Oro 3.0: la forma más eficiente de tener metal sin tocar un lingote
El oro ya no es solo lingotes, monedas o ETFs: hoy existe una nueva versión digital que todo inversor debe conocer. Me refiero al “oro tokenizado” que es, básicamente, un criptoactivo respald...
El oro ya no es solo lingotes, monedas o ETFs: hoy existe una nueva versión digital que todo inversor debe conocer. Me refiero al “oro tokenizado” que es, básicamente, un criptoactivo respaldado por oro físico real guardado en bóvedas, en donde cada token representa la propiedad sobre una porción específica de ese metal. Gracias a la tecnología blockchain, esa tenencia se registra de forma trazable, transferible y fraccionada, sin necesidad de pasar por los canales tradicionales del mercado de metales.
Esta modalidad suma a lo que siempre ofreció el oro (protección de valor) lo que antes le faltaba: mayor accesibilidad, liquidez constante y alcance global en tiempo real. Para muchos inversores, es una forma más eficiente de entrar al activo: evita la logística del oro físico y también las restricciones horarias y de custodia de los ETFs.
En Argentina, esto cobra aún más sentido. Ante la necesidad de diversificar fuera del peso, el oro tokenizado aparece como una herramienta concreta. Permite operar las 24 horas, mantener exposición al oro sin depender de intermediarios clásicos y mover posiciones con la flexibilidad de una wallet. Para quienes buscan incorporar activos reales a un portafolio moderno, esta opción conserva la esencia del metal, pero adaptada al sistema financiero/tecnológico que más proyección tiene por estos días. Profundicemos a continuación en esta nueva alternativa de inversión.
¿Qué es el oro tokenizado?Para entender el oro tokenizado, lo primero es dejar claro que no se trata de un “activo sintético”, sino de una representación digital de oro físico real. En el caso de PAX Gold (PAXG), cada token equivale a una onza troy de un lingote London Good Delivery, que es el estándar más alto del mercado global. Ese lingote está custodiado en bóvedas, auditado, y el token funciona como un certificado digital que acredita tu propiedad sobre esa onza puntual.
PAXG es emitido por Paxos Trust Company, una entidad financiera con sede en Nueva York, regulada por el New York State Department of Financial Services. Esa regulación le exige operar como un trust: custodiar activos reales, mantener reservas segregadas y cumplir auditorías formales. Esto lo diferencia de otros tokens similares, que a veces funcionan bajo estructuras menos claras o jurisdicciones con menor control. El respaldo es directo. Paxos declara que cada token está vinculado a oro físico que cumple con los estándares de la London Bullion Market Association (LBMA). Publican informes mensuales que verifican que el total de oro en bóvedas coincide con el número de tokens en circulación. Incluso ofrecen una herramienta para verificar, token por token, qué lingote lo respalda. Ese nivel de trazabilidad es poco común en otras formas de invertir en oro.
Operativamente, PAXG es un token ERC-20 en la red Ethereum. Esto le da varias ventajas: se puede comprar o vender en cualquier momento, transferir entre wallets sin intermediarios, adquirir fracciones (menos de una onza) y aprovechar la liquidez del ecosistema cripto. A diferencia del oro físico, no hay que almacenarlo ni moverlo. Y a diferencia de un ETF, no hay horarios de mercado que limiten la operatoria.
Según Paxos, no se cobran tarifas de almacenamiento a quienes tienen los tokens. Los costos están incorporados al modelo general del emisor. En cuanto al precio, PAXG mantiene una correlación muy alta con la cotización internacional del oro, ya que está respaldado por oro físico. De todos modos, pueden aparecer diferencias menores (similares al tracking error de los ETFs) por factores como liquidez del mercado, comisiones o spreads entre plataformas.
PAXG fue lanzado en septiembre de 2019 y, desde entonces, se consolidó como una de las referencias clave en el segmento de oro tokenizado. Tiene una capitalización bursátil de más de US$1.300 millones y opera por día un volumen superior a los US$100 millones.
