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Por qué el color que te ponés puede influir en tu estado de ánimo

Sentirse bien con uno es parte del bienestar. La imagen y cómo nos vemos dejó de ser solo un tema estético. Por eso la ...

Por qué el color que te ponés puede influir en tu estado de ánimo

Sentirse bien con uno es parte del bienestar. La imagen y cómo nos vemos dejó de ser solo un tema estético. Por eso la ...

Sentirse bien con uno es parte del bienestar. La imagen y cómo nos vemos dejó de ser solo un tema estético. Por eso la colorimetría y el asesoramiento de imagen ya son reconocidos como experiencias que ayudan a sentirnos mejor.

Me preparo para la sesión. Me espera Danisa Bevcic, consultora de imagen y especialista en colorimetría. La experiencia había arrancado un par de semanas atrás cuando tuve que responder un cuestionario muy detallado con preguntas que sobrevolaban temas como mi trabajo y mi puesto, qué mensaje me gustaría dar con mi imagen, cómo me percibo en este momento, cómo es mi día, en qué me gustaría mejorar y cómo quiero que me perciba la gente cuando me conoce, entre otras.

Es sábado, estoy relajada, pero paradójicamente, por primera vez en mis 40 años, una duda se dispara antes de vestirme: qué me pongo para ir a la sesión.

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Descubro que pocas veces elijo lo que más me gusta. Tengo ropa que no me hace sentir bien en mi ropero y lo que es peor me visto con ella mucho más que con la que más me gusta. Esa reflexión me genera incomodidad. Esta vez, como voy a ver a una experta, busco un pantalón que me encanta y una camisa que me regaló mi hija. De inmediato pienso, ¿me quedan realmente bien, cómo me siento con ellas?

Llego al estudio de la especialista en Cañitas y arranca una charla descontracturada. También hay acción. Me paro frente a un espejo. La escena es simple, pero reveladora: me miro y veo el contraste que generan los colores en mi rostro: primero me prueba unos paños en tonos cálidos y luego en otros fríos. El cambio es inmediato. Con una paleta, mi rostro se ve apagado; con el otro, brilla, mis ojos se iluminan y hasta parezco más descansada. Nunca pensé que un detalle tan menor pudiera hacer tanta diferencia. Esa es la magia de la colorimetría. De inmediato pienso en la cantidad de ropa que tengo que no me favorece. “Es un proceso, tal vez te lleve años deshacerte de las prendas de colores que no te favorecen”, me dice y aclara: “Si hay alguna en particular que tenga un valor emocional muy importante, se resuelve con accesorios”. Su comentario me desorienta.

“Cuando alguien descubre los colores que lo favorecen, no solo cambia en cómo se ve: cambia cómo se siente”, explica durante la entrevista. Para ella, la moda no es algo superficial ni una presión, sino una herramienta de bienestar y autoconocimiento.

Le pregunto cómo llegó al mundo de la asesoría de imagen y la colorimetría. Me sorprende su historia: su primer recorrido profesional fue en el área de sistemas: es licenciada y trabajó muchos años en el sistema financiero. Esa experiencia, asegura, le dio una mirada muy estructurada y analítica, que hoy aplica en los diagnósticos de imagen. “Siempre tuve interés por la moda y la comunicación personal. Con el tiempo decidí profesionalizarme en consultoría de imagen y especializarme en colorimetría. Ese cambio me permitió unir mis dos mundos: la precisión técnica y la creatividad para ayudar a las personas a proyectar lo mejor de sí mismas”, relata.

A la hora de enumerar los beneficios que puede aportar una sesión de colorimetría en la vida cotidiana, explica que el color adecuado puede iluminar la piel y hasta suavizar rasgos. Pero lo más transformador es la sensación de vitalidad y confianza que genera. Además, conocer nuestra paleta y estilo permite hacer compras inteligentes: evitamos adquirir prendas que no nos favorecen ni combinan, optimizando el guardarropa y ahorrando dinero a largo plazo.

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“Cuando un cliente descubre qué paleta y cortes lo favorecen, vestirse deja de ser una carga: gana claridad, practicidad, seguridad y eficiencia”, explica.

El ahorro de tiempo no es un tema menor. Uno ya no se pierde en los percheros de una tienda porque elige por colores y los cortes que más lo favorecen.

Bevcic explica que la asesoría de imagen es un proceso de autoconocimiento y aclara que no se busca cambiar a las personas, sino ayudarlas a encontrar un estilo propio que refleje su esencia y su momento de vida. “Cuando alguien se siente cómodo y auténtico en su imagen, eso repercute en su autoestima, en su forma de comunicarse y hasta en su energía diaria”, relata.

Otro punto clave es cuándo animarse a esta experiencia. Los adolescentes y jóvenes en general se visten a la moda en manada, pero cuando se pasan los 35 años e incluso a partir de los 40, muchas veces se siente que el estilo quedó en pausa: uno cambia y la mayoría de las veces, el guardarropa no acompaña. Los millennials también, según explica Bevcic, son un público que ya entiende que esta herramienta complementa su identidad y les da seguridad para destacarse.

En todos los casos, el objetivo es el mismo: que la ropa y los colores sean aliados, no obstáculos, para proyectar confianza y bienestar.

Lo que se busca en estas experiencias no es alinearse a la moda, sino que cada uno encuentre un marco que trascienda las tendencias: entender qué cortes, colores y texturas le sientan bien. A partir de ahí, se pueden sumar toques de temporada, pero con la certeza de que su estilo está alineado con su identidad.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/salud/por-que-el-color-que-te-pones-puede-influir-en-tu-estado-de-animo-nid13112025/

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