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Todas las Florencia Bonsegundo: la que volvió más relajada a la selección, la chef en potencia, la hermana “pegada” a Joaquín

Un patinador. Joaquín Bonsegundo hace arte cada vez que se sube a las ruedas, sus ruedas, pero -pocos lo saben- también es uno de los responsables -sino el gran- de que Florencia Bonsegundo vista...

Todas las Florencia Bonsegundo: la que volvió más relajada a la selección, la chef en potencia, la hermana “pegada” a Joaquín

Un patinador. Joaquín Bonsegundo hace arte cada vez que se sube a las ruedas, sus ruedas, pero -pocos lo saben- también es uno de los responsables -sino el gran- de que Florencia Bonsegundo vista...

Un patinador. Joaquín Bonsegundo hace arte cada vez que se sube a las ruedas, sus ruedas, pero -pocos lo saben- también es uno de los responsables -sino el gran- de que Florencia Bonsegundo vista hoy la ropa de la selección argentina para la Copa América que arrancó el viernes en Ecuador. Cuando parecía que el último baile de la cordobesa ya se había concretado, las palabras que le hicieron mella para retornar no salieron de boca de una compañera, una ídola, un psicólogo, un dirigente o alguien del fútbol. Apareció Joaquín, el patinador, para motivarla. “Mi hermano me dijo: ‘Merecés irte de otra manera de la selección, fuiste y sos importante. Date ese lugar, disfrutalo’. Y bueno, acá estoy”, dice Flor ahora, antes de debutar en su cuarta Copa América.

En un plantel que se caracteriza por el recambio generacional, Bonsegundo aparece como la referente por varios motivos. Uno, el futbolístico: mediocampista con potencia, orden y lectura de juego, será clave en la zona neurálgica. Dos, la experiencia: a esa calidad y a su desequilibrio en el una contra una le agrega 20 años de recorrido en la selección y mucha personalidad. Y el tercero es su propia historia: Bonsegundo, que sufrió una rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda durante el partido contra Suecia en el último Mundial, vuelve para escribir sus últimas líneas con Argentina. Quiere que sea un final feliz. También se lo pidió su hermano Joaquín.

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-¿Con él meditaste tu regreso entonces?

-Fue con el primero que hablé de la familia. A todo el mundo le contaba que tenía la posibilidad de volver pero que no quería y él fue claro: “Andate de otra forma. Te lo merecés”, me dijo. Hoy estoy disfrutando de la selección.

-Otras veces incluso siendo parte del plantel se notaba que renegabas o no la pasabas bien.

-Me ha tocado sufrir, porque veía que las cosas no cambiaban. No venía lo que reclamábamos, estaba como negada o sufriendo. Hoy lo tomo más relajada, las cosas van cambiando de a poco. También está la situación del país, estamos en un momento medio raro. Quiero apoyar y desde la experiencia ayudar desde donde me toque.

-¿Ves la vida difícil en Argentina?

-No quiero hablar de lo político, pero lo veo con mis viejos, en lo económico, con mi hermano. la gente está renegando para llegar a fin de mes. Hasta en el fútbol masculino se ve, los clubes que no pagan. Hoy acá la AFA con nosotras se está comportando bien, mejorando cosas en una situación difícil.

-Hace unas semanas se viralizó una frase de Lisandro Martínez que hablaba sobre cómo una selección puede unir a un pueblo.

-Siempre se dijo que cuando salimos campeones del mundo hubo 5 millones alentando. Acá se siente la unión. Yo juego y vivo en España (cerró su vínculo con el Madrid FF, todavía no anunció su nuevo club) y lo veo. En el fútbol es así en Argentina, unión, pasión, somos diferentes al resto, no hay nadie como nosotros. Y creo que el deporte puede unir, ojalá nosotras unidas y habiendo luchado tanto por esto que merecemos podamos clasificarnos a esos Juegos Olímpicos que tanto deseamos (aclaración: la Copa América entrega dos cupos).

Mirar a Argentina desde afuera se volvió una costumbre para la mediocampista que este 14 de julio cumplirá 32 años -un día antes del estreno ante Uruguay- y que desde hace siete temporadas vive en Europa. Cuando tiene un hueco vuelve a Morteros, a juntarse con amigas y amigos, andar a caballo, bailar gatos y chacareras en rondas, con bombachas, alpargatas y boina. En este viaje le trajo un regalo a Joaquín: unos patines de primer mundo.

