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River tuvo que bajar las pretensiones: terminó siendo un líder de grupo en puntas de pie

River tuvo que bajar las pretensiones. Aspiraba a ser segundo entre los primeros de los ocho grupos de la Copa Libertadores, con la intención de quedar bien parado para el sorteo de los octavos de...

River tuvo que bajar las pretensiones: terminó siendo un líder de grupo en puntas de pie

River tuvo que bajar las pretensiones. Aspiraba a ser segundo entre los primeros de los ocho grupos de la Copa Libertadores, con la intención de quedar bien parado para el sorteo de los octavos de...

River tuvo que bajar las pretensiones. Aspiraba a ser segundo entre los primeros de los ocho grupos de la Copa Libertadores, con la intención de quedar bien parado para el sorteo de los octavos de final. Pero su cierre de la etapa clasificatoria fue muy modesto y austero, y solo le alcanzó para empatar en el Monumental con Universitario, que festejó ante los 2500 peruanos ubicados en la Centenario, mientras los jugadores de River ya se habían metido en el vestuario con el peso de un muy mal segundo tiempo. No cumplió con el objetivo del triunfo que lo habría dejado detrás de Palmeiras, como segundo entre los primeros de zona. También lo superó San Pablo y se expone a que lo pasen Central Córdoba, Racing, Vélez y Peñarol. Cuentas en rojo.

Una imagen final pobre en lo futbolístico, que lo devuelve a dudas que supuestamente había erradicado. Como para seguir desorientando a los hinchas, que ya se habían ido desconcertados en la eliminación contra Platense y tampoco ven un rumbo claro en una Libertadores que se interrumpirá hasta agosto.

Catorce remates necesitó River para dar con uno que rompiera el bloque más retrasado que compacto de Universitario. Más goloso con la pelota que contundente fue el local hasta que se puso 1-0. Elaboración sin eficacia es una fórmula imperfecta, que además puede conducir al nerviosismo y la ansiedad. Y tampoco permite descuidos defensivos, déficit frecuente en el equipo millonario, que suele dejar espacios entre las líneas.

A River le costó ponerse en ventaja e hizo poco para cuidarla o ampliarla. La noche se le hizo más fría cuando Universitario le empató en el tiempo adicionado de la primera etapa. El disparo desde fuera del área de Jairo Concha se le envenenó a Franco Armani, que no voló en dirección de una pelota que pasó entre un bosque de jugadores. Con un par de avances, Universitario se llevaba lo mismo que había conseguido River con su ataque sistemático. No es una ecuación desconocida para el equipo de Gallardo, que gasta mucho para marcar diferencias y paga caros los desacoples y agujeros defensivos.

Marcelo Gallardo le mantiene la confianza a la formación de los últimos partidos. Los cambios son por razones de fuerza mayor. Una sinovitis dejó al margen a Paulo Díaz y el chileno fue sustituido por Germán Pezzella, que con Lucas Martínez Quarta no termina de armar una zaga central confiable. Fabricio Bustos sigue hasta tanto Gonzalo Montiel se recupere del desgarro.

Esta continuidad de los titulares favorece una dinámica de juego. Se dan entendimientos naturales, sobre todo del medio hacia arriba; hacia atrás, no todo está tan aceitado.

River movía la pelota con vivacidad, le daba ritmo al partido frente a un rival replegado, pero no muy estricto en la marca, que tampoco recurría al foul cuando se veía superado (cometió solo dos infracciones en el primer período). River llegaba y disparaba, a veces de media distancia, en otras dentro del área. Nacho Fernández, Kevin Castaño, Sebastián Driussi, Franco Mastantuono, Facundo Colidio... Giraba la rueda de rematadores sin la puntería ni la potencia suficientes. El arquero Sebastián Britos también hacía lo suyo, siempre bien ubicado y firme.

De tanto acercarse al gol, River terminó encontrándolo en el área chica, tras un buen centro de Marcos Acuña conectado por Nacho, rechazado por el arquero y finalmente definido por Colidio, no sin antes mediar un manotazo de Britos. Le salió con fórceps el gol al local. Parecía la clase de encuentro que, una vez abierto, se le hace más sencillo y llevadero al equipo que más propone.

River tuvo el 2-0 con Colidio, pero no lo consiguió, y su inestabilidad defensiva lo devolvió a fojas cero. Aunque fuera aisladamente, Universitario había inquietado con centros cruzados y con una entrada de Alex Valera por el pasillo central que dejaron Pezzella y Martínez Quarta. Los síntomas de debilidad se agudizaron con el empate de Concha.

Universitario tenía sus motivaciones. Una igualdad le abría las puertas de los octavos de final como segundo de grupo. Intentó cumplir su objetivo sin desnaturalizar el juego ni recurrir a brusquedades. River se complicó solo, le costó reponerse del empate, perdió el hilo del juego, fue quedándose sin respuestas. No cambió la tónica con el ingreso de Manuel Lanzini por Nacho Fernández. No llamó la atención que entrara Miguel Borja, pero sí que saliera Colidio, el delantero más peligroso, y quedara un intrascendente Driussi.

Resumen de River 1 vs. Universitario 1

River empezó a fallar pases sencillos, y los remates de media distancia, que en el primer tiempo habían sido un recurso, se transformaron en una terminación de las jugadas a la desesperada. Se diluyó ante un adversario que terminó siendo más criterioso y ordenado. A los hinchas no les gustaba lo que veían y lo hacían saber con críticas y reproches. Gris broche de River a la etapa clasificatoria; el conjunto millonario no estuvo a la altura de las expectativas. Ahora lo espera el Mundial de Clubes, un desafío mayor para un equipo que retrocedió a la medianía.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/deportes/futbol/river-tuvo-que-bajar-las-pretensiones-termino-siendo-un-lider-de-grupo-en-puntas-de-pie-nid28052025/

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