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¿Qué les pasa a las personas que sufren adermatoglifia?

Aunque parezca difícil de creer, millones de personas alrededor del mundo experimentan la pérdida de sus huellas digitales, uno de los métodos de identificación más comunes y confiables. Esta ...

¿Qué les pasa a las personas que sufren adermatoglifia?

Aunque parezca difícil de creer, millones de personas alrededor del mundo experimentan la pérdida de sus huellas digitales, uno de los métodos de identificación más comunes y confiables. Esta ...

Aunque parezca difícil de creer, millones de personas alrededor del mundo experimentan la pérdida de sus huellas digitales, uno de los métodos de identificación más comunes y confiables. Esta condición poco común es conocida como adermatoglifia, que hace que estas marcas distintivas desaparezcan del cuerpo y trae varios inconvenientes a quienes la padecen.

Desde hace más de un siglo, las huellas dactilares se utilizan para identificar personas porque son únicas incluso entre gemelos. La ausencia de huellas digitales puede complicar tareas cotidianas, como desbloquear un teléfono o realizar trámites, donde el escaneo de huellas es un requisito obligatorio.

Aunque no hay cifras exactas, investigadores de la Universidad de Stanford, Estados Unidos, estimaron que esta condición afecta a cerca del 1 % de la población mundial.

Según el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), la adermatoglifia puede desarrollarse por diferentes causas, como lesiones por fuego, exposición a productos químicos, traumatismos o simplemente el envejecimiento de la piel.

El IMSS advirtió que la imposibilidad de registrar huellas dactilares puede derivar en la discriminación de las personas que sufren esta patología, especialmente en contextos donde su uso es indispensable para comprobar la identidad. Esto representa un desafío importante en la vida diaria de las personas afectadas.

En el ámbito clínico, las huellas dactilares también son una herramienta diagnóstica auxiliar en trastornos genéticos como los síndromes de Down, Turner, Klinefelter, Edwards, Noonan y Patau. También se han estudiado en relación con enfermedades neurológicas como el Alzheimer, la epilepsia o la esquizofrenia; problemas cardíacos, como cardiopatías congénitas; y otras patologías como la diabetes, el asma o el cáncer de mama.

Las huellas se forman durante el desarrollo fetal y además de su papel en la medicina, son fundamentales en la criminalística y para la seguridad de los países, ya que permiten identificar personas implicadas en delitos.

Aunque no es ampliamente conocida, la adermatoglifia es más común de lo que se cree. En algunos casos, esta condición es hereditaria, entonces se adquiere de forma congénita por los antecedentes en la familia.

Si no se puede identificar por huellas a una persona, generalmente se puede utilizar el reconocimiento facial o del iris, la identificación por voz, el escaneo de venas de la palma (biometría vascular) y, obviamente, el documento nacional de identidad con la foto actualizada.

Por eso, los especialistas advirtieron por la necesidad de fomentar estas alternativas tecnológicas para la identificación de estas personas, de modo que no queden excluidas de servicios ni sean objeto de discriminación.

La importancia de las huellas dactilares se remonta muy atrás en la historia de la humanidad. En China, hace más de 2.000 años ya se usaban las características propias de las manos en documentos legales como forma de firma.

En Argentina, Juan Vucetich en 1891 fue pionero del uso policial de las huellas dactilares. Creó el primer sistema de identificación dactilar con aplicación práctica y tan solo un año después resolvió el primer caso criminal usando este método: el asesinato de los hijos de Francisca Rojas en Necochea, Buenos Aires.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/lifestyle/en-las-redes/que-les-pasa-a-las-personas-que-sufren-adermatoglifia-nid11062025/

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