¿Cuáles son las ventajas del oro tokenizado frente a los ETFs de oro o al mismo oro físico? Intentaremos contestar esto a continuación.
Ventajas de comprar oro tokenizado vs oro físico vs oro vía ETFsComparar oro físico, ETFs y oro tokenizado es contrastar tres formas de exponerse al mismo activo, pero con dinámicas operativas muy distintas. El oro físico da el mayor nivel de control: tenés el metal en tus manos, sin intermediarios ni necesidad de infraestructura financiera o digital. Pero esa autonomía tiene un costo: se paga una prima sobre el precio spot, hay que contratar almacenamiento o seguro, asumir la logística y estar expuesto a falsificaciones. Vender oro físico no es inmediato: requiere encontrar comprador, verificar pureza y aceptar spreads amplios.
Los ETFs como GLD resolvieron varios de estos problemas. Permiten acceder al precio del oro desde una cuenta de inversión tradicional, con alta liquidez y spreads más bajos. Operan bajo marcos regulatorios claros, con custodia formal, y se negocian como cualquier acción. El acceso es simple y el costo de entrada es bajo. Pero no se puede retirar el oro, dependés del horario del mercado y pagás comisiones del fondo, además del posible tracking error. Es una exposición eficiente, pero siempre dentro del sistema financiero tradicional.
El oro tokenizado, como PAXG, se posiciona en el medio y suma ventajas propias. En primer lugar, el mercado cripto opera 24/7, lo que permite comprar, vender o mover posiciones en cualquier momento. Segundo, la fraccionalidad: no hace falta comprar una onza entera, se puede adquirir la cantidad exacta que se desea. Tercero, la transparencia: el vínculo entre token y lingote está auditado, es verificable en blockchain y puede consultarse en tiempo real. Además, la custodia física está incluida (el usuario no paga por tener el oro respaldado) y la infraestructura digital ofrece un nivel de trazabilidad que ni el oro físico ni los ETFs alcanzan.
Cada formato, sin embargo, tiene sus propios riesgos. Con el oro físico, la seguridad depende exclusivamente del inversor: si se pierde o lo roban, no hay forma de recuperarlo. El ETF aporta seguridad institucional, pero limita la flexibilidad: fuera del horario de mercado, no se puede operar. Además, siempre tenés que tercerizar la custodia. En el oro tokenizado, es necesario entender bien el entorno digital: claves privadas y wallets. La custodia y seguridad del activo dependen directamente de cómo se gestiona esa infraestructura.
En lo referido a la custodia es donde se ven claras las diferencias, con sus ventajas y desventajas. El oro físico obliga a resolver por cuenta propia el almacenamiento y la seguridad. El ETF delega esa responsabilidad al fondo, con todo lo que implica depender del sistema financiero. En el oro tokenizado, el usuario puede elegir: dejar los tokens en un exchange (más simple, pero con riesgo de contraparte) o moverlos a una wallet propia, incluso una cold wallet, con control total del activo. Esta posibilidad de autocustodia es uno de los diferenciales más importantes del oro tokenizado: combina respaldo físico con soberanía digital. En algunos casos, como el de PAXG, incluso existe la opción de redimir el oro físico si se cumplen ciertos mínimos.
ConclusiónEl oro tokenizado o 3.0 no se limita a imitar al metal: transforma la manera de acceder a él. Su aporte real está en adaptar un activo tradicional a las exigencias actuales de velocidad, transparencia y flexibilidad. No reemplaza al oro físico ni a los ETFs, pero suma una alternativa que amplía las opciones y permite estrategias más dinámicas. Para quienes priorizan liquidez, trazabilidad y control en sus portafolios, el oro tokenizado convierte un activo milenario en una herramienta operativa dentro de la economía digital. La seguimos la próxima semana con más material de finanzas personales e inversiones.