentro del calendario del tricentenario de la ciudad: “Argentina se proclama federal, pero pocas veces lo es, y en el arte es donde menos lo es. Esta ciudad huele el río, lo siente, lo vive, y cerrar nuestro tricentenario con una muestra que habla de nuestra geografía y de cómo se construyó este país es muy significativo”.

La gira de Mondongo había sido lanzada a comienzos de octubre, aunque su preparación comenzó hace poco más de veinte días, cuando se puso en marcha la planificación del traslado de los quince paneles que integran el Paisaje, desde Arthaus hasta Rosario. Antes de llegar al Castagnino, hubo que poner en movimiento un operativo minucioso: el desmontaje de la obra y su traslado desde el centro porteño hasta Santa Fe. LA NACION siguió y registró ese proceso.

Sábado 25 de octubre. A las ocho de la mañana, Buenos Aires parece una ciudad fuera de estación: el cielo encapotado, el viento helado y una lluvia intensa y pareja que viene de la madrugada. En el séptimo piso de Arthaus, los operarios comienzan a desmontar Argentina (Paisajes), la obra monumental del dúo Mondongo compuesta por quince paneles que, en conjunto, suman cuarenta y cinco metros de largo.

Abajo, la calle está cortada por agentes de tránsito de la Ciudad: una grúa se ubica en el frente del centro cultural. Es indispensable para el operativo. Desde la terraza se asoma el brazo metálico que subirá primero las cajas de embalaje —maderas reforzadas, a medida para guardar cada panel— y luego bajará, de a tres (para hacer peso contra el viento), las piezas ya empaquetadas y envueltas en papel burbuja, porque no caben en los ascensores del edificio. Las ráfagas no ayudan y cada movimiento requiere precisión, mucha fuerza y un poco de fe.

Andrés Buhar, coleccionista y fundador de Arthaus, está allí desde temprano, siguiendo cada paso con entusiasmo y tranquilidad. No se trata solo de desmontar una exposición, sino de poner en marcha algo mayor: el inicio de una gira federal que llevará Argentina (Paisajes) y Calavera #3 por distintos museos del país, durante dos años. “Esto nace de una historia muy linda —dice—. Cuando Mondongo terminó Paisajes, tuvo una oferta muy importante para venderla afuera, a un museo internacional. Era mucha plata y ellos eran jóvenes, les habría venido bien esa cantidad para seguir produciendo sin problemas. Y sin embargo, decidieron no hacerlo. Querían que la obra se quedara en Argentina”.

La instalación es considerada la obra más cara del arte argentino, aunque no hay completa certeza: se especula que la obra de Jorge de la Vega exhibida por la galería MCMC en arteBA 2019 podría haberse vendido por una cifra similar o superior. Buhar compró la de Mondongo por 1.270.000 dólares, convencido de que debía permanecer en el país. Desde Arthaus -espacio de arte contemporáneo ubicado en pleno microcentro porteño- se propuso evitar que esa pieza quedara confinada. “Esperamos que esta gira marque el comienzo de una colaboración fructífera con museos del interior —explica—. Es una oportunidad para generar vínculos entre instituciones públicas y privadas y fortalecer el tejido cultural en todo el país”.

Compuesta por quince paneles de tres por dos metros —cada uno de entre cien y ciento cincuenta kilos—, Argentina fue realizada en plastilina entre 2009 y 2013. En paralelo, el dúo compuesto por Manuel Mendanha y Juliana Laffitte produjo una serie de doce calaveras cuya venta permitió financiar el proyecto. Una de ellas también forma parte del tour y, por decisión de Buhar -que tiene en su colección privada otros dos ejemplares, los #2 y #8- la Calavera #3 se exhibirá por primera vez en el interior del país, como gesto de federalización.

Guardada durante años en un depósito, Argentina (Paisajes) encontró en Arthaus su lugar, pero la idea no era que volviera a quedar encerrada. “Pensé: si es una obra de los argentinos, tiene que circular, tiene que compartirse. Así surgió la idea de la gira.” Lo que empezó como una muestra se convirtió en una red de museos desde Rosario hasta San Juan y Córdoba, unidos por la obra y por la voluntad de fortalecer la conectividad cultural del país. “Siempre miramos hacia afuera —sigue el coleccionista—. En Buenos Aires nos dicen: esto tiene que estar en Nueva York, en Brasil, en Europa. Y está bien, pero también hay que mirar hacia adentro. Si no lo valoramos nosotros, no lo va a valorar nadie”.

