Lo último Escuchar artículo

Altas Capacidades Intelectuales: así es la nueva pedagogía que la Ciudad implementó para estudiantes con este potencial

Los padres que forman parte de la Asociación Argentina de Altas Capacidades (AACArg) consideran el nuevo paso que dio la ciudad de Buenos Aires como un avance de suma importancia, la culminación ...

Altas Capacidades Intelectuales: así es la nueva pedagogía que la Ciudad implementó para estudiantes con este potencial

Los padres que forman parte de la Asociación Argentina de Altas Capacidades (AACArg) consideran el nuevo paso que dio la ciudad de Buenos Aires como un avance de suma importancia, la culminación ...

Los padres que forman parte de la Asociación Argentina de Altas Capacidades (AACArg) consideran el nuevo paso que dio la ciudad de Buenos Aires como un avance de suma importancia, la culminación de una lucha que persiguieron durante años, mientras lidiaban contra las problemáticas que muchos de sus hijos enfrentaban en la escuela.

Se trata de la reglamentación de la Ley N. 6614 de la ciudad de Buenos Aires, que establece el acompañamiento de las trayectorias educativas de los estudiantes con altas capacidades intelectuales (ACI). La normativa fue promulgada en noviembre de 2022, pero, al no haber sido instrumentada, no fue implementada. Su reglamentación, publicada hace poco más de un mes, establece no solo señales para la detección de niños con altas capacidades —se cree que representan aproximadamente el 15% de los estudiantes—, sino también lineamientos pedagógicos que las escuelas deben aplicar para que estos alumnos puedan tener una experiencia positiva en la escuela y, sobre todo, logren desarrollar su alto potencial.

¿Cómo van a acompañar a estos estudiantes? Fundamentalmente se basa en la complejización de contenidos, la compactación curricular —para evitar la repetición de contenidos ya dominados— y los agrupamientos flexibles. Estos últimos son espacios de trabajo con pares de su misma edad y también con grupos de diferentes edades según intereses y niveles de desarrollo.

“Muchas veces, los padres de chicos con altas capacidades enfrentábamos impedimentos en las escuelas. Cuando íbamos y les decíamos a los directivos y docentes que, por ley, ellos debían adecuar la currícula de nuestros hijos, ellos nos decían: ‘No sabemos cómo se hace’. Ahora, la reglamentación les da un marco, les dice cuáles son las diferentes estrategias. Ya no hay más excusas”, dice Tamara Portas, tesorera de la AACArg y madre de dos adolescentes con altas capacidades intelectuales.

Esta ONG, cuya sede porteña está conformada por más de 500 familias, participó de manera activa en la elaboración del documento técnico que sirvió de base para la reglamentación.

Según datos de la misma asociación, el 98% de los menores con altas capacidades llegan al diagnóstico después de presentar inconvenientes a nivel escolar. Algunos son precoces para leer y escribir. Pero, en muchos casos, los primeros indicios se dan por problemas de atención en clase o de conducta producto de aburrimiento o hastío ante la repetición de tareas y explicaciones de los docentes. De hecho, suman desde la Asociación, lejos del mito de que todos estos niños presentan un rendimiento sobresaliente, más del 50% cae en el bajo rendimiento escolar.

“Cuando la propuesta educativa es desafiante, ellos pueden desarrollarse plenamente y ser felices dentro del cole. Eso es lo principal que las familias buscamos: que nuestros hijos sean felices en el cole. Y lo segundo que buscamos es que vayan al cole a aprender, porque es su derecho”, explica Portas, quien, además de su rol en la asociación, es médica cirujana del Hospital de Clínicas.

La madre recuerda con tristeza las primeras experiencias escolares de su hijo mayor: “La pasamos muy mal. Se aburría y el colegio no le daba desafíos, entonces él no quería ir. Cada vez que repetían una explicación de un tema en clase, a él le generaba hastío, porque ya lo había entendido la primera vez. Desarrolló ansiedad, que requirió de un abordaje terapéutico de dos años. Pese a que el profesional evaluador tuvo reuniones con el colegio, el colegio no quería entender. Lo cambiamos dos veces, hasta que en el tercer colegio mi hijo logró desarrollarse y ser feliz”, cuenta la médica.

La ley de acompañamiento de los estudiantes con ACI es de cumplimiento obligatorio para todas las escuelas de gestión privada y estatal que dependen del Ministerio de Educación porteño. Por ahora, por más que la normativa ya fue reglamentada, sigue siendo poco conocida dentro del ámbito educativo. Pero esto en breve cambiará: el próximo 15 de diciembre tendrá lugar la primera jornada de formación sobre el marco de implementación de esta ley, dirigida a los Equipos Distritales Interdisciplinarios de Apoyo a la Inclusión, un nuevo grupo de asesores educativos que trabajarán de manera itinerante en las escuelas porteñas, asesorando a directivos con diferentes programas de inclusión educativa.