Desde Córdoba, donde tiene una escuela de patín que lleva su nombre, su hermano cuenta que desde chicos tienen un lazo muy fuerte. Desde que eligieron “deportes invertidos” y cada uno enfrentó discriminaciones.

“Hubo un momento en que nuestros padres decidieron que mi hermana intentara hacer patín, a ver si se enganchaba conmigo. No llegó al mes y dejó. Y a mí me mandaron a fútbol. Yo no tenía idea, me mandaron al arco, fuimos a un torneo. La pasé tan mal, me hicieron como 20 goles”, recuerda Joaquín. Y sigue: “Con el tiempo ellos se dieron cuenta y nos aceptaron. Para Flor quizá fue más fácil porque el fútbol se respira, es tan popular. Yo la ligué más, recibí palizas, golpes de mis compañeros, mucho maltrato, era el maricón, el patinador, el putito. Pero bueno, hay que hacer cambios culturales todavía en cuestiones que Argentina padece todos los días”.

La Bonsegundo futbolista, sentada en un escaloncito de la sala de conferencias en el predio de la AFA, se emociona en esta nota mientras habla de su hermano. La familia la completan mamá Marisa, papá Alcides, Franco, el hermano mayor, y Elda, la más chica. Sobre Joaquín, dice: “Cada uno luchó y siguió su sueño. Él es profesor, tiene una liga en Córdoba. Entonces lo acompaño, me acompaña, somos muy pegados”.

-¿Qué patines le trajiste?

-Unas botas que vienen de Italia. Acá creo que cuestan como dos millones y yo los conseguí a 300 mil pesos. En un par de meses es el cumpleaños así que ya le dije: es el regalo de cumpleaños, Navidad, todo. Fue el único que me fue a visitar a España. mis viejos no agarran un avión en la vida. Se lo merece.

-El te regaló motivarte para volver a la selección. Y te toca después de pasar los 30, una época de cambios. ¿Cambiaste en algo?

-Creo que de más grande ves la vida de otra manera. Tenés la experiencia del recorrido. Y otra responsabilidad. No digo que el fútbol te deje de importar pero lo vivís de otra manera. Seguís disfrutando, sintiendo, pero no pasa a ser tu prioridad máxima.

-¿Qué otras cosas hay?

-Resolver. Me queda muy poco tiempo de fútbol profesionalmente. Tengo que ver qué va a pasar dentro de cinco años con mi vida. Y te planteás un montón de cosas. El estudiar, hacer cursos, ver dónde voy a vivir es muy importante. Mi familia quizá siempre me pregunta si vuelvo a Morteros, a Córdoba. Y está difícil, está difícil. Hoy me agarrás pensando y queriendo vivir en España.

-¿Qué estudiás?

-Soy muy amante de la cocina. Me encanta. Hice varios cursos. Estoy terminando el secundario a distancia, mi pueblo me está ayudando. Me quedan un par de materias, con eso voy a poder meterme de lleno a la carrera de chef. Creo que por ahí va mi camino, no tiene nada que ver con el fútbol. Pero por supuesto que ahora estoy enfocada en la Copa América, contenta con el grupo, hay muchas chicas jóvenes.

-También está Germán Portanova, otro que te convenció de que volvieras y que es un técnico especial para vos, ¿no?

-Es el entrenador que más me marcó. Lo tuve mucho tiempo de joven, cuando estaba en UAI Urquiza (2013 a 2018). Siempre estuve al pie de cañón con él, entiendo lo que pide, lo que quiere. Sé cómo trabaja, el carácter que tiene. Corro con esa ventaja de conocerlo tanto. Ahora también me da la posibilidad de poder volver e irme de otra manera de la selección.

-¿Qué van y vas a buscar a Ecuador?

-La Copa pasada clasificamos al Mundial y esta vez queremos ir a los Juegos Olímpicos. Le pedimos a la gente que nos aliente, que nos acompañe, que siempre esté. La necesitamos también.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/deportes/futbol/todas-las-florencia-bonsegundo-la-que-volvio-mas-relajada-a-la-seleccion-la-chef-en-potencia-la-nid12072025/

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