Ni volatilidad ni seguridad: lo que frena a la gente a la hora de invertir en cripto
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Durante años, los titulares sobre criptomonedas se han centrado en problemas de confianza: fraude, volatilidad y los pocos actores maliciosos que han dado a las criptomonedas una reputación de lejano oeste. Pero el nuevo informe "2025 Crypto Confidence Pulse" de la Asociación Nacional de Criptomonedas (una encuesta de Harris Poll a estadounidenses que actualmente no poseen criptomonedas) revela algo más fundamental que frena a la gente: una brecha de conocimiento.
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Casi el 90% de quienes no poseen criptomonedas afirmó no sentirse bien informado sobre la compra, el intercambio, la venta o incluso el uso de estas. Y el 49% mencionó la falta de comprensión como la principal razón por la que es poco probable que interactúen con esta tecnología en el futuro.
A pesar de la creciente visibilidad de las criptomonedas en la cultura popular, los medios de comunicación y los mercados, aún reina la confusión. Quizás la señal más clara de confusión entre quienes no poseen criptomonedas sea esta: alrededor del 41% afirma desconocer quién o qué las respalda, a pesar de que su característica principal es la ausencia de un patrocinador central, y el 55% admite que investigar el sector resulta abrumador.
Quienes no poseen criptomonedas no rechazan las criptomonedas por completo; muchos simplemente no saben qué pensar: están abrumados por la jerga y desconocen sus usos prácticos y sus capacidades. De hecho, casi una cuarta parte de quienes no poseen criptomonedas afirmó que consideraría usarlas si pudieran pagar bienes y servicios con ellas, algo que ya es posible hoy en día.
La barrera de entrada se puede superar a través de la educación.
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La confusión es el verdadero riesgoEsa falta de comprensión propicia el crecimiento del miedo. Cuando las personas no comprenden fácilmente cómo funciona algo, la confianza se vuelve más difícil de construir, por muy buena que sea la tecnología subyacente.
Las preocupaciones sobre la seguridad (43%), la desconfianza en las plataformas (36%) y las persistentes percepciones erróneas sobre estafas y hackeos siguen nublando la opinión pública. Incluso entre quienes están interesados en las criptomonedas, casi un tercio aún dice no saber por dónde empezar, según nuestro estudio.
Para que las criptomonedas cumplan su promesa de ser una herramienta más inclusiva, accesible e innovadora, la industria debe ofrecer claridad, no solo código. Esto implica una educación sencilla, transparente y vinculada a los beneficios reales que las criptomonedas pueden ofrecer hoy.
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Pero aquí es donde los datos se vuelven especialmente reveladores: quienes no poseen criptomonedas no son un monolito. La encuesta identifica cinco perfiles distintos, cada uno con motivaciones, inquietudes y oportunidades de interacción únicas:
El curioso: ya estamos hablando de criptomonedas con nuestros amigos; casi la mitad (42%) de este grupo probablemente adquirirá criptomonedas este año.Los observadores de tendencias: observan desde la barrera y se sienten intrigados, pero necesitan más ejemplos reales de criptomonedas en acción.Los escépticos: en busca de pruebas, seguridad y supervisión, esta cohorte está más preocupada por la seguridad, las estafas y la inestabilidad percibida del espacio.Los tradicionalistas: prefieren sistemas tradicionales como los bancos y las tarjetas de crédito y necesitan razones claras de por qué las criptomonedas son importantes para su día a día.Los cautelosos: no están seguros de por dónde empezar y les preocupa haber perdido ya la oportunidad, pero están abiertos a aprender más de fuentes confiables.Un enfoque único para la educación sobre criptomonedas no será suficiente: cada grupo necesita un mensaje diferente. Los curiosos podrían beneficiarse de una guía más práctica sobre cómo configurar una billetera o navegar por los diferentes tipos de tokens. Los observadores de tendencias podrían verse más influenciados al ver que más comercios conocidos y apreciados comienzan a aceptar pagos con criptomonedas. Los escépticos necesitan garantías, que probablemente se materializarán en decisiones políticas. Los tradicionalistas necesitan comprender cómo funcionan las criptomonedas y las finanzas tradicionales. Los cautelosos probablemente necesitarán ayuda para desentrañar la exageración y la jerga.
Si queremos cerrar la brecha del conocimiento, debemos comenzar por conocer a nuestra audiencia.
Regulación anticipada sin sofocar la innovaciónTampoco podemos ignorar el papel de la regulación. No se trata solo de una cuestión de políticas, sino de protección del consumidor.
Unas normas claras e inteligentes pueden ayudar a desmitificar el panorama y demostrar que este es un espacio legítimo y seguro para participar. Hasta que los responsables políticos y los líderes del sector colaboren para establecer medidas de protección consistentes, la incertidumbre seguirá nublando la percepción.
Durante mucho tiempo, las criptomonedas se han percibido erróneamente como un sistema que no requiere confianza. Pero, en realidad, su adopción depende de la confianza: las personas necesitan comprender la tecnología antes de poder confiar en ella, y necesitan a alguien de confianza que les ayude a formarse.
La educación es la infraestructura. Y si la industria de las criptomonedas quiere construir el futuro, es hora de sentar las bases hoy.
Stu Alderoty es presidente de la Asociación Nacional de Criptomonedas