A su vez, fuentes del gobierno porteño confirmaron a LA NACION que durante 2026 también se dictarán una serie de capacitaciones a diferentes equipos de acompañamiento a las trayectorias escolares, de acuerdo a sus roles y funciones.

El marco regulatorio de la ley incluye distintas maneras de adaptación de currícula para chicos con altas capacidades, que abarcan desde herramientas para el “enriquecimiento curricular”, proporcionando contenidos más amplios, profundos y complejos que los que se ven en clase, hasta también estrategias de compactación curricular para evitar la repetición de contenidos ya dominados. Plantea, a su vez, la implementación de un Plan Pedagógico Individual (PPI), que propone una adecuación o profundización de los contenidos en función de las características singulares del estudiante con trayectorias educativas diferentes.

El marco normativo destaca, a su vez, la importancia del acompañamiento socioemocional de estos estudiantes. Portas considera que este último punto es de suma relevancia. “Es fundamental, teniendo en cuenta que muchos chicos con altas capacidades tienen algún tipo de hipersensibilidad. Por su alta emocionalidad, pueden verse más afectados ante distintas situaciones que se den en el colegio, con sus compañeros o docentes”, afirma.

Qué son las Altas capacidades y cómo se diagnostican

Según especialistas consultados, el diagnóstico de ACI abarca muchas variables, entre las que se incluye un análisis del coeficiente intelectual (IQ), que se mide con una prueba. Este indicador es considerado “alto” cuando supera los 115 puntos de la escala Wechsler, que equivale al percentil intelectual 95. Dentro de los chicos con IQ alto, se encuentran quienes tienen superdotación, condición que, se supone, abarca al 2% de las personas a nivel mundial.

Pero el diagnóstico de Altas Capacidades Intelectuales no solo depende de esta cifra: también hay otros aspectos de la persona que se evalúan a la hora de confirmar el psicodiagnóstico, como la parte cognitiva, emocional, la personalidad y la creatividad. En términos generales, los especialistas puntualizan que hay algunas características que suelen compartir los niños con esta cualidad, como un alto nivel de curiosidad y de creatividad, y una alta sensibilidad e intensidad, entre otras.

“Fue una etapa traumática”

Valeria, también madre de un niño con altas capacidades intelectuales y miembro de la AACArg, recuerda el inicio de la escolaridad de su hijo como “una etapa traumática”.

“Uriel empezó a leer a los dos años. A los siete años le diagnosticaron altas capacidades en el área lógico-matemático, estaba en segundo grado. Nosotros no conocíamos sobre el tema y en el colegio tampoco conocían. Entonces siempre nos marcaban lo malo: ‘Uriel no quiere copiar’. Pero, en verdad, no era que no quería, sino que no le veía sentido, porque se acordaba todo de memoria. Al mismo tiempo, tardaba más en escribir y en hacer las tareas, proque tiene tantas ideas en la cabeza que le cuesta elegir una, es algo muy común en chicos con altas capacidades”, cuenta su madre, quien afirma que la primera directora que tuvo su hijo quería que los padres lo sacaran de la institución porque generaba problemas en el aula.

La situación cambió cuando llegó a la escuela una nueva directora. “En realidad, no tiene que ver con que los chicos con altas capacidades sean mejores que otros estudiantes, sino que aprenden de una manera diferente. La repetición les aburre porque lo atienden enseguida. Entonces en vez de repetir, es mejor hacerles hacer lo mismo pero de una manera cada vez más compleja, eso los desafía. A la nueva directora le interesaba aprender del tema y fue un apoyo muy grande para nosotros. Le complejizaron los contenidos, entonces hacía lo mismo que el resto, pero, en vez de repetir varias veces la misma consigna, se la empezaron a cambiar por consignas que iban aumentando en complejidad”, cuenta Valeria, quien pide resguardar su apellido y el de su hijo.

Considera que el nuevo marco regulatorio “es fantástico”. “Sirve para que los docentes conozcan la temática y puedan enfocarse, en vez de en el ‘no puede’, en el ‘le sale diferente’. Ayuda a que el foco no esté en juzgar, sino en potenciar, generar el espacio para que ellos se puedan mostrar y desarrollar”, sintetiza.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/sociedad/altas-capacidades-intelectuales-a-ciudad-comienza-a-ofrecer-una-pedagogia-especial-para-que-los-nid04122025/

Comentarios
Volver arriba