Oasis, en River: así se palpita el esperado reencuentro de los “Caín y Abel de Manchester” con su fervoroso público argentino
Si el 27 de agosto de 2024 será recordado mundialmente como el día en el que Liam y Noel Gallagher anunciaron la firma de su armisticio para una gira reunión de Oasis, el 2 de noviembre de ese m...
Si el 27 de agosto de 2024 será recordado mundialmente como el día en el que Liam y Noel Gallagher anunciaron la firma de su armisticio para una gira reunión de Oasis, el 2 de noviembre de ese mismo año tiene para sus seguidores locales un sabor extra. Ese día, y luego de algunos rumores e indirectas, la banda británica anunció que su tour Live ‘25 extendería su recorrido hacia Sudamérica, con una obligatoria escala porteña. Y lo que parecía una espera eterna (un año calendario entre la venta de los tickets y la consumación de los shows) finalmente pasará al terreno de la certeza este sábado y domingo, con shows en el estadio de River Plate. Su regreso a la actividad es a la vieja usanza: sin entrevistas, ni conferencias de prensa, ni transmisiones televisivas de ninguno de sus conciertos. O, como ellos mismos lo dejaron en claro al momento de anunciar las hasta ahora únicas 17 escalas de su gira: “Vengan a verlo, no será televisado”.
Oasis logrará este fin de semana revertir la carga simbólica de su anterior paso por el Monumental, el 3 de mayo de 2009. En aquella ocasión, la banda se presentó por última vez en Buenos Aires poco más de tres meses antes de su separación, que ocurriría a finales de agosto, en Francia. Esa noche en Núñez, la banda se presentó en una de sus mejores formas pero con una distancia más que palpable entre sus dos líderes, en un estado de tensión permanente con 45 mil personas de testigo. 16 años más tarde, la postal no podría ser más opuesta: desde el primer show de este tour reunión, Liam y Noel salen a escena agarrados de la mano y alzando sus brazos, un gesto triunfal que simboliza la firma del armisticio fraternal después de 16 años de artillería verbal pesada entre uno y otro.
Convertido en “el” suceso de 2025, el tour es una celebración del legado de Oasis, más particularmente del período en el que salieron a comerse el mundo hasta ser víctimas de su propio empacho. Dicho de otro modo: de las 23 canciones que suenan a rajatabla cada noche (una lista de temas inalterable desde el primer show del tour, el 4 de julio en Cardiff), veinte de ellas pertenecen al período 1994-1996, cuando Liam y Noel Gallagher se abrieron paso en la escena musical sin pedir permiso, a tan solo días del suicidio de Kurt Cobain, y a partir de ahí plantar bandera con su ego como estandarte para autoproclamarse la mejor banda del mundo. La lista se centra de manera casi exclusiva en sus dos primeros discos (Definitely Maybe, de 1994, y (What’s the Story) Morning Glory?, de 1995), y una buena selección de lados B de esa época, que Oasis convirtió en hits por derecho propio, la prueba de que en su rol de líder y compositor, Noel Gallagher estaba en un estado de gracia tan grande que podía relegar canciones épicas a un segundo plano porque material tenía de sobra.
El recorte temporal deja afuera a buena parte de las canciones de Oasis que supieron estar en alta rotación en estas latitudes (ni “Layla”, ni “Songbird”, ni “Stop Crying Your Heart Out”, ni “Go Let It Out son de la partida), pero lo que Oasis ofrece a cambio es un seleccionado imbatible de canciones de su período imperial. “Live Forever”, “Some Might Sayl”, “Morning Glory”, “Stand By Me”, “Cigarettes and Alcohol”, “Acquiesce” y “Rock N’ Roll Star” sirven como pruebas de que en 2025 el legado de la banda de Manchester está más presente que nunca. Con un Liam Gallagher en su mejor forma en años tanto a nivel vocal como de persona escénica, su hermano mayor ostenta dos grandes momentos protagónicos de la noche: el primero, que va de lo intimista a lo épico con “Talk Tonight”, “Half the World Away” y “Little By Little” (el único tema de la lista fechado post 1997); a la hora de los bises, Noel redobla la apuesta con “The Masterplan” y “Don’t Look Back in Anger”, antes de devolverle el centro de atención a su hermano menor con “Wonderwall” y “Champagne Supernova”.