Entre cajas de madera, sogas y viento, Paisajes empieza su propio viaje, el mismo que narra: un país desplegado en plastilina, con sus ríos, montañas y heridas. Para Buhar, la escena resume una idea esencial: el arte no solo como objeto, sino como red, como identidad. “Lo valioso no es lo que cotiza —dice—, sino lo que nos pertenece. Hay obras que valen millones y no significan nada, y otras que valen mucho más porque construyen sentido.”

Manuel Mendanha, una de las dos mitades del dúo observa, con un poco de nerviosismo, desde la terraza del edificio, cómo el brazo de la grúa se eleva una y otra vez contra el cielo grisáceo y ayuda a trasladar las cajas hacia adentro. En total son dieciséis: quince para los paneles de Paisajes y una para la Calavera #3. A media mañana, la lluvia no da tregua. Deciden esperar: el descenso se posterga hasta después del mediodía, cuando el clima se calme un poco. Solo entonces, una a una, las piezas comienzan a bajar hacia el camión que las trasladará a un depósito donde quedarán guardadas hasta que partan rumbo a Rosario, primera escala de la gira.

Martes 4 de noviembre. Son las siete de la mañana en el depósito de una empresa metalúrgica del barrio porteño de Barracas, proveedora de laminados de acero. Hay mucho ruido y olor a hierro quemado y a gasoil. Entre chapas y bobinas esperan las dieciséis cajas de madera que guardan la obra más cara del arte argentino. Nadie lo diría al pasar: parecen parte del inventario.

Cada caja mide 3,25 × 0,35 × 2,25 metros y, con el cuadro adentro, pesa 335 kilos. En los laterales se leen las etiquetas con el nombre, un número y una foto del panel correspondiente.

Buhar otra vez llega temprano para supervisar la carga. Siete hombres trabajan en la maniobra: cinco arriba del camión; dos abajo, que giran las cajas para alinearlas; y uno -el chofer de la empresa privada que hará el traslado hasta el Museo Castagnino-, que maneja la pala hidráulica. Las primeras se suben a mano, con esfuerzo coordinado; para las últimas aprovechan la estructura industrial del lugar y una polea facilita el movimiento. Afuera el cielo está gris otra vez, pero todavía no llueve. Por precaución, cubren cada caja con un plástico negro: en Rosario el pronóstico anuncia tormenta.

El chofer del camión que trasladará la obra de Mondongo ayuda, conversa y observa. Entre carga y carga se acerca a Buhar, curioso.

—¿Qué llevan acá adentro?

Buhar le muestra fotos de Argentina en su celular y le explica que son cuadros hechos con plastilina. El hombre se sorprende, abre los ojos.

—Lo que es el arte… me gusta este trabajo porque pasan cosas raras como esta —dice, al control de la pala del camión.

El recorrido es directo, sin paradas, por la ruta 9, en el tramo de autopista Buenos Aires-Rosario. Ingresará a la ciudad santafesina por el icónico Boulevard Oroño, hasta la intersección con la avenida Pellegrini, donde se encuentra el museo. Si necesita detenerse por algún motivo, tiene que avisar a la empresa de logística: por seguridad, el sistema bloquea la cabina apenas se pone en marcha y, si se corta la señal de monitoreo, se corta también el gasoil. Llegará aproximadamente a las 14 a Rosario.

A media mañana, el camión emprende la marcha con las dieciséis cajas aseguradas. En el Museo Castagnino lo espera, otra vez, Manuel Mendanha para comenzar el montaje. La obra permanecerá allí hasta abril del año que viene, luego viajará a San Juan y en agosto, a Córdoba.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/cultura/mondongo-de-gira-como-viaja-por-el-pais-una-de-las-obras-de-arte-mas-caras-de-la-argentina-nid07112025/

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