Anuncio: ya tiene fecha la transición obligatoria de los colectivos porteños a energía limpia
Con frases como “esto va a ser un antes y un después en la ciudad de Buenos Aires”, el ministro de Infraestructura porteño, Pablo Bereciartua, se refirió a una resolución firmada hace diez ...
Con frases como “esto va a ser un antes y un después en la ciudad de Buenos Aires”, el ministro de Infraestructura porteño, Pablo Bereciartua, se refirió a una resolución firmada hace diez días por el secretario de Transporte porteño, Guillermo Krantzer, para la transición energética en movilidad.
La norma establece que las nuevas unidades de colectivos que se incorporen a partir de enero de 2027 deberán funcionar con tecnología de energía limpia, ya sea a gas (GNC) o electricidad. El punto de partida para este cambio fue el traspaso de las 31 líneas de transporte automotor –hoy son 30, tras la fusión de la 6 y la 50– que circulan exclusivamente por la Capital a la jurisdicción porteña. Pero también el lanzamiento, hace dos meses, de la primera flota completamente eléctrica: el eBus, que recorre el casco histórico de la ciudad. A este se le va a sumar, el año que viene, el Trambús.
Los colectivos representan el principal método de movilidad en la Capital: de los 8,1 millones de viajes por día en transporte público, el 40% es a través de estos. Por eso, parte del foco está puesto en su descarbonización. La resolución se basa, entre otras, en la Ley 2930 del Plan Urbano Ambiental, que establece como propósito “promover un sistema de transporte sustentable que potencie la intermodalidad, mejorando la capacidad y calidad de los servicios", así como “desalentar el uso de los automotores privados, todo ello a efectos de mejorar las condiciones logísticas de movilidad, seguridad y calidad ambiental”.
Por otro lado, toma como antecedente la resolución 634, es decir, el Programa de Prueba Piloto de Buses de Tecnología Limpia, del año 2017. Ya entonces se estableció la necesidad de “ahondar en el estudio de alternativas que busquen reducir” el impacto de los medios de transporte, “una de las principales fuentes de emisiones de gases de efecto invernadero”. Se remarcaba que los vehículos a diésel, como los colectivos, son la principal fuente “de emisión de agentes contaminantes del aire”. En esa ocasión, se determinó implementar una prueba con buses eléctricos e híbridos.
Más tarde, en 2019, ingresaron dos colectivos eléctricos a la línea 59, parte de aquella prueba que iba a contar, en total, con ocho colectivos en cuatro líneas. Ahora, según la nueva resolución, “de la experiencia colectada de los vehículos eléctricos utilizados en el marco de la implementación del Programa de Prueba Piloto de Buses de Tecnología Limpia, se destacó que los mismos presentaron un excelente potencial para la reducción de dióxido de carbono (CO2)”.
A pesar de esto, todavía se usa diésel en casi el 100% de los colectivos porteños. Por eso, al suscribir al Plan de Acción Climática 2050, que tiene la meta de virar hacia energías renovables, el gobierno porteño empezó a dar pasos hacia ese objetivo. La actual resolución es uno de ellos. Por el momento, las unidades que ya están en funcionamiento con diésel podrán seguir circulando hasta que cumplan su antigüedad máxima, que hoy se disminuyó de 13 a 10 años.
En el Ministerio de Infraestructura esperan que, tras la decisión formalizada, para 2026 el 15% de la flota esté compuesta por colectivos eléctricos o híbridos y que, para 2027, el número se incremente al 30%.
Durante estos seis meses de gestión de las 30 líneas traspasadas por la Nación, también realizaron un estudio para analizar los rutas, la cantidad de pasajeros transportados y los kilómetros recorridos. Determinaron qué trayectos eliminar y establecieron incentivos sobre la base de la cantidad de personas trasladadas, con la intención de evitar el gasto que conllevan los colectivos vacíos. En lo que denominan “racionalización”, se generó un ahorro estimado de $14.000 millones anuales, dijo Bereciartua.
Lo que vieneA la experiencia de los eBuses, que empezaron a circular en mayo con un recorrido desde Plaza San Martín, en Retiro, hasta Parque Lezama, a través del casco histórico, se sumará la llegada del Trambús para conectar Pompeya con Belgrano y con el aeropuerto Jorge Newbery. Ambos medios de transporte son completamente eléctricos.
El gobierno porteño afirma que estos dos meses fueron exitosos: viajaron en eBus más de 100.000 personas, lo que da un promedio de 2000 pasajeros diarios, con un 80% de satisfacción con el servicio. Ya el día de su inauguración la gente mostró interés: “Esto es bueno para el ecosistema, para las mujeres, para el transporte”; “Qué piola”; o “La idea de traerlos me pareció hermosa, así que quería verlos en persona” fueron algunos de los comentarios que, en ese momento, captó LA NACION en una recorrida.
Actualmente, confirmaron, se están fabricando los coches del Trambús, que estarán operativos a mitad de 2026, según las estimaciones oficiales. Mientras tanto, pronto publicarán una licitación para las obras complementarias de este nuevo servicio, como centros de carga y estaciones. Lo que se sabe hasta el momento es que van a ser dos líneas, completamente eléctricas, con características de tranvía y colectivo, pero no necesitarán vías exclusivas para circular.
Además de los cambios tecnológicos previstos, la Ciudad anunció que para octubre próximo el 100% de la flota de colectivos porteños tendrá sistema multipago, un método que ya funciona en el subte. La medida busca una “mejora en la experiencia del usuario”, pero también un recorte del subsidio estatal: Bereciartua remarcó que en el subte estos corren hoy por parte de privados, es decir, las billeteras y los bancos que otorgan los descuentos.
También destacó la incorporación de cámaras de seguridad a bordo de los colectivos: el sistema de Asistencia Avanzada al Conductor (ADAS), que utiliza sensores con inteligencia artificial, radares y cámaras para detectar posibles riesgos. Se va a colocar en todos los coches durante los próximos dos meses. A la vez, en este tiempo crearon el Cuerpo de Fiscalizadores del Transporte Público, que refuerza los controles de alcoholemia y otras sustancias en los choferes. Ya realizaron 19.000 testeos, de los cuales 12 dieron positivo.