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Perteneció a una ícono del automovilismo, estuvo abandonado por más de 35 años y ahora encontró una nueva vida

En el universo de los autos clásicos, hay hallazgos que se convierten en leyenda. Son casos sumamente excepcionales, donde lo que a simple vista parece chatarra acumulada en un galpón o un viejo ...

Perteneció a una ícono del automovilismo, estuvo abandonado por más de 35 años y ahora encontró una nueva vida

En el universo de los autos clásicos, hay hallazgos que se convierten en leyenda. Son casos sumamente excepcionales, donde lo que a simple vista parece chatarra acumulada en un galpón o un viejo ...

En el universo de los autos clásicos, hay hallazgos que se convierten en leyenda. Son casos sumamente excepcionales, donde lo que a simple vista parece chatarra acumulada en un galpón o un viejo contenedor encierra un tesoro de valor incalculable.

Identificar una de estas joyas requiere algo más que suerte: hace falta conocimiento, ojo entrenado y, en algunos casos, estar en el lugar indicado en el momento justo.

Nadie confiaba en su invento, viajó 12 horas para visitar a su mamá y cambió la historia de la industria automotriz

Es que muchos de estos vehículos, abandonados por décadas, no solo demandan inversiones millonarias para su recuperación: también exigen visión. Pero cuando se trata de autos que marcaron la historia del automovilismo, como el Porsche 550 Spyder, la decisión es simple, ya que se trata prácticamente de una apuesta segura.

Fue precisamente eso lo que ocurrió en 2021, en el condado de Orange, California, donde uno de los 90 ejemplares fabricados del legendario 550 Spyder fue encontrado dentro de un contenedor de transporte. El vehículo llevaba 35 años guardado sin que nadie lo supiera, hasta que Bobby Green, propietario de Old Crow Speed Shop, una tienda de ropa y cultura del motor, fue invitado a conocer una colección de motos antiguas perteneciente a un terrateniente de la zona.

Entre motores polvorientos y motocicletas olvidadas, Green advirtió una silueta familiar. En medio del conjunto, emergía un Porsche 550 Spyder de color rojo, con un sorprendente nivel de conservación. A pesar del paso del tiempo, el auto no mostraba signos graves de deterioro.

Compacto, liviano y con un motor tan complejo como refinado, el 550 Spyder fue mucho más que una simple apuesta de ingeniería: fue la declaración de intenciones de una marca que, en los años ’50, buscaba hacerse un nombre en el automovilismo internacional. Producido entre 1953 y 1956 en Stuttgart, Alemania, el 550 fue el primer auto de carreras desarrollado por Porsche como vehículo de producción, lo que significaba que podía competir en pista durante el fin de semana y circular por la calle el lunes siguiente.

Solo se fabricaron 90 unidades del modelo base y otras 40 de su evolución, el 550A. Con un motor central de 1.5 litros, cuatro cilindros opuestos y doble árbol de levas a la cabeza, diseñado por Ernst Fuhrmann, alcanzaba potencias de hasta 135 CV en un chasis que no superaba los 550 kilos de peso. Su agilidad y confiabilidad lo convirtieron en una amenaza directa para autos mucho más potentes, ganándose el apodo de “matagigantes”.

Su hoja de ruta en competencias habla por sí sola: Carrera Panamericana, Nürburgring, Le Mans y la mítica Targa Florio, donde el 550A logró en 1956 la primera victoria absoluta de Porsche en una gran prueba internacional.

Pero más allá de sus méritos deportivos, el 550 Spyder también quedó marcado en la cultura popular por su vínculo con James Dean, que falleció al volante de uno de estos ejemplares, el célebre “Little Bastard”. Esa tragedia ayudó a alimentar su leyenda, aunque su verdadera herencia permanece en el automovilismo, como piedra angular del linaje deportivo de Porsche.

Por otro lado, la historia de esta unidad en particular también tiene su peso. Antes de quedar olvidado, había pertenecido a Loretta Turnbull, una piloto que lo utilizó en competencias. Finalmente 1963 fue adquirido por un nuevo dueño que tras restaurarlo en 1980 decidió guardarlo. Desde ese entonces, en ese contenedor, permaneció intacto durante más de tres décadas.

Aunque el nombre del comprador no fue revelado, se sabe que tras el fallecimiento del terrateniente los herederos del vehículo decidieron venderlo. Si bien el monto de la operación no trascendió, los especialistas estiman que un ejemplar en ese estado puede alcanzar un valor cercano a los 5 millones de dólares. Un recordatorio de que, bajo capas de polvo y olvido, pueden esconderse valiosas piezas del patrimonio automotor mundial.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/autos/pertenecio-a-una-icono-del-automovilismo-estuvo-abandonado-por-mas-de-35-anos-y-ahora-encontro-una-nid18052025/

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