Qué se sabe sobre el cierre de la planta de Whirlpool en Pilar
La multinacional de origen estadounidense Whirlpool comunicó este miércoles 26 de noviembre la finalización de sus operaciones industriales en el ...
La multinacional de origen estadounidense Whirlpool comunicó este miércoles 26 de noviembre la finalización de sus operaciones industriales en el predio de Fátima, ubicado en el partido de Pilar. La determinación marca un cambio de rumbo para la filial local y deriva en la interrupción total de la fabricación de lavarropas en el país para dar paso a un esquema de negocio sustentado exclusivamente en la importación de bienes terminados.
Qué implica el cierre definitivo del establecimientoLa medida ejecutada por la compañía conlleva la desvinculación de 220 trabajadores. El recorte de personal afecta tanto a los operarios de línea como a los equipos de gestión y a los integrantes de la cadena de suministro. Los empleados recibieron la notificación oficial sobre la finalización de sus contratos durante la jornada de este miércoles.
El nuevo modelo de negocios de Whirlpool concentrará sus recursos únicamente en las áreas de ventas y servicio técnico. La empresa modificó su estructura para garantizar el flujo de mercadería desde el exterior. La firma se comprometió a asegurar el abastecimiento de electrodomésticos, accesorios y repuestos en todo el territorio nacional mediante la importación.
Desde la compañía emitieron un comunicado para aclarar el futuro de la marca en el mercado local. La presencia comercial y el portafolio de productos seguirán disponibles para los consumidores bajo este nuevo formato operativo.
Los motivos detrás de la decisión estratégica
La dirección de la empresa atribuyó el cierre a un proceso global de revisión de estructuras productivas. El objetivo principal radica en la búsqueda de eficiencia operativa y una reasignación responsable de los recursos. Representantes de Whirlpool explicaron a LA NACION la existencia de múltiples causas confluyentes para llegar a esta resolución.
Los voceros señalaron factores internos y externos. La compañía realizó esfuerzos previos para reducir costos e intentó implementar mejoras en los procesos. Estas acciones buscaron aumentar la competitividad frente a los productos importados. La caída en el consumo y la necesidad de redefinir la huella regional de la cadena de suministro terminaron por precipitar el cierre de la planta.
La continuidad de la marca en la Argentina no se encuentra en revisión. El esquema operativo simplemente se alineará con las condiciones actuales del entorno local y regional para enfrentar los desafíos de competitividad.
El contraste con la inversión millonaria de 2022El repliegue productivo ocurre apenas tres años después de la inauguración de la fábrica. Whirlpool desembolsó 50 millones de dólares en 2022 para poner en marcha las instalaciones sobre una superficie de 30.000 metros cuadrados. La empresa presentó en aquel momento al establecimiento como el más moderno de su tipo a nivel mundial.
La planta contaba con una capacidad instalada para finalizar un lavarropas cada 40 segundos. El proyecto original contemplaba un volumen anual de 300.000 unidades y destinaba el 70% de esa producción a los mercados de exportación.
La estructura empleaba a 460 personas de manera directa y generaba trabajo para más de 1000 de forma indirecta. La firma incluso había adquirido un terreno lindero con planes de una futura expansión que finalmente no se concretará.
Los primeros signos de contracción aparecieron en mayo de 2024. Whirlpool inició entonces una reorganización operativa y recortó un turno de producción. Esa medida resultó en la eliminación de 60 puestos de trabajo.
Este contenido fue producido por un equipo de LA NACION con la asistencia de la IA a partir de un artículo firmado por Laura Ponasso.