Y aunque toda la atención está puesta en los “Caín y Abel de Manchester”, el regreso de Oasis también es posible porque cuenta con otros tres miembros originales de la banda. Ubicado estratégicamente entre Liam y Noel en el escenario está Paul “Bonehead” Arthurs, el verdadero fundador del grupo, y cuyo estilo rústico y agresivo para tocar la guitarra se volvió una marca de agua en los primeros años del grupo. Arthurs, se dice, fue una de las dos personas que jugó un rol clave en la reconciliación entre ambos hermanos (la otra es Peggy, la madre de Liam y Noel), y se acaba de reincorporar al grupo después de unas semanas de ausencia con justificativo médico para controlar un cáncer que venció en 2022. En el escenario también está Gem Archer, el guitarrista que ocupó su lugar luego de su renuncia en 1999 a la banda que él creó, y también el bajista Andy Bell, presente en la última década de vida de Oasis. La única sorpresa en la alineación aparece al fondo del escenario. A pesar de ser una banda que contó con cuatro bateristas en sus 18 años de vida, para esta vuelta Oasis decidió convocar a una figura ajena a su entorno: el estadounidense Joey Waronker, conocido por su trabajo con Roger Waters, Thom Yorke y Beck.
La presencia de Oasis en la Argentina generó también el desembarco de varias figuras satelitales al grupo, que no dudaron en ser parte de algo que los propios hermanos Gallagher anticiparon como histórico. El primero en hacer las valijas fue el músico y productor David Holmes, conocido por su trabajo junto a Primal Scream, Manic Street Preachers y Noel Gallagher’s High Flying Birds, que así como aterrizó se fue derecho a La Bombonera a ver el superclásico y que hará un DJ set junto a Javier Zuker este jueves por la noche en Obok. También fue visto por las calles de Palermo el actor Matt Smith, conocido por sus protagónicos en The Crown, La Casa del Dragón y Doctor Who, y fan confeso de la banda. También, el viernes dará una charla en el bar Our House de Palermo el fotógrafo Lawrence Watson, que trabajó con Oasis entre 2005 y 2008, y que promete exhibir una buena cantidad de material inédito.
View this post on InstagramEn una banda en la que las peleas fraternales fueron parte de la rutina diaria por más de quince años, para mantener el alto el fuego la producción toma sus recaudos para que el contacto entre ambos hermanos se limite a poco más que las dos horas que comparten sobre el escenario. Liam y Noel Gallagher no solo tienen camarines separados, sino que se trasladan cada uno en su propio vehículo e incluso se rumorea que se hospedarán en hoteles distintos. Mientras Archer, Arthurs y Bell recibieron y saludaron a algunos fans en la puerta de un hotel en Recoleta, Liam Gallagher arribó ayer en el aeropuerto de San Fernando con paradero desconocido, mientras su hermano mayor todavía seguía de paseo por Australia, el destino inmediatamente anterior a Buenos Aires en esta gira.
View this post on InstagramDe a poco, el fanatismo empezó a escalar cada vez más alto en las últimas semanas a lo largo y ancho de Buenos Aires. Primero, fue por la llegada al shopping Alto Palermo de una tienda oficial provisoria, con una propuesta de merchandising que va de lo obvio (remeras, buzos, posters) a lo inesperado (pintas, botellas y vasos térmicos). Poco después de eso, arribó al país un ítem más que codiciado: la colección que Adidas realizó en conjunto con Oasis, cuyo stock en la web se agotó en un minuto, y que en locales no llegó a durar más que un solo día. Ambos sucesos crearon el caldo de cultivo para una previa que se está agitando desde el lunes en distintos puntos de la Capital Federal, con el corredor Palermo-Belgrano como base, y con una oferta que incluye charlas, shows de bandas tributo y encuentros entre seguidores. Además, la banda lanzó un mapa virtual en su propia web, donde conviven la ubicación de sitios históricos de sus visitas anteriores con recomendaciones de bares, disquerías, fiestas para hacer más corta la espera hasta la hora señalada.