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“Pensé que el local se venía abajo”: cómo vivieron la explosión en el polígono los vecinos de Ezeiza

En la plaza Juan Manuel de Rosas, en la localidad de Carlos Spegazzini, los vecinos todavía intentan superar lo que vivieron anoche. Aún se percibían los efectos de la explosión en el Polígono...

“Pensé que el local se venía abajo”: cómo vivieron la explosión en el polígono los vecinos de Ezeiza

En la plaza Juan Manuel de Rosas, en la localidad de Carlos Spegazzini, los vecinos todavía intentan superar lo que vivieron anoche. Aún se percibían los efectos de la explosión en el Polígono...

En la plaza Juan Manuel de Rosas, en la localidad de Carlos Spegazzini, los vecinos todavía intentan superar lo que vivieron anoche. Aún se percibían los efectos de la explosión en el Polígono Industrial, a unos pocos kilómetros de allí: vidrieras rotas, negocios cerrados y comerciantes que limpiaban los destrozos.

“Se movió todo, todo se movía. Yo estaba acá adentro”, dijo Susana, dueña de Dory Mascotas, un local ubicado sobre la avenida 25 de Mayo. “Estaba cerrando, porque fue un horario más o menos de cierre. Estaba con mi tía, mi sobrina y mi hija, que estaban en la plaza. No sabía qué estaba pasando, pensé que se venía el local abajo. ‘Hoy es mi último día, dije. Es el Apocalipsis’”, añadió.

En este local no se rompió nada, solo se desparramaron algunos productos de alimentos balanceados para perros y otros objetos. Susana contó que tiene otro negocio a unas diez cuadras de distancia, donde los vidrios explotaron, mientras muestra las fotos en su celular. “Ya vino una vidriería a la mañana a reemplazar los vidrios”, relató.

Del otro lado de la calle está Facundo, un vecino de la localidad que procura cargar un vidrio en su auto. “Me fui a comer a lo de mi suegra porque era mi cumpleaños. Y cuando volví a casa, descubrí que tenía un vidrio roto. Explotó uno solo, por suerte”, contó “Tuve miedo porque justo estaba ahí al lado cuando explotó, se escuchó bastante”, agregó.

Del otro lado de la plaza, está Mariano con su hijo menor. Estaba terminando un asado cuando el estruendo lo dejó paralizado. “Se escuchó refuerte, como si hubiera sido acá nomás”, recordó. De inmediato, salió a la calle intentando entender qué había pasado, pero la primera señal llegó desde arriba. “Me subí al techo y se veía como un volcán, así, todo de humo”, contó.

En un barrio rodeado de fábricas, cerca del Polígono Industrial, lo primero que pensó fue en una explosión, aunque no sabía de qué. “Acá hay un montón de plantas que son químicas y yo también trabajo en el polo”, explicó Torres, que enseguida le escribió a unos compañeros del turno tarde para saber si estaban bien; por suerte, ninguno resultó herido. El impacto también sacudió su casa: “El portón, que es gigante, se sacudió como si hubiesen chocado ahí afuera. Mi hijo, que estaba jugando en la habitación, bajó asustado, fue tremendo”, sostuvo Mariano.

Facundo, empleado de la heladería Fratello en la calle Constancio C. Vigil, en el cruce con Italia, recordó que no estaba en el local cuando ocurrió el hecho. “Anoche no estaba allí cuando explotó el depósito, estaba dejando un pedido en Máximo Paz, en una calle del centro, y los vidrios de las casas fueron explotando”.

Cuando volvió después de su recorrido, se encontró con muchos vecinos afuera de sus casas. “Había un montón de gente. Mucha gente que estaba parada, otros te hablaban y te contaban lo que pasaba, que podría ser humo tóxico. Los bomberos también pasaron a pedir agua y recursos de primera necesidad”, describió.

La onda expansiva también se sintió en esa esquina. “Ahí también reventó todo, había vidrios por todos lados. Tuvimos que sacar todos los vidrios porque era un peligro. Ahora —mostrando el local de al lado— está cerrado, no se ve, pero abajo se rompió y allá arriba también”, señaló.

El olor a quemado llegó también más tardea esta zona. “Al principio no se sentía tanto. Yo solo sentía que se me secaba un poco la nariz. Después vi el humo, que era más oscuro que la noche y se olía re fuerte”, explicó.

En la farmacia Spegazzini, el farmacéutico de turno recordó los momentos de pánico. “Anoche estaba trabajando en otra farmacia un poco más lejos, donde la gente al toque, después de la explosión y de ver el humo, empezó a hacer fila para barbijos. Se terminó el stock, me compraron todos los barbijos. Por suerte, en esta farmacia todavía tengo, pero ayer fue realmente una locura”, afirmó.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/sociedad/pense-que-el-local-se-venia-abajo-como-vivieron-la-explosion-en-el-poligono-los-vecinos-de-ezeiza-nid15112025/

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